Regresando a mí

e cambiar en

su marido Mark le pidió que lo acompañara a

o, alegra esa

enía el mismo espíritu controlador y organizado tanto para los negocios como para su vida diaria. Esa noche era su cumpl

i lo que les esperaban, la nota solo me

e que cancelar la fiesta que te estaba organizando por culpa

n la duda. —Mark sonrió y se le formaron esos hoyu

monio, ella se seguía derritiendo cuando veía asomar esa sonrisa. Suspiró c

e algo no estaba bien la envolvió. Mark abrió la puerta y si se s

nía un mal presentimiento y

—De pronto la puerta del conductor se abrió y la persona

sa mirada felina en sus ojos v

está p

algo extraño arranca y vuelve a casa con nuestros hijos, no te detengas, ¿me entiendes?

calmarla. Algo estaba ocurriendo y la preocupación se apoderó de ella

su marido tendría escondida

e alejó de ella y no dudó en acercarse al lugar. Se dijo a sí misma que debía obedecer, comprobar si podía arrancar el aut

pués con él por s

el arma cerca de su pecho, parecía que estuviera preparado para disparar, lo vio

o miedo por él. Todo ocurrió muy rápido, escuchó el grito de

mo que Camile logró ver antes de salir despedida debido a la onda expansiva, fue la mirada de Mark im

*

el hospital. Se encontraba confusa,

ía la garganta sec

ida se hizo visible a su lado,

, la paciente ha despertado», pero no pudo continuar con los ojos abier

spertar con la mente más clara. Observó a su alrededor

tomaba de la mano—. El Dr. dijo que necesitaban mantenerte sedada, sufriste un fuerte golpe e

las imágenes del día del acciden

Intentó incorporarse, rogaba por verlo sentado en alguna

ió de la mujer no le g

al no es lugar para ellos, pero no debes preocuparte.

, ¿por qué no respondes?

cabeza y le sostuvo

, hija. Mark muri

u mirada hacia la ventana. No podía ser verdad, Mark no podía haberla dejado. Ellos eran felices, tenía

**

cuerpo estaba lleno de contusiones, pero la inflamación de su cabeza había remitido.

amilia. Sus hijos la necesitaban y ella no pensaba en otra cosa que no fuese abrazarlos y saber cómo e

s estaban devastados por la muerte de su padre, además, verla a ella toda llena de h

se casó con Mark, pero cuando caía la noche y llegaba a la cama que siempre había compartido con él, la realidad le caía de golpe y se d

poso eran los recuerdos y la imagen que más persistía en su memoria, la última sonrisa que le dedicó. Esa noche lloró hast

le ocurrió el día de la explosión, porque al

ro no quise perturbarla en unos momentos tan duros. —Logan era un

ido y, aunque no deseaba visitas, se obligó

a sentarse en uno de los sillones

que todavía cubría parte de su cabeza—.

ias por preocuparse. —Camile se encontraba cohibida, ella siempre se había dedicado a su hogar y n

mo si deseara decirle algo, pero no

pación que siento por el futuro del grupo Langley. —Camile le prestó toda su atención, había estado

os accionistas están preocupados desde que el Sr. Langley falleció. Quieren reunirse para nombrar a un nuevo CEO, no logré enterarme de más informa

una rabia intensa. Su marido apenas acababa de fallecer y no eran capaces de respetar eso. Aquella extraña invi

ijo pequeño ent

tu cita con el doctor

queño hombrecito de catorce años, supo que debía s

animaba a hacer lo mismo—. La empresa de mi marido ya tiene quién la dirija, no ne

**

formarle que entre los escombros de la explosión habían encontrado

i siquiera era un cuerpo, eran pedazos irreconocibles. Resignada a no poder verl

mile, ni en ese momento tan triste p

la agradecía a todas las personas que se le acercaban como si estuviera en piloto automátic

ención comenzó a caminar, solo necesitaba unos minutos para reponerse y volver a ponerse la máscara de mujer

cruzar la mirada con el

ejor recibimie

rtarse y regresar a la zona donde se encontraban congregad

ro creo que cuando te diga el motivo, c

o soportaba porque era de la familia, pero siempre intentó no qu

ió—, quiero estar

ue esbozó la hizo se

. —La agarró con fuerzas y la acercó a su cuerpo, Camile intentó forcejear, pero él era más fuerte—. Deja de resistirt

ntenía en ella. Camile vio la mirada enfu

ia y no pudo más que sentirse orgullosa de la m

caron para ver qué estaba ocurriendo. Camile se colocó al lado de ellos y los a

e ver —pronunció más calmada d

**

ió en el acto frente a sus empleados. Estos llamaron a una ambulancia para intentar salva

las manos al pecho como si sufriera un terrible dolor y comenzó a respira

. Señor Sharpe, ¿puede hablar? ¿Qué siente? —preguntó, mientras le tom

mo que él recordaba era estar viajando junto a su esposa camino de una celebración para su cumpleaños y después… El

tó balbucear, pero el para

erce. Lo llevaremos al hospital para

an por el nombre de su enemigo. Se encontraba demasiado agot