Una boda imprevista
una tortura. Mi columna me está matando, pero lo cierto es que valió la pena, Aria. Estás a solo unos pasos, chica, a nada
a de hacerme un favor enorme, y mi hermanita igual. ¡Que bien se va a sentir tener al hombre que más desea! Al fin, algo que será mío y no de ella. O al menos lo será primero. Volví a g
ía más lento. Junto mis manos y las aprieto; tiemblo. Aunque no he perdido todo y aún puedo negociar, no quiero ver la cara de asco que pondrá él al saber quién soy. Por un momento, eso me duele y me pregunto qué está pasando conmigo. Nunca me he interesado por un chico, bueno, lo hice, pero este nunca apareció otra vez. Me
ojos están vacíos de sentimientos. Lo que me hace tener un mal presentimien
asient
caso, de uno de los brazos del mueble. Pero para mi querida suerte, estoy lejos de ambos, justo en el medio. Analizo la escena de forma rápida para no levantar sospechas. Por suerte, aquí solo están padre, hijo y
tás
rfecto, Josh
as inclino un
por
ladamente, me acaricio la columna. Eso ha dolido. Respiro y termi
o. Estos son los documentos qu
Enrique sigue siendo el cabeza de familia. Recibo los papeles y comienzo
o será
na, q
aña
des hacer que tu h
endrá el sello de la fam
ura. ¿Cómo no estarlo si soy yo la que
cuatro de la tarde. El notario vendrá. Y j
está haciendo realidad y no me
. Apoyo sobre mi muslo y enseguida escribo sobre este un número de cuenta-. Esta es la cuenta donde deben poner el dinero; es la de Aria. Pueden cerciorarse si
, c
de su camisa y me la
nga un abogado, hija. Eso h
le sonrío, afirm
i chofer te llevará a casa; tienes mu
de chico heredero, así que solo afirmo
acercado al brazo del mueble, así que me levanté como toda una dama-. Bueno, caballeros, es un p
uridad de la casa me llevaron hasta donde me esperaba el auto por orden de Joshua, y al montar en este, agradecí que
es. ¿Sabe a
engo las indicacion
aci
s ojos para tratar de aliviar el dolor infer