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Norwich: El último suspiro de un pueblo siniestro.

Norwich: El último suspiro de un pueblo siniestro.

BlakeAdell

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6
Capítulo

Prologo Trailer- https://youtu.be/YpHiphXXzyI *Suspenso* *Crímen* *Romance* *Drama* *Y una pizca de comedia * Inglaterra Norwich 1936... Diferentes cuerpos han sido encontrados causando terror a todo aquel que vio la escena en vivo, periódicos o la radio causan inquietud entre los pueblerinos. En medio de tanto inspector dominante y machista, la ayudante y fotógrafa Mía Campbell, comienza a notar que ese crimen es solo la punta del iceberg desentrañando una escalofriante verdad que esta por robarle la seguridad al pueblo de Norwich. ¿Cómo se describe un Asesino en serie si ni siquiera la policía conoce esta conducta? ¿Cómo una mujer enfrentara a una sociedad en la que ellas no deberán ni trabajar? Entre ella Y el recién llegado inspector Jack Carter, irán contra el machista sistema y demostraran que este asesino, es real y en cada escena va perfeccionando su técnica. Advertencia: Contenido sensible y gráfico, es una novela que tratara de crímenes, con explicaciones crudas, así como contenido y vocabulario para mayores de 18 años. Se recomienda discreción, esto puede llegar a causar sensibilidad a los lectores, que no estén acostumbrados a este tipo de lecturas. ----- Es mi primer historia oficial sin que sea un fanfic...soy una aficionada y espero conforme la marcha, si algo se tiene que pulir se logre el objetivo. Espero de todo corazón si tienes un al día una lectura te ayude a despejar un poco la mente y te haga olvidarte de ese problema. Comentarios, votos,estrellas y claro sugerencias son bien recibidos.

Capítulo 1 Bienvenidos a Norwich

Advertencia:

*Contenido sensible y gráfico, es una novela que tratara de crímenes, con explicaciones crudas, así como contenido y vocabulario para mayores de 18 años.*

*Se recomienda discreción, esto puede llegar a causar sensibilidad a los lectores, que no estén acostumbrados a este tipo de lecturas.*

Era 31 de Octubre de 1936, en un pueblo de Inglaterra llamado Norwich, donde los veranos son muy cortos y la mayor parte del año es fresco, con lluvias y tupida nieve. En ese pueblo la gente vivía su día de Halloween como los años pasados, con total normalidad, los niños caminaban por las calles pidiendo el dulce o truco, y los adultos les llenaban sus calabazas de dulces, estas fiestas era para que se vistieran de algún monstruo con el fin de quitarles el miedo a los niños sobre todos esos cuentos de que las brujas, los hombres lobo y los vampiros abundaban por sus bosques.

En la estación de investigadores pasaban la noche en la oficina sumamente normal, no solía haber trabajo ya que hasta parecía que los delincuentes le daban un respiro al pueblo. Los policías e investigadores tenían una pequeña fiesta en la que abundaban las rosquillas y el café. Entre toda esa multitud de varones, en su cubículo estaba una chica de unos 27 años de edad, era de 1.67 de altura, cabello negro ondulado y largo llegaba hasta su cintura, sus ojos eran color café, una nariz aguileña que le daba a su rostro una distinción única, labios pequeños que eran llamativos si se ponía su labial rojo, aunque a diferencia de casi todas las mujeres de esa época vestía de sastre, con tirantes, dándole un aspecto sumamente elegante para algunos y masculino para los de mente cerrada, unos aretes que seguido los cambiaba , eran todo menos discretos. Bueno pues ella era Mía Campbell , la “única” mujer en el departamento de investigación de la policía.

Veía como pasaba desapercibida por los demás pues les resultaba incomodo tener que trabajar con una mujer , la mayoría de ellos la veía como una chica que le quitaba el trabajo a uno de sus compañeros…pero no se podía negar, sus fotografías y recolecciones eran siempre mejor que los de cualquiera.

Llego uno de sus compañeros el inspector Logan Hunt 36 años de edad un hombre alto aproximadamente 1.86, cabello corto y negro y ese estilo de que cada 2 días se quitaba su barba, de buen físico pues cuidaba su alimentación pero carecía de disciplina para ejercitarse, no le importaba pues ya con la reputación que tenía, podía tener a quien el quisiera. Para no desviarnos del tema, era el prospecto perfecto para cualquier mujer de esa época…pero para la señorita Campbell…era un IDIOTA como la mayoría de ellos. El inspector Hunt inicia la converascion.

— Señorita…— Se quitó el sombrero como reverencia y respeto hacia ella; beso su mano. — ¿Por qué no viene a divertirse? Una o 2 rosquillas y café no le harán perder ese seguro hermoso cuerpo entre tanta ropa tan, masculina— Pregunto siendo todo un galán ante la chica.

