En otra piel
e matrimonio que querían, q
ía preparado otra sorp
una gran inutilidad para su matrimonio, su esposo no quería hijos. En todo caso
es a Paula, tanto que la madre de las niñas re
n nacidas estaba echada, como siempre el mundo siendo t
eaban un hijo o una hija no se podía llevar solo a una de las gemelas, tenían que ser las dos o s
ptaran, las separan cuando
s niñas y se encariñó de inmediato. Corrió con mucha suerte, por que la a
ra Lía
e clase media, sin embargo, al poco tiempo de llevarse a la segunda niña, concibieron a s
nela, estaba orgullosa de al menos conservar su nombre. Aunq
es para adoptarlos, Marianela se escondía, no
buenas personas, era preferible vivir en las tierras de África rodeados de Leones que entre estas personas malvadas. Marianela apr
orrupción y se practica
protegerla la acechaban y la acorralaban, aprendió viendo a escond
*
os des
s calles, no la habían agredido ni físicamente ni sexualmente, cosa que hubiera
, para que una vez dormi
tes abandonados había un chico muy guapo de 17 años, ella no optó nunca por quere
un año d
ad donde vivía Marianela, según para disfrutar de unas vacaciones antes de vol
raduado en licenciatura en leyes Benjamín So
lintencionados llegaron a la conclusión que les encontrarían
su vez ya se había dado cuenta de la presencia de Marianela, la había vigilado por más
che, habían dr*gado con algo en su bebida a un joven graduado en licenciatura de ley
biaran a la jovencita, todos querían estar en el luga
abía puesto algo de sulmifero para adormilarla, par
l ver a una niña tan hermosa y casi semidesnuda, él era cierto que no había experiment
al como supuestos amigos con disfraz estaban haciendo todo esto para dañar la
pura, lo que se tenía que pasar pa
a, sin embargo él mostró resistencia y fuerza de voluntad, pero hoy fue di
ita, después había buscado por todos lados las cámaras ocultas, nadie pu
vez, le encantó lo sucedido, no la forma en la que ocurriera las cosas, si
lo disfrutó tanto como él, en primera persona estaba reavivand
omado a la fuerza, traído a la fuerza u ofrecido a la
aría después de intentarlo y mirar en la mirada de él un deseo interminable,