Una boda imprevista
s he fingido ser ella y así me he enterado de sus grandes secretos. Entre estos, uno que de seguro acabaría con la vida de muchos, principalmente de mi padre. Sin embargo, por ah
. ¡Ja! Con razón, mi padre no quería entregarme a est
lo que dice
ede que esté en serios problemas por secue
haber tragado un envase de silicona completo. Mi hermana era una gran seductora y alg
eferiría a la persona con discapacidad, ya
tono es importante, y no me ofende, pues eso es lo que soy. En cuanto a lo que cree sobre mi hermana, bueno, es algo que se ha ganado ella solita. Nuestros ojos conectaron y sentí que ahora me latía a millón el maldito órgano
en serio quieres casarte con una mujer que no podrá compla
hico que conozco. Esa mirada puede congelar un
hes a perder tu vida de esa manera.
Si me conviene, puede que acepte. Pero prime
varios papeles en mano, al cual el señor le indicó que me diera el contrato. En este decía que sería por un año solamente, dándoles a cambio las tierras de la abuela,
is nuevos amigos, que me protegieron y evitaron que me volviera loca en la escuela, donde el abuso era constante. Mi abuela Carmen me
edir esta venta, ya que él me envió aquí. Por esta vez no se meterá en medio del negocio. Yo podré tener el dinero que me corresponde y las tierras no quedarán en la familia. No puedo evitar que una sonrisa se muestre en mis labios, sabiendo que me las pagará, al
encargos de mi padre a cambio de favores políticos, podía estar horas chismeando con sus preciadas amistades. Incluso coqueteando con el estúpido de mi ex prometido, Joe, quien se burló de mí. ¡Ah! Pero qué bien se las cobré en cada momento. Los baños de agua fría terminaron por volverlo loco. Vino a recl
esto que iba a hacer, porque en realidad cometería un crimen al suplantar a mi hermana y por tomar este dinero que se pondrá a su nombre. Aunque, como dije, todo acaba de cambiar con lo que quie
o que he escuchado por
zos y me devo
qué h
el bendito, porque todo l
entras su padre golpeab
jo. Siempre has sido
señor de fo
r una conversació
lpa, menos gracias y olvídense del por favor. Vuelvo mi vista a Joshua; este achicó los ojos
miró a su hijo, que solo asintió con la cabeza-. Muy
s. Era verdad que esta familia era exagerada; s