—Inspector Hunt…— Retiro su mano de la de él evitando que siguieran teniendo un roce con sus labios. — Agradezco su interés, pero como sabe, estamos en horas de trabajo. Sería una pena para mí no estar en mis cinco sentidos si el deber llama. —Intento ser educada con el inspector, aunque a decir verdad, podía disimular muy bien sus palabras. Su rostro era el problema.

—Nos quedan pocas horas para salir de nuestro turno. — Insistió nuevamente ofreciéndole una bebida caliente. Sacando una licorera de aluminio muy elegante y refinada, donde siempre guardaba licor. Mezclo el café con esta embriagante bebida. — ¿Ahora si podrás venir a mi casa?...Es Halloween. Todo está cerrado. — Una nueva sonrisa depravada se formó en su rostro.

—Agradezco su…insistencia inspector Hunt. Pero ¿Qué dirían de mi los demás en la oficina?— Buscaba una excusa para salirse de ese lio que este hombre tenía meses invitándola a su departamento. — Además hay policitas y entre compañeros no podemos salir…sin mencionar que no tengo un interés inspector Hunt.

— ¿Quién dijo que saldríamos?— Una leve burla hacia la inspectora lo hicieron pausar unos segundos. —Hay Mía, Mía, Mía…Tan inocente como siempre.- Comenzando a juguetear con sus tirantes haciéndola incomodar.— No iremos a salir a pasear por algún lado. El chiste queridísima Mía, es que me dejes ver que hay debajo de esos tirantes. Y ya al siguiente día cada quien en su vida normal.

—Inspector Hunt ¿Está sugiriendo?...—Tomo aire para intentar no perder el control y lo expulso por la boca una vez encontró las palabras adecuadas. — Está sugiriendo que sea, su sexoservidora por una noche. Sabe que la sociedad, no ve bien el practicar relaciones sin contraer matrimonio. Además con todo respeto, no tengo interés en ver que esconden esos pantalones, Logan. —Termino de decir un tanto seria.

—La sociedad... ¿Desde cuándo te importa a ti…lo que la sociedad diga de ti? Usando ropa de hombre, trabajando entre hombres. Si te importara lo que dice la sociedad, estarías en casa, lavando los trastes, haciendo comida, siendo esposa sumisa de algún buen hombre. —Reprocho un tanto molesto. — ¿En serio crees que alguien más se va a meter contigo? Todos en esta asquerosa oficina, creen que no te gusta indagar entre los pantalones de los hombres. Si no aceptas mi propuesta, morirás virgen.

—Agradezco su preocupación por mi señor Hunt. Pero prefiero que me considere una lesbiana a ser su prostituta. Lo cual aclaro sobre las personas con gustos…diferentes. No tiene nada de malo, pero ustedes se siguen metiendo en la cabeza a hacerme algo que no soy.—Lo empujó hacia atrás levemente para que ella pudiera salirse de entre su cubículo y el inspector que le estorbaba el paso.— Además…no es de mi interés compartir fluidos con alguien que de seguro esta mas manoseado que cualquier mujer de la vida sexual. — Agarro el cuello de su camiseta y lo acomodo junto con su corbata. — Eres igual que las sexoservidoras Logan, pero, hay 2 diferencias entre ellas y tú. —Apretó el nudo de su corbata haciendo que este hombre se sintiera un poco falto de aire. —Una de ellas es que, esas chicas se venden por necesidad y por sacar dinero para sus hijos. Porque sus hombres no tuvieron los pantalones para cuidarlas. Mientras tú lo haces por placer. Y segunda, ellas cobran por su trabajo, tú lo regalas.

—Cuida tus palabras Campbell…—La tomo detrás del cuello acercándola bruscamente a el.— Que deberías estar ahorita mismo bajándome los pantalones y como toda mujer, calladita, calladita complaciendo a los hombres.— Disimuladamente reprochaba para evitar un escándalo en la oficina. —No te gustaría que cuando todos miren, vean que estas de rodillas de sucia hurgando entre mis pantalones… ¿Verdad?

Mía sentía como es que este hombre por tener más fuerza que ella le dominaba y comenzaba a ejercer presión para bajarla a la altura de la cremallera de sus pantalones. Esperando que hiciera algo indecente por la fuerza. Pero como por arte de magia salió el jefe del departamento, el oficial Ryan King a parar esa fiesta que tenían.

—¡SEÑORES!— Guardo silencio un poco mientras todos dirigían su mirada hacia el.—Tenemos un caso…¿Quién quiere ir?— El jefe de este departamento era un hombre ya de unos 64 años de edad, de experiencia, cabello completamente canoso con una singular barba que tapaba su cuello y algunas arrugas. Los años le habían enseñado que si quería hacer algo bien, lo hiciera el mismo. Pero con la mente más cerrada que los jóvenes. Así que seguido humillar a Campbell era para el normal. — ¿Alguien?—Tomo su saco y se colocó sus 3 singulares puros en la bolsa del pecho.

