Una boda imprevista
n la ventana me indica que está lloviendo, lo cual me entristece. Odio la lluvia porque me recuerda los momentos más duros de mi vida. Tengo sed, pero mi b
e una de las familias más importantes del país
les de carrera política; mi padre solo reconoce a una hija, la otra no existe, es alguien defectuoso. Aunque él me hizo de esta manera, no le importa. Cualquiera supondría que debe sentir culpa por lo
Bueno... ahora mismo lo hace el estúpido que quiere lograr algo conmigo. ¡Ash! ¿Por qué no esperó unos días más? Se hubiese llevado a mi hermana. Aunque... un momento... ahora que lo analizo, el único que me pudo haber drogado para hacerme dormir en aquel cuarto es el desgraciado de mi padre. ¿Será q
n unos cuantos hombres los que se acercan por la cantidad de zapatos que percibo. Este es el momento; al fin sabré qué quieren de mí. La puerta se a
la famosa hija de Manriq
or, pero no gasto mi tiempo en aclararlo.
enó, señor Bolomir. El guardia que compramos nos fac
omper? Y para terminar, se van a llevar a la hija en sus propias nar
dí por las buenas y no funcionó, pues bueno, lo hacemos de otra manera. Al
irá el divorcio. ¿Así que dónde firmo? Bajo mi cabeza para esconder mi sonrisa. Esto se llama matar dos pájaros de un tiro; me libraré de mis padres
qué no lo sabe. Gracias a mi condición, he aprendido a ser una perra, como dirían vulgarmente; no soy mansa, aunque lo parezca. Evito los problemas, pero si vienes a por mí, encontrarás un pitbull sin duda alguna. O al menos eso quisiera. La verdad es que ya no so
us hijos ser
upuesto que es él. Es el heredero y, por t
cuando tenía dieciséis años; fue en una de las actividades que celebran las grandes familias de esta ciudad. De hecho, fue a la única que me permitieron asistir. Y me pareció alguien frío, orgulloso y difícil de tratar. Aun así, las mujeres
con la que preten
. Siento que me hablan y dicen: «volveremos a vernos, te buscaré». Y en eso, una luz fuerte me ciega; entonces un dolor
ios, han amarrado a la chica de una fo
quitar la sensación que dejó en esta el dichoso paño; la siento dormida. Y poco a poco, comienzo a abrir los ojos hasta que la luz deja de ser un martirio para ellos. Recorro el cuarto con la mirada; es un lugar decorado de una forma bastante moderna, pero claramente es la habitación de un hombre. Los colores que resaltan son negro, blanco y gr