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El Bajo Mundo de Humbolt

Capítulo 3 La Recepción de los Santos

Palabras:2155    |    Actualizado en: 02/08/2022

rpas blancas alojaban a cientos de personas entre familiares y amigos de los Artinel y los Santos. Varios adultos danza

para su familia. En esta ocasión prefirió la compañía

e pensaba que no podían insultarnos más

e hace algunos años se arrastraba como ra

están aquí presenciando esta ridiculez que pretenden ll

pañante sorprendido—. Fue debido a su padre. En la última reunión de Las Familias Fundadoras,

dejar salir un suspiro d

ahora esposa sentada a su lado. En su mirada no había ni una pisca

oco excesivo,

lias importantes, es lo que

sientes co

a de ser la esposa de alguien tan

ampoco había querido casarse, pero antes de que pudiera siquiera hablar recordó

liz de estar casado c

Sin embargo, su padre ni siquiera lo miró. En su lugar, se dirigió a la mesa de Joel, la cabeza de la familia Santos.

nidad para presentar a su único hijo y acompañante de mesa, Eliel

les espera un buen

hombre a su lado—. Mi hermano cuida

la menor d

olumpios, lejos del resto de personas. Entonces, envió a su hijo a jugar c

onocer a los líderes de las Familias Fundadoras. Sé que todos se tomaron la molestia de asistir a la boda de su sob

ebe saber que la familia Hamilton-Wolf

inel unió a Las Familias Fundadoras restantes y masacraron a los Wolf. Los únicos dos miembros que quedaron de esa familia se unieron con los entonces también débiles

y cambió de repente

e haya fallecido cuando aún

de un Santos. —Esta vez se le notó algo mole

ue forme parte de las Familias Fundadoras, ellos ap

tener problemas justo cuan

joven bien parecido de 16 años, alto, de complexión atlética, y con la tez y cabello característicos de su familia. Miraba al segundo hijo

Aquel saludo de un extraño

eres…? —pregunt

de esta fiesta —contestó mientras se subía en

a jugar con los niños, y algo pe

bailando allá. Si quieres puedo pre

bailo. Me da miedo

r, aquello provocó un sile

parecías muy bueno haciéndolo. —Las pa

nervioso y sonrojado—. ¡Mis primas sie

u acompañante había cambiado d

gracioso?! —preguntó

No! ¡Ol

bos por detrás y los había sorprendido—. ¡Al parecer todos

! —Silver estaba nervioso debido a que s

ó su mirada al otro chico—. Puedo

—Solo bastó una mirada de adverte

un mal presentimiento. Así que se levantó de la mesa, se disculpó con J

tiempo. —contestó Eliel c

Hizo una pausa para fingir que intentaba recordar— ¡Sí! ¡Incl

ieron su mundo por completo. Algunas lágrimas empezaron a formarse

hermano! —le

ado que tenía en frente. No tenía certeza del por qué torturarlo lo hac

! —Su padre lo sujetó

o. ¿No es así? —Miró a ver al jove

chó la cabez

endiente! —Henry arrastró a su hijo

mano y yo… Se supone que

y se alejó callado manten

a la fiesta. El recepcionista lo llamó con señas desde

Es el sobrino de la esposa del señor Oliver Hamilton, quien estab

o asistir. —Se dirigió al joven que estaba del

nada grave, pero decidió que reposar

de color castaño oscuro como sus ojos, le llegaba hasta el cuello. Vestía ropa casual y, entre sus manos, llevaba una caja con

labras hicieron que William entrecerr

—, es mejor que

recibido aprobación o rechazo del anfitrión de la fiesta. Dejo

de los cubículos se encontró con una cara conocida. Un hombre de 29 años, apuesto, un poco delgado, de

odo el día! —exclamó el recién c

a farsa, mi señor? —Le devolv

presenciar eso. ¿Qué estuv

ran policías a patrullar el sur de Fortland, la zona problemática de los Artinel. Él p

dió al

lo encontró lo reprodujo y se lo mostró a su acompañante. En él, una presentadora de notici

o si este es un buen moment

ano en la espald

disfrutar este evento.

u hijo a seguirlo hasta una de las habitaciones. Una v

s haciendo, Lucca?!

qué te

e los hombros con un

ntaste en otra mesa a mirar a todos lados con desprecio y, por úl

as unido con esa familia de gente asquerosa. —El d

a mano a la cabeza—. ¡Todos los miembros de Las Familias Fundadoras nos negaro

había dicho toda la verdad. Ahora comprendía

s miedo que desencadene una guerra con

a acabar con lo que sea que se esté formando allí! —Henry remar

se quedó

eas amable. Solo no intentes destruir lo ún

Lucca entonces se sentó la cama de la habitación a reflexionar so

ó golpeando su ro

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