— ¡YO!- Grito la inspectora logrando salir de las manos de Logan y corriendo justo al lado del jefe del departamento. —Solo agarro la cámara y lo que necesito.

—Bueno…tu no tenías opción. Tú tienes que venir si o si. No hay nadie que cubra tu puesto.— Mirando de reojo a la chica.— Pero agradezco tu interés y pasión. — Rodo los ojos un poco fastidiado, por ver como los demás se aguantaban la burla. —¿Quién más?— Busco entre todos sus candidatos y miro como el inspector Hunt se escondía entre los cubículos para no salir.—Logan Hunt, te necesito al mando. También ustedes muchachos, Williams, Evans y Brown.

Al escuchar el veredicto final Mía arqueo nuevamente las cejas arrojando aire por la boca. Logan Hunt Nuevamente se acerca a la inspectora a decir.

—Parece que yo te puedo llevar en mi patrulla. A ver si hay si trabajas más la boca, en lugar de andar hablando estupideces. — Le susurro esto último al oído.

— ¡Jefe!—Salió corriendo dejando a este hombre atrás mientras seguía al jefe del departamento el Señor King. — ¡Señor!

—«! Oh! ¡Por dios! aquí vamos de nuevo». — Se dijo a sí mismo intentando ignorar a la chica.

— Señor King, Señor King. — Repetía una y otra vez pero el sonido de su voz pasaba desapercibida. — Señor King ¿Puedo irme con usted?

—Mía. Te vas con el inspector Hunt. Punto. — Al fin escucho a la chica y dio una respuesta.

— Pero, Inspector King. Ya va para el lugar. Sabe que en cuanto más rápido llegue y no este tanto agente, puedo sacar mejores fotos. — Mostrándole la cámara, alzando los brazos.

—Súbete… ¿Qué esperas?—Un tanto fastidiado, abriendo la puerta de su coche. Mientras la joven abordaba el auto él le advirtió. — Y por lo que más quieras Campbell…no hagas nada estúpido.

— Si señor—Bajando la cabeza un poco desmoralizada, acepto la orden.

El camino no fue tan largo alrededor de unos 20 minutos ellos llegaron primero que. Al ver la escena, tanto el jefe del departamento, como la fotógrafa, se quedaron anonadados e impactados por lo que estaban mirando.

— ¿Pero qué? ¿MIERDA?— Espero un momento, bajo del coche comenzando a darle ese olor fétido de un cadáver. — ¡APESTA!

—Señor…el cadáver se ve fresco. Yo creo que la cabeza de venado es la que desprende ese podrido olor. — Poniéndose un paño en la nariz, seguía un tanto, sorprendida.

—No viniste a dar una opinión. Comienza a sacar las fotografías. — Reprendió a la joven y ella enseguida se puso a trabajar.

La escena era impactante. Un cadáver de una femenina, empalada en unas astas en la cabeza de un venado, con múltiples órganos quedados expuestos al aire libre, haciendo que los carroñeros arrancaran pedazos de piel del cuerpo.

La chica se puso los guantes y comenzó a acercarse a sacar fotografías .Teniendo sumo cuidado con no pisar ningún charco de sangre. Ya los cuervos se habían encargado de vaciar las cuencas de los ojos del cuerpo. Así que la escena, estaba relativamente contaminada.

La joven comenzó a sacar una pequeña libreta y a hacer notas mientras seguía tomando fotografías. Con un cuidado tan profesional se acercó a tocar un poco el cuerpo y pudo notar como aun emanaba cierto grado de temperatura cálida, a pesar del frio y la lluvia que hacía, dándole a entender que este atroz ataque había sido cometido hace menos de 2 horas.

—¿Por qué terminaste así?— Se agacho y pudo notar como es que debajo del cuerpo justo al lado de la cabeza de venado, había una pluma de cuervo intacta en perfectas condiciones junto con un chelín que impedía que saliera volando.— mmm eso es…extraño.— Tomo la fotografía y se reincorporo nuevamente viendo como sus intestinos estaban expuestos. Se acercó, descubrió su nariz y percibió que estos eran los que desprendían un olor fétido, a descomposición, a diferencia de todos los demás órganos.

Se sumergió tanto en lo que estaba haciendo, que no se percató de que una mano la estaba jalando hacia atrás impidiendo que siguiera viendo el caso.

—A un lado Campbell…— Respondió el inspector Hunt, alejándola más del cuerpo. — Déjanos a los expertos trabajar. Estorbas. — Tapándose la nariz a la hora de que este olor a podredumbre penetro sus fosas nasales. — ¡QUE ASCO!

—Atentos. A trabajar señoritas, y Campbell...muévete y toma fotos a los alrededores. Para eso te pago.

