PURO CUENTO
do, como algún día en el pasado lo había hecho uno de mis ancestros al otro lado del mundo, con paisaje de dunas y caravanas d
emoria a los parientes cercanos, "este va a ser el arquitecto de la familia". Este pensamiento condicionado y repetido infinitas veces, se
políticas, hasta que por cosas del destino y la aparente exagerada corrupción de las autoridades universitarias, hizo enviar desde la capital un rector para poner orden y este citó a exámenes y clasif
Ocho de sus obras fueron declaradas patrimonio de la humanidad por la Unesco, siendo figura destacada en ese campo
ctos y decidí entonces probar suerte en otro país. Entré a un país vecino que gozaba en ese momento de una de las mejores econom
a cafetería cerca a su casa, para darme orientación y ponerme a la vez en contacto con una persona que podía ayudarme en ese sentido. Al estar sentado allí y mirar con desespero el paso lento de cada minuto, una pequeña pelotita d
un avanzado escáner, la más detallada descripción del objetivo y si se trata de una joven, desde muy arriba en la frente hasta las uñas de los pies con una sola mir
rascendencia, situación propia de las primeras de cambio, un estudio de ambas partes, sobre po
si era una infinita astucia o una exagerada inteligencia, pero, de hecho,