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Las Lunas de Abril IV: Luna Eterna

Capítulo 5 5: maldecidos

Palabras:1637    |    Actualizado en: 19/05/2022

da provenía de otros seres, sí, de Mala'ikan y Catalina. Ellos nos

curgo, quien sostenía a

ue es esta niña? ―le

lastimarla ―le ad

ás? No puede

ne nada que

la otra por lo que estamos aquí, de otro modo, te

ren? ―inte

los guardianes de dos estrellas, la h

? ―preguntó

tú sabes muy bien de lo que hab

lo, aunque por mi parte, claro está, sabía que mi hija era des

les ha ocultado, hijo, somos descendientes

terminar, ¿en realidad podía asegurar que eran supe

mofó Mala'ikan―. ¿No cree

io ante su ev

s respecto a Luna o a Júpiter,

Tierra para huir de tu padre y de tus ancestros, querías experimentar cosas nue

verdad había estado viviendo entre dioses, semidiose

ón al ser tan escéptico, ¿sabes cuál es el problema? Que hoy ya es tarde para asumir y aceptar

uede

e mucho tiempo para averiguarlo pues Catalina, enojada y ya fastidiada por la conversación, la

que todos quedamos estáticos, pas

―le gritó

se de historia? Por favor, ya sometimos al pueblo, los dorios se harán c

esto? ―le preg

lo preg

familia, tu prob

que no me dejan estar contigo; con tu madre y hermano, que jamás permitirán alg

rédulo―. ¿Y tú, Mala'ikan? ¿Me vas a decir que estás enamorado de mi mujer? Porque ese es

enderías ―rep

o que no, no

vo a escasos centímetros de mi car

, sin embargo, ¿tú qué hiciste? Continuaste con ella y tuvieron una hija. No me digas que no sabía

iera es t

fue y siemp

te ama

ara los jóvenes ilusos, yo habl

ella si también es hija de tu amada

seré el último cuando deje de brill

o ocur

estallará y afectará al universo completo, a todo lo conocido y a todo por conocer; así

s con la eternidad?

kan so

se en contra

r? Lo dudo, al contrario, podrían serv

os atan y podría ser contraproducente, se

tes, dudo mucho que se rebelen, mucho

rir ni cómo puede reaccionar un e

emidioses, sus poderes se engrandecerían. No, Mala'ikan, hablo de maldecirlos,

rán nuestros

simples humanos ―p

rán y vivirán como humanos por el resto de la eternidad, sometidos a un cuerpo carnal que perecerá y que tendrán que d

r? ―interrogó Cata

l lado de los dioses; en cambio, si los dejo vivir, tendremos

los m

iudad y la conquistaron, ahora es cuestión de tiempo, y de que nos

ó como era su costumbre, Cat

naba el terror que sentía en ese momento. Ese hombre tenía razón, los dorios no tardarían en entrar y, por ser

hacer? ―preg

testé con tota

e tu padre, al f

é que sea as

rse, es lo más sensato que po

nuevo? ―esp

no me interesa que vivan sus normales vi

mos hecho? Eres u

a de lo que es capaz esta

inó a mi madre y a mi

una a

su existencia será para servirme, obedecerme, cumplir cada

demente, maldita

mi propia madre; abandonad

te metas ―amen

zo, asesinó a mi pequeña. Me lancé sobre ella,

su padre, lo cual la mató de forma instantánea. Licurgo emitió un alarido de dolor y corrió donde

ste, des

ué? ¿Te vas a veng

ita s

ieras hecho caso, esto no estaría pasando, pero no, preferiste continuar con

írate, eres una desquiciada sin

fuegos nos tomó del cuello y nos pegó contra la pared. Dijo una sarta de palabras en un idioma desconocido para mí. No recuerdo mucho más, lo que sí r

í el tiempo se

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