Todos los que estaban en el caso comenzaron a ponerse guantes y a contaminar la escena del crimen un tanto despreocupados.

Mía observa como estos hombres se comienzan a mover sin siquiera prestarle atención los detalles. Cuando de repente de reojo logra ver como el inspector Brown apunta hacia los senos del cuerpo, haciendo burla.

—No debieron matarla. Mira nomas, que tenia de dónde agarrar. —Sin mostrar respeto por el cuerpo de la chica.

— ¿Te importa mostrar respeto?—Replico furiosa y el mismo jefe de King paso una de sus manos por su rostro al escuchar a la chica hablarle así a un inspector. — Es la hija de alguien, la esposa de alguien, la madre de alguien. Más respeto por favor.

—Mía. ¡Es una Broma! Ya deberías estar acostumbrada a trabajar entre nosotros. Así hablamos, no fastidies y ve a tender mis calzoncillos. — Diciendo en todo de burla y los demás se rieron. La chica simplemente se enfureció más.

—Escucha… pedazo de…

— ¡CALLATE LA BOCA MIA!— Le agarró del brazo, pues estaba por darle una cachetada al inspector Brown y fue el mismo jefe del departamento quien conecto la bofetada con la chica, disciplinándola públicamente entre todos los presentes.— ME DIJISTE QUE NO HARIAS NADA ESTUPIDO. Y DESDE QUE LLEGASTE, NO HAS HECHO NADA MAS QUE VAGAR COMO TONTA Y FALTARLE AL RESPETO A “TUS” COMPAÑEROS.

—Con todo respeto señor…—Se tallo la mejilla que estaba tornándose un tanto colorada. — Está hablando mal de un difunto. En las leyes de conducta que tenemos en el departamento, está prohibido. Además, cuando ellos se la pasan bromeando con cosas de mi sexualidad, mi ropa, mi conducta, usted jamás los ha reprendido ¿Cree usted que eso es justo?

— ¿Qué sí creo? ¿Sabes que creo?- Acercándose a la chica a escasos centímetros de su oído.- QUÉ NO ESTÁS EN POSICIÓN DE PEDIRME EXPLICACIONES ¿QUIÉN TE CREES QUE ERES? — Jalándola del brazo nuevamente y haciendo que sus compañeros simplemente se aguantaran la risa de lo que le estaba haciendo. Sada que levantaba la voz este hombre atraía a mas metiches que solo estaban para ver la escena y la disciplina que le daban a la chica. —Mía….Cuando me hice jefe de este departamento, me prometí a mí mismo que en mi vida ni un negro, ni una mujer me darían ordenes; Mucho menos trabajar en mis departamentos. Pero llegaste tú, a pedir una oportunidad por que estabas en la misma miseria y te la brinde. Pero desde que llegaste eres tan ¡REBELDE!

—Sabe que necesito el puesto señor… Vivo sola…Sabe que mis progenitores, me echaron de casa.- Apenada bajo la cabeza.

—Y no me sorprendería. Yo también te hubiera echado a la calle. Con esa rebeldía, esa deshonra que ha de sentir tu padre al tener a una mujer que no sirve ni para darle nietos. Vas a acabar con tu apellido. Por ende, con tu linaje—Seguía reprendiendo mientras ella se mordía el labio inferior del coraje que sentía que la estuviese humillando así. —Y ¿Todo por qué? Un amor de alguna mujer que jamás te correspondió.

—Señor King— Nuevamente agarro aire por la nariz y lo dejo salir por la boca intentando tranquilizarse. — Ni usted… ni nadie tienen derecho de hablar de mi sexualidad. El hecho de que use pantalones, no me define en algo o algún gusto. Si me diera la oportunidad. Le podría mostrar, que mi trabajo, es tan eficiente como el de los presentes aquí. —Intento mostrar el mayor respeto posible. Pero el mismísimo Logan Hunt interrumpió al inspector a cargo y se dispuso a encaras a la chica.

—Entonces insinúas ¿Qué eres mejor que nosotros Mía?—Los presentes miraron a ver a la chica con desaprobación y hasta cierto modo, con asco. — No se enojen con ella chicos, es más, te invito a que nos digas y nos sorprendas con ese brillante, cerebro de… pájaro que tienes, a que nos ilumines e instruyas. — Movió las manos apuntando hacia el cadáver con una reverencia burlona.- Inspector King…déjela.

El jefe King la soltó haciéndole caso al joven Hunt y dejaron que se acercara a la escena. Ella ya había hecho algunas anotaciones, así que, saco su libreta.

