No Juzgues La Portada 2

ás a la may

Isaack se disculpó una vez más con el francés y se d

si hubieses estado desnuda?—insistió Rámses mientr

esde entonces te

Qu

y!

sa y no lo escuché estaba cam

ió en el cuello de Ráms

to vio

Lo juro, pero desde ese d

no lo

erado en una p

l cri

ue no me pertenecía, pero Rámses y yo teníamos un p

te diré que Isaack tiene sentimientos por una persona que según él no debería

nada. ¿Es una forma de decir

e organizar mis ideas comencé a bañarme—.

entario podría hac

tuya que carece de filtro, así que ten mucho cuida

ue se le olvidara tocar la puerta del c

ne a Donovan

Dono

Isa

ucía bastante confundido y un tanto molesto—. ¿En qué

s mientras m

Rámses, mi ho

así que eso lo convierte en bisexual

ndo en ti que en mí. Y ya no quiero seguir hablando del pene de Isaack o el de Donovan—agregué con rapidez antes

ujuria en cuestión de segundos. Se despojó con rapidez de la rop

salir de la habitación. Ambos llevábamos el cabello húmedo y para

gó Mike como si nada, mientra

cuento q

áms

, por lo menos que no de

Gabriel las cosas de la mano para come

rte, nosotros t

eñas a Rámses para que fuese con él, la intención era mantenerlo encerra

rpentinas de colores que le lancé a Hayden. Fernando y yo seguimos sirviendo los aperitivos y distribuy

unos globos dorados con el número 17 y cuando me lo mostró le indiqué donde colocarlos, Isaack traía una bo

zaron a quitar del camino todo lo que podía r

para que Gabriel, quien permanecía en

fiesta sorpresa a Gabriel. Los invitados comenzaron a llegar y eran recibidos por Isaack quien le entregaba algún sombrero

s expectantes, le di la señal a Fernando para

arecí con el pastel en mis manos y 17 velas encendidas y comenzamos a cantarle cumpleaños. Fi

ó mi mejilla por tanto tiempo que Rámses gruñó para separarn

briel, y Hayden el padrino de Rámse

ía tenido la oportunidad. Los chicos estrecharon las manos de los adultos y los dejé con

nde solía entrenar, algunos amigos de Donovan y de Isaack, que conocía de estar estudiado en la misma universidad y finalmente Isabel y Sara, quienes se sentían un tanto cohibidas por ser la

s compañeras de clases de Gabriel, todos tomaron de la bandeja que llev

No sabía que esta fiesta

claró Gabriel antes de que tan

trabajo—terció y na

, no soy la mesonera y si no quieres que la fiesta termin

a intención de dejarla con la palabra en la

me en

plaudirme mis

castigarte muy duro—susurró contra mi oído encendie

los aperitivos y se la dejaba en las manos a la primera persona que pasó a nuestr

. Sobre todo si sigues usando blusas co

ubiese creído que terminaríamos bailando en ninguna fiest

iel, a Isabel hablando con Hayden en el sofá, Mike contando alguna anécdota de su trabajo, que cargaba a todos los estudiantes de derecho fascinados y

a y al parecer era el tipo que más l

ayas organizado todo

o que organizar

ra mí, que no me sueltes ni te

demasiado

os: —Seré el cumpleañero y

con Rámses. El francés nunca me quitó los ojos de encima, no estaba siendo

o vi meter la cara en el plato y llenarse toda la cara de chocolate. Algunas chicas se relamieron, deseosas de

, intervine. Lo arrastré a la cocina y tom

que estás limpiand

muy mal a tus parejas. ¿De verdad no v

ó resignado a dejarse te

r limpiarme con su lengua y tú

nos platos ya vacíos y lamió la me

limpiándose la sal

na pequeña

e contarnos de que había confirmado en el instituto que manteníamos un

to con Isaack y se lo llevaron a la sala. Me asomé para ver como lo s

stel y cada una de las invitadas

andeja de plata—me quejé y Rámses rio, pero su sonrisa desapare

ra del antiguo Gabriel apareció en su ro

cara hermano o no llegarás a la

por donde otras lo habían hecho. Miré a Gabriel y a Rámses

tenía un poco de chocolate en su cuello de

uesto a arrasarlo. Gabriel se escondió detrás de Fernando quien intentó hacer entrar en razón a Rámses. Los invitados se reían, los más cercanos quizás estaban acostumbrados a los

tar—dijo Sa

s bastante rápido y Ferna

ban la escena un t

tá hinchando las pelotas—Fernando intentaba evitar qu

de pelotas

ámses e intentó una vez más al

tados de todos. La cara de ambos eran serias, más l

go—Sara interrumpió mi visión cu

riéndose. Fernando estaba entre los dos aún. Tomé mi

e pedí pero era como

e gastas…—Gabriel rió, Ráms

y coloqué mi mano en su hombro, esta

o más que cualquier otra cosa—le susurré—, pero si vienes conmigo

en su boca. Solo entonces notó que en mi mano estaba el plato con mi

hasta mi habitación y cerró