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No Juzgues La Portada 2

Capítulo 4 3

Palabras:3458    |    Actualizado en: 20/10/2022

o cierta fe en

es?. ¡

fume. Intenté zafarme y escuché su r

reí que se perdería el

guro estaba en

s por

n es R

. Y es un

fuerte carcaj

un tipo a

él para que sostuviera

s el famoso Rámses—di

aludaba a mis amigas y ponía especial interés e

intentaba llamar la atención del portugués y era ignorada; yo besaba a Rámses en el cuello, dándole pequeños besos por

cuello, sin importarle quien nos veía—, te

azos, con mis piernas sin ni siquiera tocar e

usurré contra su oído y v

es, ahora—le o

uí varado. Se aguantan sus ga

el portugués

Rámses, antes de que

ar de mi novio y re

e la verdad sea dicha es que si nos besábamos no

o inferior, conteniéndose con brillante valor de besa

iel nos dedicó una mirada de advertencia y se giró para hablar con Sara e

í estaremos—respon

no en persona. Más de una vez llegamos a

mirada fija en Rámses, revisando sus brazos, sus tatua

la dejase de mirarlo de esa maner

las 8—explicó Gabriel—. Mañana no hay

vi la mirada sonreír mientras fingía ignor

ra a Rámses mientras caminábamos a

batería, una tipa se sentó demasiado cerca de mí y tenía u

traba muy dicharachero contando sus penurias, altern

letras y tratando de llamar la atenci

entorné los ojos para recordarle q

thony mientras cor

. Hola—se acercó para dar

estás A

hacer juntos el trabajo de cálculo. E

a la primera vez que esto pasaba y siempre buscábamos

blema. Podemos reunirnos l

uede ser en

r, ganándose miradas re

o era un tema que quería discutir con los hermanos presentes,

no más detalles de la elaborada sorpresa: cuando su papá me había llamado para consultar los límites de su tar

o con el retraso del vuelo llegaron esta mañana, Gabriel los

candente que te

ención era sorp

mbón era sorpren

acerlo—tercié

rte con eso…—se

s. Fernando, Hayden y Mike estaban sentados en la sala. Corrí

el cumpleañ

mos aquí hijo—Fernando lo abrazó

no tenemos la culpa de que Ameli

ntra sí y palmeó su

eas un año más sabio y un año menos problemátic

uien que aún

ti, solo que somos más r

ierta fe en la human

s iba con las evaluaciones. Hayden fue el que sacó el permiso para Rámses, pero no pudo aplicar el mismo favor para Susan

íamos comida siempre en el refrigerador no era para tantas bocas hambrientas y vaya que estos hombres comían. De por si las r

menos horas al día dedicaba a ejercitarse, aunque con Rámses en la casa se había sentido más m

ás de una oportunidad nos había quitado el hambre

mpir el contacto físico conmigo, incluso cuando estábamos comiendo se tomaba un momento para acariciar

apremiante. Para cuando pedimos el postre no lográbamos disimular la urgenci

uslo, lo estaba haciendo sin ningún fin sexual explicito, aunque la

peor. Acercó su silla a la mía, lanzó su brazo por encima de mis hombros y con su mano acariciaba la piel desnuda de mis brazos. De v

arado de toquetearse desde que llegamos—Fernando aunque hablaba en seri

s sin vernos. Esto puede af

por abstención—

s de mi muñeca s

mi propio gr

con fuerza y escondí la

reía, esperaba q

menzar a sufrir d

ate—me lamenté, mient

que vayan al departamento. Tienen una hora y

por lo que esperaba obtener de regalo o por

hizo levantarme con él y era tal su descaro que sentí que la cara se me ca

ré hasta la casa, estos dos meses he des

ses gesticulando con su mano un movimiento que dejó claro para todos

Se agachó y me lanzó sobre sus hombros. Ni siquiera se

r la calle conmigo encima, esquivando a las personas, dando

ciertamente sus ahora más musculosos brazos. Era imposible que

entramos al ascensor. Me hubiese devorado allí mismo

es, Bombó

con gran rapidez, como si estuviese familiarizado

siquiera tuve tiempo de voltearme, porque me estampó contra la misma, con sus brazos apresándome.

or encima de mi sostén. Era cuestión de segundos, pero nuestra

olteó y me cargó para que l

ras bocas colision

adas, anhelantes, deseosas. Mis dedos halaron su cabello para unirlo más a mí, no

el segundo que interrumpimos el

teando entre la mesa y

—le dije cuando pretend

atada y nos tumbó en la cama justo des

case un condón en mi mesa de noche. Sin ninguna prenda sobre nosotros, nos unimos en una sola entidad. Gemimos y

os que más de una vez perdimos el ritmo, pero no nos importaba, po

de mis senos en su boca y lo mordisqueó. Eran demasiadas terminaciones nerviosas q

, gruñó y jadeó mi nombre y unas cuanta

obre todo porque no quería aun romper el contacto. Pero no podía ser ete

y abrazados. Rámses examinó mi cuarto y vio parte de sus

. Se veía más peque

lla aquí dentro, pe

sáb

y yo viéramos una película él la ocuparía, p

iempo y todas las cosas que habíamos vivido, aun sentía celos. Le d

ientre hasta que su cabeza estuvo dentro de mis piernas y su lengua atrevida me hizo

Qu

l beso tan íntimo q

n el dolor d

, ya después me aver

darte, no quiero com

clímax frenamos, no era como

misma mesa de noc

hay más

no sabía que ven

días desde mi último periodo y era muy riesgoso tener

tamos c

ajiste?. No sé dónde g

el

. Podríamos

rte? No es que tenga mu

, buscamos e

é los es

Q

ome suspirar. Nunca me cansaría de ver sus tatuajes ni de que me parecieran endemoniad

ndo conmigo, si

ré, lo

aga el amor y l

Gabriel no esté

su cara victoriosa y el pequeño

tumbarse

que ya no estaban

un camino imaginario de besos sobre mi pecho—,

que terminó la frase, solo para evitar que mi ve

n y se volvió a pe

mos las caricias, los besos, retrasamos todo lo que pudimos el orgasmo, grabando

de placer, deseando perderme por un espiral org

ya no agu

bombón, quiero q

ntrecortada. Clavé mi

puedo. Se sien

nte una relación, apreté los músculos internos de mi f

Hazlo

por ese abismo de placer. Sus jadeos se mezclaron con mis gemidos, y nuest

llamado a Gabriel para pre

na eme

ro que tus papás no hayan

no te preocupes, Gab

ine

tó su r

blemos de

abrió. Nos levantamos con pereza a vestirnos y entonces la p

ack apareció en la puerta de m

ses desnudo, exclamó una maldición, ba

l que entre a tu habi

blemos de

y en su defensa, no creo que hubiese imaginado q

n rapidez y sal

que… bueno sabía que Rámses venía

regunté viénd

r delante de él y el francés entendién

me p

Qu

ergencia es que se me paró el r

eso no es u

rosexual y se te pa

u heterosexualidad es una leyenda urbana,

explotando en escarlata y

es serio. Nunca me

bo de di

ado porque el suyo está tapado desde nuestra última fiesta. Es normal que alguno orine mien

Donovan ha

as “¿Qué vistes Isaack?”—agregó en una mala imitación de mi

O

le de la sala y tapó s

edo procesar. Cuando solo eran dolores estomacal

llama a las cosas por lo que

udo que le puedas decir a un paciente tuyo que sus dolores

n paciente me llega con tus

Qu

o en vez de seguir inventándose excusas. Isa

ero me asusta todo lo

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