—Primero que nada. Estoy segura que los intestinos que están en el cuerpo de la chica no son de ella. Son los únicos en emanar olor fétido a diferencia de todo lo demás, deben ser de puerco o algún animal. Segundo, este asesinato fue hace pocas horas menos de 2 diría yo. Cuando llegamos, el cuerpo, estaba relativamente tibio. Tercero, no creo que sea alguien que le conozca. A diferencia de los otros cuerpos que hemos encontrado, normalmente tienen los ojos cerrados. Este lamentablemente ya no cuenta con ellos por los carroñeros, pero, eso indica que la dejaron con los ojos abiertos mientras la empalaban en esta cabeza de venado. Cuarto, a pesar de que es muy fácil ser atravesado por las astas de estos animales, a los cuernos les sacaron filo. Posiblemente con una piedra para afilar cuchillos. Y por último dado que el cuerpo no está rígido y se articuló hacia abajo, diría que, montaron a la chica estando aún con vida. De lo contrario, a la hora de empalarla muerta, el cuerpo no podría moverse tan fácilmente.

Termino de decir y todos se quedaron viendo entre ellos, pasando unos segundos comenzaron soltar una carcajada que contagio a los presentes metiches.

—AHAHAHAHA a ver Mía, a ver si entendí, es que tienes tanta imaginación—Tallándose los ojos para quitarse las lágrimas de risa que le salían. — Estas insinuando, que un sujeto desconocido, mato a una chica desconocida, por simple gusto. Y que todavía tuvo él se tomó la molestia de remplazar sus intestinos por los de un puerco. ¿Con que fin dirías tú?- Nuevamente rio pero manoteo hacia sus compañeros.—Esperen esto se pondrá mejor que lo de antes.— Invito a que volviese a compartir su opinión, solo para simplemente seguirse burlando de ella.

—No lo sé Logan .Pero eso definitivamente no es de ella. — Noto como seguían burlándose de ella. — ¿Tienes una idea mejor? Soy todo oídos.

—La verdad es que si… La chica la descubrieron andando con el amante. El esposo quien es cazador y le es fácil tener cabezas de venados como trofeos, la mato por celos. Sabes que a las mujeres que andan con el amante terminan así… sencillo pero es la realidad. No me ando inventando estupideces fantasiosas, solo porque sí.

— ¿Por qué insinúas que es una prostituta Logan?— Molesta y ofendida, espero una respuesta.

— Porque la dejaron sin ropa. A las que dejan sin ropa son prostitutas asquerosas.

— ¿Y ya?—. Bufo. —Nunca pueden aceptar que sea algo más que lo que a simple vista nos quieren dejar.

—Te voy a dar unas clases rápidas. Pequeña estúpida. — Nuevamente poniendo en tela de juicio la inteligencia de la chica. — Si hubieses ido a la escuela a estudiar, lo mismo que nosotros sabrías que el brillante Cesare Lombroso dedico gran parte de su vida a investigar la mente de los criminales. Llegando a la conclusión con más de 400 necropsias y más de 6 mil análisis de delincuentes vivos, que, estos sujetos, no piensan bien, son deformes de los cráneos, y su inteligencia es muuuuy sumamente baja. Un poco de clases y conocimiento ¡Ignorante!- Termino de darle la pequeña lección a la inspectora Campbell.

—En efecto— Pauso unos segundo. — Pero Logan. Él dice que los criminales son natos. O por naturaleza desde que nacen, son así. Eso, sí demuestra que no pudo ser alguien que llevase una vida de familia tranquila y matara por celos. Por qué sería tan estúpido, que ni siquiera podría haberse casado con esa muchacha que cabe decir era demasiado bonita— Dejando a los presentes sin palabras. Ella sabía de lo que hablaban y eso era muy difícil pues en su tiempo esa información solo se impartía en carreras para masculinos. — Este sujeto…no la conocía. Y te aseguro que podrá volver a atacar.

Esta vez Logan Hunt fue quien se acercó a ella y le dio otra cachetada tan fuerte que la chica tiro la cámara y la lente se hizo pedazos.

—No vuelvas a corregirme en público. — Se acercó a ella. Invadiendo su espacio personal estando a escasos centímetros de sus labios. — ¡IDIOTA! Quien quita y la siguiente en amanecer muerta como esta asquerosa prostituta seas tú. Posiblemente se lo merecía sería así de rebelde como tú.

—Tú lo que tienes Logan, es que estas frustrado. Porque por más que intentes no te he bajado la calentura de entre los pantalones. Y te vas a quedar con las ganas.- Agarrando aire resonando su garganta le arrojo un enorme escupitajo en la cara. —Porque, yo, jamás me quitaría mis tirantes con alguien como tú. — Todo esto dicho previamente a un tono que solo ellos dos podían escuchar.

— ¡SUFICIENTE MIA! ¡DAME TU PLACA!—Extendió la mano el jefe a la chica.

— ¿Qué? ¿Por tener conocimiento?—Pauso. — ¿Enserio me releva por eso?

