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Norwich: El último suspiro de un pueblo siniestro.

Capítulo 2 Ratas Hambrientas

Palabras:6628    |    Actualizado en: 05/03/2022

ina BOH

rter. Le apunto con el dedo índice al instante poniéndose a la de

e escuchas como mujer.— Bebi

que tenía hasta el momento no tenía la to

sola? ¿Ofreces tus servicios o algo así?...No te ofendas pero creo que si lo haces, no te ira muy bien en esa ropa.

recer mis servicios, estas en “MI” Lugar bebiendo. Así que por favor, mueve ¡tú culo de ese banco! Y ¡Tercero!— Procedió a levantar un tercer de

l humo a los pocos segundos y notando que esa chica era conocida por esos

a ni hablaba tomo la palabra de nuevo.

levó una mano a la cintura y con la otra le apuntaba

comida y te juro que me largo de aquí. — Le dio

da su furia con el inspector Carter arrojándole su encendedor en la cabeza. Acto seguido fue corriendo hacia el pa

ica acercarse rápidamente, con una maniobra sencilla sometió a la joven en la

QUE TE MATO!— Llena de r

quilizarte. — Intentaba dialogar con e

S EN MI PUTO ESPACIO!- Le in

rtelo…te dije que so

rgo una escopeta que tenía justo en su rostro. —

l ver a ambos lados noto como ya hab

es ordeno que

e nada. — Saco la comida que le estaba sirviendo envue

y ella al instante se alejó d

culcando su bolsillo de su saco tomando uno

e apuntarle con esa escopeta. Rod

uando ya vio que el inspector

ndo pacíficamente queriendo dejar todo tranquilo con

a se comenzó a agarrar las muñecas y suspi

se de la barra para revisarl

ro a su amigo y agarro el cañón escopeta haciend

te coge en esa posición—Dándole un ligero sope en la cabeza a la chica. —Gracias al cielo, que ni era un enfermo y estabas aquí, para que te p

2 días Clark, así que

. — Él sabe que necesitas el dinero, te paga la mitad de lo que le paga a parásitos de ese lugar que solo

ando con la orilla del vaso, aun desanimada. Cuando de repente sus in

comida que aun tenía se la preparo a la chica y la envolvió para que tu

ás. —Miro su vaso de trago. — Es

ner algo en el estómago— Le entrego el envuelto. —Sabes que no qui

ero. — Sumamente apenada agacho l

go en las manos y prosiguió. —Además si ocupas trab

o, sin mencionar que me obligaras a usar f

aquí, si alguien se quiere pasar de listo, yo sé que tú puedes sola. En dado caso de qu

a reparar la cámara, sirve que le pregunto al señor King si puede aumentarme el sue

miro y ella sabía c

Se puso de pie y abrazo a su amigo quien veía como a un padr

mbo a su humilde morada, a escasas 6 calles de esa cantina estaba un edifici

a llave y la chapa ceder, se podía ver su pequeño departamento donde tenía cosas muy básicas. No tenía lujos y era muy pequeño el lugar, un

3 tirantes, 3 corbatas. Lo demás era ropa para su casa y ropa para salir, que a decir v

chica esperando caricias después de un ronroneo. — Si, yo también te extrañe, ¿Cómo va esa herida señor bigotes? — Lo levanto para inspeccionarlo viendo que ya estab

a la cocina, ella aparto un poco de lo que Clark le había dado y se

día sigu

imaginaba que este hombre era un peligro para todos los de su alrededor, y era conocido ,pues, le saludaban las personas y el regresaba el saludo de manera elegante. Veía a todo el mu

la cantina a ayudando a Clark. Ambos estaban en la cocina comenzando a pica

queña?- Como si de su hija se

tranquila que ayer. — Pero para responder tu pregunta.—Río levemente.— Tus guisados

e miro a la joven Campbell y se le salió una pequeña lagrima seguida de un su

e un padre a una hija. — La chica miro su reloj y vio que ya estaban por ser las 8 de la

i niña. —Entristeció viendo a la joven. — Deja ese trabajo y te po

da por el estilo! pero sé que hay algo más allá en el caso de anoche.

