Más que un fuckboy

me sentía más abierta que de costumbre a vivir nuevas experiencias, lo que por supuesto incluía conocer a nuevas personas. Mi vestido rosa dejaba al descubierto mi espalda y el únic

yo feliz por ellos. La verdad es que Andy es parte de nuestra familia, y prácticamente un inquilino más de nuestra habitación. Zoe y yo no estábamos más de cinco minutos quietas en el mismo

lado a mitad de la fiesta. No me molesta en lo absoluto, en primer lugar porque sé que la tendría a mi lado en un segundo si lo necesitase; en segundo lugar porque soy bastante independiente y dejo que la gente viva su puta vida; y en tercer lugar p

e tono a mi amigo. Un poco vergonzoso por mi parte, aunque siempre puedo culpar al alcohol. Era plenamente consciente de que tenía un par de ojos oscuros encima, todo mi cuerpo me decía que mirar

bastante de que mi amigo quisiera llevar aquel baile más allá, porque lamentablemente tendría que rechazarlo y m

a azul, quiere hablar co

stante no pude evitar mirar en su dirección y me encontré con dos ojos oscuros mirándome fijamente.

¿le digo

ntir suavemente con la cabeza, algo que agradezco que el ch

quí -me dice Sergio

te entretenidas y ni siquiera notarán mi ausencia. Yo también me lo puedo pasar bien. Así es que el susodicho pasa por detrás de mí sin siquiera mirarme y sutilmente me jala un seg

esto est

rme. Se ubica frente a mí y toco la pared con mi espalda. Es una cuarta más alto que yo y tiene un aura

to, y el muy estúpid

ciende en un instante. - Sergio me dijo que eras una niña buena y me advir

stura y me siento mucho más segura de mí

ente y se acerca para de

n medio de una discoteca... y que se va a una oscuridad

entro del pecho, pero supongo que

tento hacer ver que no sé nada de su existencia hasta este m

astante educado y me besa en la mejilla, aunque

es. Se ha acabado la noche y todos vuelven. No logro localizar a m

to en mi móvil y me lo pasa de vuelta. - Así, si te acuerdas de mí

rmelo nunca más en la vida. A lo lejos, diviso a Carlota, Zoe y Andy haciéndome señas para que apure el paso y nos larguemos del lu