Siniestra atracción
pera un tiempo razonable y se acerca a la puerta, tira de la perilla, pero en vano, la puerta está cerrada, suspira y
la pared y las rodillas pegadas al pecho, después de diez
ncebirte, pero te prometo que no te permitiré ser como él –dice suave acaricia
pierta, abre los ojos y s
omienza a buscar sus cosas, para su sorpresa, no están–. Están en el departamento –dice,
r, salen de la cabaña y se dirigen donde la Ducati, Sl
e veinte minutos, llegan
la Ducati, Slycifer se va, dejándola ahí, pero no sola, l