hará de nuevo?—Se rasco la cabeza un ta

o que arreglar la lente que me rompieron ayer.— Agarro su abrigo y se quitó la liga del cabello, preparándose

aciendo el resto de la comida, el hombre se apresuraba a descongelar más car

bación por su vestimenta, así que intentaba no tomarle importancia, rápidamente llego a la estación y comenzó

yer en la cantina estaba sentado. Se regresó para asomarse por las persianas y en cuanto Jack la miro levanto la mano para saludar

undos, para soltar sus machismos tan usuales de él. — De seguro, viene a pedirme disculpas. Y tú, novato

r…dicen que le gustan las mujeres y todos los fines de se

quieres liarte con alguien como ella?— Esta vez Walker fue quien hablo Se escuchaba un bullicio ta

qué más le daría trabajo y aguantara a esa mujer tan

ing refunfuño cerrando la puerta y haciendo notar su llegada.—Pueden dejar de decir que me acuesto con, esa, cosa.— Termino de decir eso y el inspector Carter solo pudo escuchar más burlas de parte de

s. — Agradeció con la ca

uantándose las carcajadas porque sabían que el jefe le daría otro regaño público y otro

erla a los ojos. —Bien a lo que vamos señores; Nos están presionando

amente interrumpió Campbell, sin embar

tonces ¿En que estaba?—Se agarró la Barbilla.- Oh si, Williams, Evans patrullen y encárguense del orden por este día. Walker y Jones re

es, la impaciente Mía entro nuevamente al lugar,

iro sus ojos al frente vio que el chico

onoces?—Los miro a ambos y se agarró el rostro mirando al agente Carter—Dime por favor, que no te h

poder respirar. Incluso la joven Campbell se quedó boquiabierta al escuchar que este hombre no menciono nada del asunto de ayer en la cantina lo cual le podía haber costado

ica. Le hizo una seña al muchacho para darle a entender que tenía que atender a Campbell y él se hizo a un lad

e me dejara venir a arreglarla. No es necesario que me pague, ni pienso pedirle el día pagad

utos arreglarla, solo es cambiar la lente.

y después regresas hasta el lunes. —

ntinúo. —No conozco muy bien el pueblo, ahora que l

entusiasmada. No solían quererla de compañera — ¿Puedo? Igual

o al inspector. — Carter, mayor prioridad porque tenemos el caso de la muerta de ayer y esto a unas pocas horas. ¡Encuentra a esa niña!— Tomándole

o encamino y entraron a un cuarto repleto de refacciones para arreglar

intió con la cabeza. — ¿Así que estas suspen

o al lado tuyo. — Hizo una seña con su mano

a?—Nuevamente lanzo l

Qué asco! ese tipo ha de

so. — Ambos se quedaron callados

que traen locos a todos. — Veía como el inspector Carter fácilmente remplazaba su antiguo lente por otro. — Oye, también quería decirte, gracias, y perdón por lo de

s últimos toques y terminando de cerrar la cámara.— ¡Ya quedo! De t

ros.- Un poco más seria nuevamente, recordando que

nde es la dirección de la niña desaparecida para inic

cuello y al quitarse el saco desprendía un olor a perfume que sin dudarlo le resultaba atrayente, como a cualquier c

la señora que pedía limosna fuera de la iglesia porque su esposo la había dejado, al señor Fisher que hacía unos panes exquisitos y siempre tenía tanta gente, a

ún lugar de

nivel. Tenía 20 días vigilando de lejos a su siguiente víctima y él estaba más que listo para volver a dar el siguiente golpe. Era una sexoservidora la cual no tenía hijos, ni familia, era una pobre bruja que solo se vendía

o, la chica caminaba por las calles de Norwich lista para irse a su hogar estaba

mayor ruido dejo noqueada a la mujer y comenzó a arrastrarla hacia su coche. Así de fácil le fue ll

, le había logrado coser la boca con unos hilos pues así nadie lograría escuchar los gritos que ella desprendiera, y mientras ella de

n en la que estaba sin ropa, atada y a pesar de lo tomada que estaba, sabía que corría mucho peligro

hombre con un cuchillo e

que depurar de esta mente retorcida a la sociedad. para que no pudra a las demás manzanas...— Sin decir más enterró el cuchillo en el abdomen de la chica haciendo que ella solo pudiera retocarse de dolor mientras unas lágrimas salían intentando gritar, pero le resultaba imposible. El hombre introdujo su mano por ese gran hueco y comenzó a estrujar los intestinos de la chica hasta sacarlos de su abdomen y de manera salvaje los comenzó a enredar en el cuello de la chica mientras ella

a de la mujer y comenzando a devorarla viva, era una tortura horrible. Pero el en su retorcida cabeza, tenía que seguir depurando esa sociedad de mujere

ento de Mía C

do de repente su teléfono de casa comien

ntesta aun

el cable del teléfono fijo y asomándose por la ventana observo que Jack Carter ya estaba esperándola en el coche. — Si señor…ya está afuera, solo me cambio y salgo. — Dando la llamada por finalizada. La chica rápidamente agarro su traje, su blusa unos tirantes, poniéndose l

tamos— Le abrió la puerta del coche y l

do al coche. El inspector Carter arranco en cuanto la c

ara mí que esta borracho o no contesta porqu

guantando mierdas como Logan.— Un tanto molesta refunfuño.

