Si el destino me toma el pelo
cio, Philip. Ya lo he firmado.
tregarle a Philip, el mayordomo de la familia Hi
ca bruscamente y gritó: "¡Debbie!". Incrédulo, preguntó: "¿Te das cuenta de lo estúpido que es esto? Puedo entender que qui
ó y ella no sabía quién era su madre. En la opinión de Philip, no deb
iente de que Philip siempre la había tratado como a una hija, por lo que no
repente? ¿Qué pasó? ¿Te están molestando?". Lo
es que no me gusta estudiar. Así que, no quier
pero fue la única que se le ocurrió en ese momento. Sin embarg
pensamientos pasaban por su mente. 'Mañana voy a cum
matrimonio hueco se interponga e
fue quien arregló este matrimonio. ¿Cómo puede alg
eder: "Parece que te has decidido, así que...", esperó a que ella dijera algo. "Entregaré los papeles
capar un gran suspiro de alivio antes de
es un buen hombre. Creo que son la pareja perfecta, así que espero que lo pienses bien y lo re
? ¡Ni siquiera se presentó a la boda! Estaba en una cena de recepción para un presidente extranj
. ¿Cómo puede Philip decir que somos una pareja perfecta?'. De
a hablar. Tenía la intención de decir: "Ya lo he decidido", pero como señal
obre los papeles del divorcio. Pero para su decepción, ella no lo llamó. Lentamente, sacó su teléfono
ría respuesta. Él notó un indicio d
ento, el mayordomo respondi
o Carlos dejó que las palabras penetraran en su oí
esposa. Si Philip no me hubiera llamado ahora, ni si
de vuelta en la ciudad Alorith en un p
", Philip asintió
en la ciudad Alorith. El lugar estaba
des cantidades al establecimiento, que er
llena de botellas de cerveza, vino, c
a llamaba "Jefa" de apodo, este día llevaba un vestido de encaje rosa. Esta fue una de las pocas ocasiones en las que se puso algo feme
ertirse bebiendo con sus compañeros de clase. En un rincón del cuarto estaban
abrazado de los hombros de otro chico. "Sabía qu
uchas de las chicas se tapa
ompan los tímpanos de otras personas", Karen Garcia, una de l
e confianza, que siempre llam
ran. Los chicos y chicas en la sala se giraron p
onocida, y era popular entr
guemos a Verdad o Reto!". Una sonrisa astuta cruzó sus la
sta vez, Jeremías, el chico rico de segunda generación, se volvió hacia Karen Garcia
bie, ¡así que haremos que el juego sea más emocionante!". Mostró una sonr
ían el juego; las consecuencias para los retos solían ser cantar las notas altas en 'Loving You' de Mari
olor carmesí por el exceso de champán y vino. Cuando comenzó la primera ronda, Karen gu
s labios a la primera persona del sexo opuesto con la que se encuentre. Si él o ella opta p
quién sería el primer perdedor. Esta vez Jeremías resopló de
era, todos se volvieron para mirar a l
el símbolo de las tijeras, y luego miró a los otros que eligie
la cumpleañera sintió ganas de llorar. Ya estaba borrac
respiró hondo varias vece
strucciones, gir
stido de camisa blanca, pantalone
a varios ángulos y planos, desde la frente, las mejillas hasta la línea de
fríos que Debbie no pudo evitar
ren con un susurro. Debbie se quedó paralizada por un momento, había algo q
ó sus pensamientos, así que res
ante: 'Creo que lo he visto antes. ¡No im
una dulce sonrisa y se puso de puntillas. E
lo para hacer una llamada telefónica cu
olesto, cuando Deb
é se me hace tan familiar? Sus ojos...',
la chica, Debbie lo tomó desprevenido