La vida secreta del Sr. Fitz
lyn perdiera mucho valor en la bolsa hasta que Martha Allyn entró en el negocio. Se convirtió en la Directora Creativa y Jefa de Marketing y había hecho buenas migas
n condiciones de esclavitud. Al menos eso decían los rumores y el trabajo de un periodista, llamado Henry Watanabe, a quien llevaron a las cortes p
tábamos conociendo. Supe que su madre era una ama de casa y su padre un trabajador de la construcción, pero con los anuncios de su blog Irónicos Bastardos generaba plata extra para darse gustos. Al igual que yo, había obtenido una
a gracioso pero me fingía insultada cada vez que lo mencionaba. Una noche al final de esa semana, estaba a
, me pregun
egundos antes
de clase,
r a todos tu
los g
es, so
admiradoras. La tal Anna estará
as. Además, la tal Anna
n ella en la fiesta de f
?
uela, recuerdas? Y las m
el día que n
Voy a
dormir
n
a
ere
ll
añana,
a virtual, me hacía sentir muy segura. Este era un efecto que ni remotamente lograba con ningún hombre desde la historia con mi ex. No me hacía sentir como un objeto sexual y eso me
¿qué quie
mediante el cual lograba torturarme profundamente. Cuando estaba a punto de caer
que mañana vengas a mi casa. Es s
omo nos hacía llamarle en clase. Opté por ognora
tapó los ojos. Imaginé que era Lola, quien acostumbraba a hacer
ran
ó los ojo
ías, ¿cóm
n. ¿
la noche vigilando tu
res, Edwa
n se sentó a mi lado y me
ropasando,
Mi cuerpo no responde a mis órd
uerpo desea abra
tenía brackets y eso le daba un toque extra de atractivo. Sentí a mi cora
stas m
rpresa. Por primera vez desde que lo
ó la leng
taban llenos de un brillo especial, que lo llenaba de luz y a
, como si no hubiera un mañana. Fue un beso lig
mi novia? – pregun
pera un poco antes de
que no voy a donde mis amigos a contarle
é pagaste
sentido eso por mi primera y única pareja en ningún momento. Intuía que entregarme a Brandon sería relativamente fácil, aunque aún tenía un poc
viene – susu
vioso, y me percaté enseguida. Fitz se acercaba, sost
miró a Brandon de arriba a abajo
s, Sr. Fitz
hoy, necesito prepararte para algunas cue
–dijo Brandon algo molesto.
media. Usted también es bienvenid
ario –me apr
importunar
s mi
n, sino que hizo que apareciera de nuevo la risa de suficiencia de Fitz. Confundida me
decirle de una vez por todas que parara de acosarme
or y necesitaba también una charla fuerte para que se diera cuenta de cuán equivocado estaba. Cuando llegué a casa me
e casa en la noche o siempre llevar spray de pimienta, o hasta para ir al Súper a mediodía. Incluso una vez me
a mañana siguiente. No hizo falta, pues mi padre se apareció a las cuatro de la mañana profundamente turbado y a punto de llorar. Mi madre me esperaba afuera
y los actualizaba de mi vida por las redes sociales, pero solo iba a casa en Navidad y Año Nuevo. Habían perdido a su niña mimada y mi yo adulta estaba lejos de lo que habían esperado. Pensaron que me quedaría toda la vida en casa a la espera
he para visitarme. Era un poco raro que lle
mesada pero me planteaba seriamente la posibilidad de trabajar en mi tiempo libre para asumir otros gastos por mi cu
Vengo a pedirte
haces
de sus acostumbradas camisas a cuadros escoceces, remangada hasta los codos. Llevaba
regalo
nt
cuarto, la sala, el comedor y la cocina eran lo mismo. Mi
ena
tido, luego bu
preparar, ag
n defecto genético el hecho
a sonrisa–, pero si no fuera desagr
ntir ofendida y, p
y, algunas personas se sienten atr
en la cama. Iba un poco retrasada c
erto. Hast
on –co
. Hasta Barry
qué no l
me senté a su lado. Nos mir
ho, como todos lo
lo hacía, el profesor se acercó a mí por detrás. Mi apartamento formaba parte de un edificio universitario de 12 pisos y
sa tu cue
itación está en el lugar exacto para ve
onerme a
tenía que ser muy juntos. Le dije que sí
mi lóbulo y mi piel se puso de gallina. Le pedí permiso y entré de nuevo a la habitación. Él
gran tale
aci
a, por
gunos detalles si quie
había tomado la e
opinamos lo mismo. Eres un diamante en bruto, y hasta que no te pillamos, nada podr
de nuevo of
éspota como ustedes prefier
buena, pero hasta que no te lo creas no s
o y dejé esca
e todo el mundo dejara de decir
nes c
dera y le mostré a Fit
indas u
mi profesor se empeñaba en dirigirse a mí. Era una mez
pregunté mientras pr
ué t
e esperaba, pero igual no me importó. Fitz se quedó unos segundos con la
nto. Siempre he sido
dés
ota –co
ezó a colar, y el olo
café recién hecho. Tanto
que me explotaban la cabeza, al tiempo
como un niño en la mañana de Reyes, abriendo sus reg
ces me parece que hago café s
antes de separarnos, cuando todavía no pensaba solo en acostars
mejor a
di a propósito pero quizás, si lo hubiera planeado, en lugar
gunté. Estaba radiante con sus mechones ri
ahora la única que me
tras él se me quedaba viendo fijam
a reaccionar a eso? – él
ien. Te vengo observando desde el semestre pasado. Estuve en e
masiado rígido y muy esquematizado en ciertos aspectos. En mi artículo buscaba evidencias de otros programas académicos de la re
hivados en la biblioteca; también te observé en el campus. No eres como las otras chicas. Sie
haber llamado la atención de un hombre com
é su taza y la puse en el fregadero. Abrí el grifo y
e es un p
versitaria. No hay manera de que sea ped
a a mi. Me volteé y estaba demasiado cerca
ojos y dime qu
ía tomado mis manos con las suyas. Eran suav
del borde del fregadero. Entrecrucé mis brazos alrededor de su cuello y esta vez fui yo quien lo besó. Fitz me apretó contra su pecho y mordisqueó mi
hasta llegar a mi ombligo, que lamió delicadament
apenada, pues tampoco tenía demasiad
sa? ¿No
Fitz tenía un piercin
bien qu
ienes
Allyn lo había dejado claro más de una vez en El hombre evanescente. Estaba aterrada de toc
vez –me dijo–.
ce
tu índice y pulgar derechos
omo roca, se sentían agradables al tacto y me atreví a darles pellizquitos repentinos. Lamí los extremos de su piercing.
se
os cerrados lo lamí al principio con vergüenza pero después más descaradamen
tendremos que llegar a alg
on delicadeza, mientras acariciaba mi sexo por encima de la ropa. El roce me hacía perder el sentido, al tiempo que
o y se ponía la camisa a cuadros. Quien quiera que estuviera detrás de la puerta era demasiado insistente para
o era demasiado tarde.
una voz femenina, ásp
dre –dijo Fitz y termin
na noche –recalcó e