— ¡Dos días suspendida!— Arrebatándole el la placa. — Y espero en esos dos días le pidas disculpas al inspector Hunt.

— ¿Qué? ¿Pero si él fue el que me agredió?— Reprocho. — ¿EN QUE MUNDO VIVE?

—Él no te agredió. Él te disciplino…Conforme a cómo podemos reprender a las mujeres. No olvides tu lugar aquí. Si sigues con esa conducta, me veré obligado a darle tu puesto a alguien más y tú buscaras en otro lado.

Mía sin decir más se tallo la mejilla nuevamente y se fue sumamente dolida por esa humillación pública.

Comenzó a caminar por las calles de Norwich con un nudo en la garganta, pensando en todo lo que estaba pasando a su alrededor.

Mientras ella se dirigía a su refugio el inspector Logan Hunt ordenó el levantamiento del cadáver y autorizo la autopsia, para rutina. Se le acerca el Jefe Ryan King

—Hunt ¿Sabes si fueron a recoger al nuevo? ¿El de Chicago? Carter.

—Si ya fueron por él, se está dirigiendo John Walker. No se emocione mucho, señor, dicen que es recién salido de la academia. No va a tener experiencia, en nada.

----- Estación de tren de Norwich-----

De entre los pasajeros venia bajando un inspector 29 Años de edad, Jack Carter. Hacia su aparición y veía como el clima era más volátil que en el mismo Chicago. Esto no le daba algún problema, estaba emocionado y lo habían mandado recomendado por salir de la academia con los mejores puntajes de tiro y conocimiento. Sin duda Norwich era un pueblo pequeño, pero, necesitaban más gente con oficios que no fueran leñadores, cazadores o granjeros.

El joven era de barba y bigote tupido, que por lo general la rebajaba cada 3 o 4 días, se notaba que era fornido, e intentaba mantenerse en su peso, su estatura estaba aproximadamente por los 1.82 de alto. Era de cabello negro, ojos cafés claros; Llevaba su saco que le cubría hasta las rodillas y su sombrero. Un clásico para los investigadores de esa época, y sin decir más se acercó al sujeto que tenía su nombre en un cartel.

—Señor Carter ¿Correcto?

— El mismísimo, en persona ¿Señor Walker? ¿Correcto?

— Así es Señor. El encargado King se lamenta no haber podido recibirlo. Pero nos salió un caso.

—No hay absoluto problema. — Sacando uno sus cigarros, procediendo a encenderlo. —Mejor muéstrame dónde está mi departamento.

—Claro que sí señor. Adelante. —Ambos hombres se fueron en el coche mientras el Inspector Carter le hacía ciertas preguntas solo para irse familiarizando.

— ¿Es muy peligroso por aquí?— Le observo un tanto impaciente por sacarle plática a su compañero.

—Pueees…últimamente hemos tenido más trabajo que el año pasado. Quizás la crisis, la economía, o el desempleo. No tengo una respuesta para ello. —De reojo vio al nuevo inspector cómodo.

—Y ¿Qué hacen para divertirse?

— Lo usual. — Soltó una leve risa. — Ir a una cantina. Hay algunas cantinas por el pueblo….Billar, mujeres. En veces salimos todos. Puedes acompañarnos si quieres.

— ¿Mujeres?— Se sorprendió un poco al escuchar esto. — ¿La gente no dice nada por ir con esa clase de compañía?

—Pues si dicen. Pero conocemos lugares donde es muy privado. Tú sabes. — Pegándole levemente en el hombro con una sonrisa pícara. —A alguien le intereso eso ¿No?

—Pues…Si queda tiempo libre, posiblemente no me haga mal. — Viendo las calles del pueblo por las que pasaba su compañero. — Si que se ve tranquilo. Espero que pueda aprender y poner en práctica todo lo que aprendí por allá.

No pasaron ni cinco minutos de esta plática cuando el joven Walker se frenó y le indico donde estaba su departamento.

Se bajó del coche para ayudarle ya que traía 2 maletas grandes y le ayudo a conocer su nuevo hogar.

—Esta zona es buena para vivir. Tienes una panadería cercas, hay unas cinco cantinas por la zona. Encontraras de todo. — Mientras se asomaba por la ventana. —Y tienes bonitas vecinas de frente. Eso sí, está pegada a uno de los barrios más económicos. Hay si es diferente el asunto— Saco la mano para saludar. — En fin ¿Quieres ir a una cantina? podemos ir a una. Yo invito.

—Creo que por hoy paso—Arropando su cama y dejando las maletas de lado. — El viaje fue largo. Si mañana inicio tengo que dar la primera buena impresión.

El joven Walker sin insistir, se retiró y se encamino a su hogar para poder iniciar un nuevo día mañana.

Mientras tanto Jack Carter intentaba conciliar el sueño, pero, una vez solo, le costaba adaptarse a un lugar completamente nuevo. Después de dar vuelta por su cama dos horas aproximadamente, decide agarrar sus cosas y salir a conocer los alrededores.

