Una boda imprevista
siado porque en nada la voz d
legado,
a lejos, di media vuelta y le sonreí al guardia de la posta en agradecimiento por haber dejado que entrara. Él y el jardinero eran los únicos que no me ignoraban y sabían el secreto que escondía. El guardia siempre me ha apoyado en mis salidas a escondid
de mi madre en la casita de las herramientas del jardín, la cual no está lejos de este camino. Sí, mi madre se acostaba con uno de los guardias cada
mi querida gemela. ¿Quién puede creer que una chica que lleva inválida diecisiete años, de repente camina como si nada? Ah, sí, permítanme darle un breve resumen de quién soy: mi nombre es Aria Mary Manrique, hij
ta a otra familia. Negando, me pongo a recoger algunas cosas en mi mochila, como mis documentos, el testamento de mi abuela donde está la propiedad de las tier
uve a salvo. Tiemblo por los recuerdos y prosigo echando cosas en el bolso, como algo de ropa, mi laptop que, aunque es vieja, tiene toda mi vida en ella. Voy al baño a recoger mis medicinas, las cuales me tomo antes de
puedes venir
por eso me pregunt
sario que
do nos veamos, te cuento todo lo
voz; es que es altament
recogerte; te esperaré e
to, nos
s y sellarlos ahora. Mi padre debe estar afuera cuando mi madre está de escandal
que lo moleste tan tarde, pero es sobre
o de mí antes de morir. Su trabajo era proteger mis derechos y mi vida a
l comprador que el
traspaso al hijo mayor, Joshua. Y de paso, me gustaría que se hiciera cargo de la compra de Mustafá, el caballo.
o su
o lista para t
Carmen. La única que previó que mi padre tratar
nte, pero igual debía decírselo. Le enviaré los datos del otro abogado dentro de un rato. Si me n
del mundo, lo sabes. -Asiento, aunque no pueda v
o me hace d
de volverme a quedar incapacitada estará lejana. Tomé los papeles y me levanté con calma para ir a la puerta. Por suerte, mi habitación está en el pasaje de la servidumbre. Hoy le agradezco este trato especial a mi familia, pues me permite moverme sin probl
ué, justo ahí lo encontré, así que lo tomé y puse su marca en todo lo que era necesario para luego regresarlo a su lugar. Por desgracia, necesito el
e le pasara. Imaginarlo lleno de tinta es algo infantil, pero de cierto modo placentero. Mientras sonrío, escucho su voz y mi rostro se paraliza de terror. "¡Oh por Dios! Ya llegó." Recojo todo
y siento que mi corazón se quiebra porque aún soy esa tonta rogando a ver si su papi la mira al menos una vez-. Les diré que no la aceptaré de vuelta, a no ser que ella me dé las tierras. -Una lágrima se me escapa. Eso es por lo único qu
comienza a caminar hacia mí. Rezo porque se detenga. Pero sus pasos son más decididos. Siento su respiración por las ventanillas y abro los
¿
la señora está de nu
y suelta la puerta
alir. Mi padre siempre utiliza trajes. Es un presumido sin medida
o el primer piso y mi madre me ha dado la coartada perfecta para salir sin ser vista. Con calma, la cruzo y vuelvo a cerrarla para luego acomodar la mochila qu
tá gritando desde su balcón, alcoholizada hasta la raíz. La observé por última vez; a ese ser que supongo que alguna vez me quiso, o eso quiero creer. Digo adiós a la horrible
r. En la entrada está el auto de mi amiga. Le sonrío y hago señas de despedida al guardia, que moviendo los labios, me desea buena suerte