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Diez años después

Capítulo 2 Haciendo alianzas.

Palabras:2381    |    Actualizado en: 15/05/2022

mi

o un segundo en la puerta de entrada para observar su dinámica, me de

a sala de juntas, donde me reuniría con la junta directiva, compues

atravesar esa puerta. Sé que este es el último instante de paz antes de enfrentarme a los leones que esta vez me

l hacerlo, lo prime

lve al sueño con el que des

de sus ojos sigue siendo igual de penetrante y cautivante. Veo su expresión y me doy cuenta que me reconoció, la sorpresa en su mirada da paso a una desaf

la situación y la implemento a la perfección. No dejo que se advierta mi desconcierto y él parece da

amila Suárez y estoy a cargo

e los cinco debemos tener aproximadamente la misma edad

un atractivo rubio con sonrisa atrevida que inmediatamente me mira de

que, según me informaron desde la oficina de auditorías, los otros jefes huyeron despavoridos cuando el barco comenzó a hundirse, y estoy segura de que la referencia a su historia deb

trabajaremos codo a codo por un buen tiempo. Entonces se para, acorta el espacio entre nosotros y

sola idea de que no se acuerde de nada de mí, ni de esa noche, hace que mi sangre se alborote y reacciono como suelo

e arrepiento porque su mirada pasa de inexpresiva a enojada en

icidad entre nuestras manos al tocarse me hacen confirmar lo

vuelvo hacia la mesa abriendo sobre ella la carpeta con documentos que traigo. Él vuelve a su silla y comienzo la explicación de los puntos a auditar. Si bien el r

es con esa misma mano, y así, cada movimiento hace que sienta ganas de correr al baño a calmar mi ansiedad pero me mantengo formal y concentrada logrando cumplir con los tiempos que me había propuesto. Agradezc

na

me reconociera. Pensar que no lo había hecho verdaderamente me había molestado. En cuanto me comencé a acercar entendí que sí lo había hecho, pude ver en su mirada un claro pedido de que no siga y cuando nuest

a devolviéndome a la realidad. Así, pasé las siguientes horas de reunión esforzándome por concentrar mi atención en cualquier cosa que no fuera la mujer que la llevaba

exposición del mismo me hacen recordar el congreso en que nos conocimos. Hasta el día de hoy no volví a ver una joven que con solo veintidós años expusiera frente a expertos sin mostrar ningún temor como hizo ella diez años atrás. Nunca se lo dije,

que no quería más que una noche y que sus proyectos estaban muy lejos de aquí. En este momento ese recuerdo me genera una gran frust

rsona real y no la versión diez años más joven con que estaba fantaseando. – Necesitaría que organices una reunión genera

ia hora e

los pensamientos todavía revolucionados y los sentimientos casi expuestos. Miro a mis compañeros, que todavía estaban absortos en los números y

mi

venes que estaban iniciando en el andar de la profesión. Espero poder motivar a todos a trabajar en conjunto aunque siendo realistas, eso no se da usualmente. Cuando Ignacio entra en el lugar, exactamente a la hora señalada, no pue

No puedo ni soñar con relacionarme con alguien de este lugar, son muchos los colegas que perdieron sus puestos de

usto en mi línea directa de visión, estan siendo ocupados por los cuatro jefes con que estuve reunida antes, Marcos, Lorena,

itar y detallar la situación actual y sus motivos, concluyo como

i estadía sea lo más incómoda posible, con la intención de que me vaya pronto… o trabajan conmigo y buscamos juntos la manera de salvar el Centro. Más allá d

xponiendo y no puedo más que advertir que no es precis

relación” los únicos que tenemos que perder somos nosotros, mientras q

rma en que su compañera se dirigió a mí. Lo que ni ella ni ninguno sabe es que esto no es nada en comparación con lo que tengo

en que yo soy una médica, al igual que ustedes, que conoce de primera mano la importancia que tiene un Centro de salud como este no solo para ustedes sino también para la comuni

e la more

zgar nuestro trabajo sin hacerlo,

nsos.- Sé que atacarla no es inteligente, esta es su gente, no la mía, pero no pude evitarlo, sé por experiencia que a algunas personas es mejor neutralizarlas cuanto antes, aunque decido que también sería oportuno cambiar el rumbo de la reunión para evitar una lucha en el lodo así que continúo antes de que pueda responder. –Supongo que

estoy mintiendo, solo soy una colega buscando ayudar. Sigo la línea con la mirada y el joven atractivo que ahora sé que se llama Marcos y es el jefe de traumatología, me mira con el codo sobre el apoyabrazos y la mano sosteniendo la barbilla, puedo advertir que

e en el salón. Cuando estoy por salir escucho su voz cer

emos h

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