-----Cantina BOHEMIA-----

Una adolorida inspectora Campbell estaba sentada en un banco.

A decir verdad era un barrio de bajos recursos y la gente que habitaba, estaba acostumbrada a ver a la chica. Era su refugio. Se sentía en ese lugar tratada como igual, ¿Quién diría no? Las personas de menos estudios eran los que le daban el trato más digno, sin importar su apariencia o como fuese vestida.

Se quitó el saco mostrando su blusa blanca y sus tirantes negros que pasaban por sus hombros, mostrando como a pesar de tener ese aspecto de vestimenta tan varonil, ella desprendía un olor a perfume de mujer. A decir verdad era una chica despreocupada en algunos aspectos, no le importaba vestir a la moda. Ella era parte de los inspectores y seguía al pie de la letra el código de vestimenta. Con la única variación que ella calzaba tacón cerrado de la época y medias, a diferencia de los hombres.

La chica subió, tanto su saco que le llegaba a las rodillas como su saco de vestir formal a la barra. Agarro su cabello con una goma sin importar que tan alborotado se mirase y se llevó las manos a la cabeza en señal de cansancio. El cantinero Clark quien ya conocía a la chica, se acerca a ella.

—Mía….estas más temprano que lo usual ¿Lo de siempre?—Sabiendo que le gustaba a la chica.

— Necesito algo más fuerte. No ha sido un buen día. —Recoso su cabeza sobre la barra. — Un doble por favor Clark. — Suspirando sumamente cansada.

En menos de 1 minuto su amigo cantinero, le estaba poniendo un vaso el doble de grande con abundante licor.

—Hasta el Fondo Mía. —Rio— La casa invita los dos primeros.- Siguió limpiando unos cuantos vasos con una toalla.

— ¡Gracias Clark!— Agarrando el vaso y bebiéndolo completamente todo como si se tratase de agua natural. Resonó su garganta mientras escuchaba en la radio que tenía su amigo como hablaban del caso. —Clark ¿Te importaría subirle?— Saco un cigarro de una de sus bolsas, lo prendió mientras su amigo se acercaba a aumentar el volumen de esa radio.

—Las calles de Norwich se han pintado de rojo carmesí. Al ser el día de hoy 31 de Octubre una fecha para que los niños se olviden de todo aquello que los asusta y puedan recorrer las calles pidiendo dulces. Sin embargo el departamento de investigación y policía recibió una llamada en la que nos pondría todos a temblar. El cuerpo de una joven sin vida completamente enterrado en unas astas de un ciervo ha sido encontrado, dejando a todo el mundo impactados. — Narrando los amarillistas.—Con ustedes el inspector al mando Logan Hunt tiene más hechos y detalles.

El inspector Hunt comenzó a tomar la palabra en la radio.

—Si bueno, hoy mientras trabajábamos y hacíamos nuestro deber, nos llegó esta llamada y rápidamente acudimos al saber este hecho. Muy lamentable por cierto.

Mía movía la cabeza escuchando como este hombre exageraba la situación y mentía al respecto. Nuevamente los reporteros y periodistas preguntaban al inspector Logan.

— ¿Tienen una pista ya Inspector?

—Estoy seguro que los intestinos que están en el cuerpo de la chica no son de ella. Son los únicos arrojan un hedor fétido a diferencia de todo lo demás. Deben ser de porcino o algún otro animal. Segundo, este asesinato fue hace menos de 2 horas cuando llegamos diría yo, el cuerpo no estaba frio. Tercero, a pesar de que es muy fácil ser atravesado por las astas de estos animales. Los cuernos fueron afilados, posiblemente con una piedra para afilar cuchillos. Aun así estamos seguros de que este fue un crimen pasional. Posiblemente una mujer infiel o rebelde. Que al final, su esposo quiso tomar justicia por mano propia.

La joven Campbell al escuchar eso no lograba creer lo que escuchaba.

— ¡ESE HIJO DE PUTA!— Levantándose de la mesa molesta llamando la atención de todos. — ¡SE RIE EN MI PUTA CARA Y EN LA RADIO SE ROBA MIS DESCUBRIMIENTOS!

— ¿Tu dijiste eso?— Sorprendido Clark miro a la chica.

—Gran parte de ello. Pero lo mezclo con ideas de él. — Molesta dándole una calada al cigarro mientras seguía escuchando y se sentaba de nuevo a escuchar la entrevista.

—Y ¿Qué me dice del incidente con su compañero el que traía la cámara?—comenzó narrando con detalle el escupitajo que le dio al inspector Hunt, y como es que él le había abofeteado previamente.

