Regresando a mí

l hombre que se mantenía sentado a su lado, habían continuado relatando sus motivo

ra consciente de que siempre había sido un ama de casa, y que tal como esos

nte a los negocios porque quería que ella pudiera valerse por sí misma. Puede que, hasta ese mo

nte no había emociones, eso lo aprendió de Mark. Su esposo siempre le dijo que mostrar las debilidades te hacían un bla

empre estaban sometidos tanto ella como sus hijos, la forma en que él los cuidaba y los hacía salir acompañados de l

e no es digna de nuestra confianza, cariño. Os protejo porque sois lo más importante de mi vida y porque si

prendió que él sabía que podían hacerles daño. Tal vez esperaban matarlos a ambos con esa explosión, quizá ell

nsamientos—. Será a mano alzada. Los que estén en contra de que

la hora de exponer todas sus razones por las que ellos no la aceptarían como la

ición, cuando llegó el turno de Logan y su acompañante, el

ciones de su esposo, él y el otro socio eran los accionistas mayoritarios. Camile sintió que sus ojos se humedecían debido a la

o estaba en manos de esos dos hombres,

a favor de que la señora Langley se haga

iera mucha gracia. A su lado, el otro hombre mantuvo el semblante serio, pero le dedicó una mirada qu

ntenerse en contra de la propuesta. Como no ha sido así, y a falta de los demás accionistas que han

—dijo el otro accionista que la había apoyado y que

ombres y les dedicó un

muy duro para que el patrim

uedó otra opción que acatar la decisión y esperar que ella no tomara re

uiénes estaban a su favor y quiénes en contra. Se oc

del día en la empresa para comenzar a ac

s de sus pertenencias. Él tenía un par de fotos de la familia en su escritorio. En una ap

su mirada al enorme ventanal que llenaba de luz la oficina. Durante unos minutos se mantuvo en silencio mirando desde

prometo que estará

*

e ocupada porque en esas horas tuvo que dejar de pensar en la pérdida de su marido y

o volvería a suceder. Las miradas de los accionistas y la animadversión que mostraban h

ió a Camile. Fijó su mirada en el espejo retrovisor, pero no vio nada. De pronto, le pareció que algo o alguien se

regañó a sí misma—, de

portancia se adent

n momento casi estuvo a punto de llamarla, de aparecerse junto a la puerta del copiloto, abri

primera vez casi le da un segundo infarto. Estuvo más de media hora intentando comprender por qué la imagen que tenía frente a

ían estar desolados y él temía por la seguridad de ellos. Las intensas ganas de verlos es lo que lo había llevado hasta allí.

ue buscar la forma de hacerle comprender lo ocurrido y de probarle que él conti

r última vez a la

rte. Algo le decía que el grupo Sharpe encontraría las respuestas.

yo ahora sea el C

trar al culpable de su homicidio, se perdi

**

una adolescente muy responsable, no era raro verla sentada en silencio y enfrascada en algún libro. Sin embargo, Dylan era un niño muy travieso y alocado, cuando había sil

ntar su nuevo trabajo—, pero tengo buenas noticias. Desde ahora estaré al frente de la empresa familiar. ¿Qu

era jovial y divertido. Lo único que consiguió fue un

los cambios —susurró y fijó su mirada

papá regrese y que tú estés con nosotros. No me

aba cargado de rabi

posible, de la muerte nadie regresaba y por más que aquell

a ella. Le alegró escuchar a sus hijos abrir su corazón y expresar el dolor que s

para acceder a esa zona de la casa. Mark nunca quiso empleados, cualquier persona que accediera a su hogar sufría una exhausti

ue por no usarlos había olvidado. Antes de concentrarse en esa tarea, decidió llamar

mile Langley, lo llamaba para saber si hay alguna

se escuchó una tos y de

la investigación no es fácil. La explosión no ha dejado muchos rastros que podamos seguir. Toda

nmiscuir en su trabajo, señor Braun, no soy policía, pero hasta esta simple civil sabe que esa explosió

en temas que no sabe, ¿cuándo tenga algo que decirle la llamaré? Además, y

pretó los puños sintiéndose muy molesta. ¿Qué no se inmiscuyera? ¡Ja! Si pensaba que se iba a quedar con los brazos cruzados, estaba m