Más que un fuckboy
que se ha ido sin siquiera despedirse, pero antes de poder pensar mucho en ello me encuentro con un mensaje suyo en
que me fui. PD: comí un par de las galletas que tienes en tu ta
Es muy agradable y masculino. Entonces Zoe aparece en mi campo visual con una taza de café y le digo que la amo. Salimos
er a Cedric. Me distraje tanto que ni siquiera hice lo que dije que iba a hacer. Pienso en inventarle una excusa y decirle que se habían ac
n algún moment
o h
*
es lo peor que podía pasar? Así que cuando recibí un mensaje de Cedric el penúltimo día antes de irnos de vacaciones de Navidad, no me lo pensé dos veces y acepté verlo. Sí, este chico sabía más d
vado para las intenciones de ambos y, segundo, porque así no corría el riesgo de toparme con muchas personas conocidas ya que era un lugar tranquilo, pero no muy frecuentado. Lo que no me esperaba cuando llegué allí era que Cedric me estuviera esperando con dos cafés. Vale, me esperaba un cigarro, quizás y con mucha suerte un
por encima de mí para abrazarme y, aunque era un poco más incómodo para hablar ya que lo tenía a mis espaldas, no me importó porque estaba muy a gusto entre sus brazos. De vez en cuando lo sentía olerme el cabello, o apretarme más fuerte cuando corría una brisa y eso me hacía pensar que quizás yo sí que podía llegar a llamarle la atención de verdad al chico guapo de los ojos oscuros. Y me hacía sentir jodidamente bien. Hablamos de todos los temas, de esos que se suelen hablar
ía de pie y tomaba mi mano -Está
a bastante. No podía dejar de imaginar su torso desnudo y me picaba la curiosidad
mos riendo y hablando como viejos amigos. Oh, pero yo no quería ser su amiga, ni él el mío. Lo supe cuando dejó de caminar y se volteó para enfrentarme, ahora sí co
pasillos y la verdad es que
nas noches e irme, ¿verdad? -su cara..
encima, su mirada podría haber hecho que se derritiera el Polo
a? -decía con mi boca pegada a la suya. No
mbió en un milisegundo -Quiero que me
do lo demás con él. No lo voy a negar, el chico aún me atemorizaba. Sabía que meterme con él sería problemas, que probablemente acabara con mi estabilidad emocional, pero no me importaba. Yo nunca me había senti
ar a mi quinto piso, pero a la vez me jodía demasiado tener que subir hasta allí. Quería teletransportarme hasta mi cama, por si de
dice -Entonce
to la piel de su abdomen contra mis dedos... solo por dos segundos. Antes de poder darme cuenta mis labios se sienten solos, él ya no está pegado a mí. Está tirando de mi mano escaleras arriba. De acuerdo, ya me estoy arrepintiendo de esta decisión o me estoy sintiendo demasiado nerviosa
intura mientras me estrecha contra su cuerpo y siento lo excitado que está. Tengo la mente y el juicio borrosos y sé que no estoy pensando claramente, la sensación que tengo es como si estuviera borracha y supongo que un po
entonces los veo: sus ojos tan oscuros como la noche mirándome fijamente llenos de deseo.
ntrar? -le
ha estado aquí, pero sabía que nada iba a ocurrir. Él actúa como si no fuera nada nuevo para él, y me pregunto cuántas veces habrá hecho esto. Se sienta en mi cama y se quita los zapatos. Yo me quedo de pie fre
mirada por todo mi cuerpo y yo ya estoy ardiendo de nuevo sin necesidad de que me bese. Su cara está muy cerca de mí y me gusta cómo me hace sentir: como si se estuviera sometiendo a mí, aunque yo sé que es imposible someter a un hombre como él. Sus manos suben poco a poco por mi cuerpo y arrastran mi ropa, hasta que ter
que besa la piel de mi abdomen. Mis manos se enredan en su pelo y echo mi cabez
ntra él descaradamente. Y luego, coloco mi rodilla contra su entrepierna. Le ha gustado, lo sé porque me deja una suave mordida en el abdomen y me atrae contra sí. Me
y comienzo a quitársela apresuradamente. Toco con las puntas de mis dedos su piel desnuda y él respira agitadamente. Es delgado pero está deliciosamente tonificado. Comienzo a desabrocharle el botón de los
quita. Me mira, prácticamente desnuda, y se lame los labios antes de posarlos sobre mi pezón. Intento por todos los medios posibles ahogar el suspiro que me provoca, pero no sé si lo he logrado. Con una mano me toca los muslos y con la otra se abre paso entre la única pieza de ro
os por mí, haciendo unos sonidos que me indican lo mucho que le gusta hacerlo. Está claro que a mí me gusta mucho más. Entonces se acerca y me dice al oído: - ¿Por qué cojones estás
incita a ser la versión más guarra de mí misma posible, pero no he dic
No han pasado dos minutos y siento que voy a estallar, así que me hago paso entre mis pantalones y llego hasta mi objetivo. Esta vez no p
y ar
s el uno contra el otro. Sus dedos me llevan al borde de la locura y no creo
ue quieres que te lo
sangre se calien
lo hagas ya, C
mo si no le afectara en lo absoluto. Pero en cuanto se desliza dentro de mí, malditamente despacio, su expresión me dice que sí que le afecta bas
, joder. Esto no me había pasado en la puta vida -no sé si creerle
a habitación con más personas y tengo que reprimirme. Para una vez que siento lo que es de verdad el placer y no puedo aprovecharlo al máximo. Mis talones se instalan en sus glúteos para hacer presión y sentirlo más contra mí y eso parece que
mí, Oli. A
smo tiempo y siento una burbuja de purpurina estallar dentro de mí. Una sensación que nunca había experimentado nos deja extasiados y nos tumbamos lado a lado
volteo y entonces me abraza por la espalda, colocando su cuerpo en paralelo con el mío y demasiado cerca como para saber que me costará demasiado dormir esta noche. Respira en mi cuello finalmente unas palabras ante