Un amor letal
os detenidos me alerta de la ll
a; no había tiempo que perder. Sujetándola de la mano, la arrastro hasta el f
interroga ella resi
luego, por lo pro
abierta. ¿Cómo sabes s
Ya los pasos de quienes nos siguen se escuchan a fuera. Co
tán afuera int
visar, no pudieron esfumarse. ¡V
egundos, sigo sujetando su mano y ell
por muertos- La voz ronca de
so, girando y lev
sa cara linda con exceso de maquillaje. Abigaíl me apriete la mano, quizás fue solo por l
caminando al interior del local, no sin a
viéndola de arriba abajo-Los espe
s de último mi
aminar sola -apar
iste. -Agrega Luca con su voz dulce, c
ece la pequeña fiera-. ¿Acaso me co
jando con indiferencia, lo que hace que se enoje aún más,
, la gente de Villarreal y Atilio no
e esperaríamos la señal para salir. Un lugar agradable, con buena iluminación y gran armería. Al igual que dive
u mirada de asombro tan inocente me hace sonreír. -
he probado muchos, pero estoy busco el indicado para meterlos p
hay en el sitio, que nuestros amigos ya están sobre nosotros. Abigaíl se d
bre y su fábrica de juguetes eróticos. -toma unos y los lanza sobre la mesa haciendo ruido
hacer me
y por qué me
mos a unos metros bajo sus narices. Me acerco a Abigaíl y la llevo contra el es
el momento- me acerco más a sus labios, como
firmeza- pero, si te atreves a ponerme
co más haciendo que retroceda. Mi coraz
arma que trae bajo su pantalón- Acércate un centímetro más y el que es
vidad? - me alejo un p
as. Por desgracia entr
el de
n el camino de hombres equivocados, primero un embustero y ahora un perve
un buen rato, ¿Por qué no t
en tu cabeza en este instante- me apunta
ando un guiño de ojo para mis palabras de desprec
lo contrario, conozco
soy com
mosa e indefensa, solo piensan en sexo. El pretender ser valientes y rudos, el querer impresionarlas y jugar a ser héroes, es para terminar cogiéndosel
ue tú si er
r hombre- dice de manera altiva, mirándome de
por fuera, pero sigue siendo la misma niñ
armas-, lo que salga de tu boca a partir de ah