s horas de sueño. —Tómale al café ¡sí!— Intento tranquilizar a su compañera. Cuando se dio cuenta que y

No se va a quedar esperando a que lleguemo

al accedió. El inspector Carter rápidamente dio un grito de advertencia.—¡INVESTIGADRES! ¡ESTAMOS ARMADOS!— Al no recibir respuesta de una

o cuando las luces se prendieron alumbrando el lugar. El inspector pu

sto— Se puso un p

ió el olor a muerte. Sangre fresca por todos lados y ella escuchaba igual que su c

de ellas, aparte de olor a sangre el lugar olía a humedad, las ventanas estaban tapizadas de periódicos y era imposi

ver la brutal escena en la q

notas nuevamente las cuales le traían cierto recuerdo al caso de la chica empalada en las astas de venado. Comenzando a arquear una de sus cejas, se dirige a su libreta a buscar en sus previos apuntes de ese caso y en efecto habí

¡J

No grites Mía! Me asustas, ¿Qué encontr

caso de la chica de las astas de venado?— Pregunto un tanto nerviosa pues esta

ro ¿NO? según se,

ca para tranquilizarse un poco. — Ese crimen y este crimen, son de la

— Seguían un tanto dudoso.—A ver no te quiero decir nada por lo

scucharle. Había captado su atención. —En el primer caso, la chica había sido destripada mientras estaba con vida. Esta chica también pues el cuerpo sigue arrodajando cierta temperatura cálida. Otra cosa es que la previa chica tenía los ojos abiertos solo que allá los cuer

tripador, los 5 asesinatos que cometió fueron con cortes en los genitales, desfigurando el rostro, cortes de garganta y jamás cambio su método. Este crimen y el otro así como tienen cosas en común, tienen otras que no tiene

que ver, pero explícame la pluma y el chelín

r el trabajo del primero? Siempre hay gent

no tiene nada que ver con las víctimas. — Pauso un poco pensando. — Bueno, si de alg

tros? Tiene que haber un porqué de todo, no nomas por que se levante con ganas de ir matando mujeres

e convence porque estoy soltando la idea yo? o ¿Por qué no crees que una

en tan jodidamente enfermo para ir jugando a ser dios y decidir quien vive y quien muere. — Le

AS ESA MIERDA DE MORALIDAD Y HUMANIDAD, JACK. ¡MIRA A LA CHICA! ¿CREES ENSERIO QUE LO HIZO ALGUIEN CON VALORES MORA

ntento acercarse a su compañera pero ella le levando el dedo índice. E

pegarme. Pero, no me estas escuchando ¿Tanto cuesta

ira, hagamos algo, por favor.— Puso su mano en el hombro de la chica.— Si aparece otro caso y encuentras una pluma y una moneda, yo mismo lanzo la idea y cargo con todas las consecuencias, pero tienes que darme más que simp

rvios la chica y sus ojos se llenaron de agua.— No te creí tan enfermo para querer poner la vida de

ersona. Pero hasta tener suficiente evidencia se lo diremos a King, ¿Te funciona eso?— La señorita Campbell tenía un cigarro en

us mejillas cerro los ojos de la chica.— Perdóname. Si pudiera hacerlos entender, quizás no hubieras terminado así. Enserio, lo

lado podía notar como su compañera tenía un dolor genuino por la muerte de alguien que no co

r el cuerpo y con las fotos que había sacado Campbell serí

al coche aun algo sensibles después de su discusión y nunca se percataron que el mismísimo autor del crimen los veía a lo

nombre de la chica. Como iniciando un ritual para las chicas que el marcaba como posibles futuras víctimas. — ¿Dónde vives Campbell?—Se subió a su coche y de la manera ágil comenzó a seguirlos dando vuelta por diversas calles. Co

ue, la chica seguía afuera fumá

que hizo fue encender sus alarmas mentales. Sin despegar la mirada se comenzó a ir entro de su departam

sin mover las cortinas y solo pudo observar como de ese coche salía un hombre a orinar las plantas. — Pufff me asusto, solo estaba esperando a que me fuera para poder orinar como animal. Maldito cerdo. — Se alejó de

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