—No es compañero, es compañera. Sé que es normal que exista confusión por la ropa que trae puesta. Pero es una mujer, una muy rebelde. Ya lo vieron ustedes con sus propios ojos, me arrojo un escupitajo y yo simplemente le estaba ayudando a hacer su trabajo con la lente previamente— Regalando una sonrisa coqueta que se escuchaba en su tono de voz. — Posiblemente esté en su regla, o como podrán notar. Sentar cabeza y casarse para que le tranquilicen en las noches.

Al decir esto los reporteros, se escuchaban como comenzaron a reírse junto con el inspector, haciendo que Mía se sintiera aún más humillada. Su amigo el cantinero nuevamente intento animarla.

—Mía...

— ¡Ahora no Clark!- Interrumpió un tanto molesta escondiendo esas ganas de querer llorar de rabia. —No quiero escuchar tus sermones de aguantarme porque soy mujer. Sírveme otro trago. — Rápidamente le extendió el vaso haciéndose la fuerte.

—No te los digo para que te sientas mal. Esta sociedad está muy cerrada. Y solo ganas que te golpeen.— Sirviéndole otro trago a la chica que se veía muy apagada y con la mirada perdida a punto de romperse en mil pedacitos.— Vamos Mía.—Río.—De hecho creo que se lo merece por pegarte así de fuerte.— Cogiéndole el hombro intentando animarle.-O NO CHICOS ¿TIENE O NO TIENE LOS OVARISO BIEN PUESTOS ESTA SEÑORITA?— Se escuchó un bullicio de aprobación y ella simplemente no pudo evitar reírse un poco alivianándole un poco más su pesado día.

—Gracias Clark…— Se tallo los ojos para limpiar esa capa de agua que se formaba.—¡Eres el mejor!

— ¿Te sigue fastidiando ese idiota?

—Cada vez sus insistencias a que me acueste con el son más frecuentes—Acabándose la bebida nuevamente y sacando otro cigarro. —Pero paso. No es lo que busco.

—No me sorprendería…Sí que sabe disimular el idiota ese en la radio y periódicos con su cara de imbécil. — Rellenando el vaso de la chica mientras él seguía limpiando la barra. — Deberías de dejarnos darle una buena lección Mía. — Frunció el ceño. —Mínimo para que a ver si con eso te deja de fastidiar.

—No Clark, eso jamás. Él tiene licencia para portar y disparar un arma. — Intentando razonar con su amigo. — Al primer indicio que se sienta en peligro. No dudara en usarla. — Sorbió un poco más de alcohol. —Si alguno de ustedes les pasa algo…me sentiría culpable. — Agarro la mano de su amigo e hizo contacto visual. — Yo me las apañare.

—Si el algún día te intenta hacer algo usando la fuerza. Ya sea en tu casa, o la de él. Corre con todas tus fuerzas aquí y te protegeremos. —Agarro el cabello de la chica y como si se tratase de un padre y consoló a la joven. — Eres una joven espectacular Mía. Y no dejes que nadie te diga lo contrario. Esta época es demasiado anticuada para ti.

La joven Campbell en ese lugar tan “mala muerte” se sentía segura y fuera de peligro .A diferencia de allá afuera, ella no tenía que poner su escudo o su caparazón para defenderse.

—Cuida mis cosas sí. Voy a usar el servicio.— Poniéndose de pie aun un poco de ánimos caídos con su cigarro en la boca.

—Usa el mío. — Le apunto por las escaleras con el dedo índice. — Ya sabes el camino. Solo no lo dejes repleto de perfume de mujer que mi esposa me mata.

La chica con pasos un tanto tambaleantes se fue subiendo las escaleras.

En este lapso de tiempo el inspector Carter entro a esta cantina y no fue muy bien recibido, era una cara nueva, y se veía que posiblemente podía ser un infiltrado de la policía. El cantinero decide romper el hielo.

— ¡Fuera!—Apunto al joven. — No se permiten policías.

—Es la cantina más entretenida que he encontrado. Perdona, soy nuevo, Jack Carter. — Extendió la mano pero no le estrecho. — Solo vengo por unos tragos. — Paso a poner la mano en su nuca.

— ¿De dónde vienes?— Sacando un vaso limpio y rellenando de cerveza y la deslizo por la barra como un profesional mientras el chico la cogía fácilmente y bebía de ese líquido amargo pero sumamente delicioso.

—Chicago, Illinois. — Bebió un gran trago— ¿Tienes comida? ¡Te compro lo que sea que tengas! Muero de hambre. — Se agarró el estomago

— ¡Muévete de ese lugar! no es tuyo, está ocupado.— Metiéndose a una puerta para servirle un palto de comida al joven.

El inspector Carter volteo a todos lados y no vio a alguien que estuviese cercas así que continuo bebiendo hasta que un grito le interrumpió sus segundos de paz mental.

— ¡MUEVETE! ES MI ASIENTO… ¡BRUTO!— La inspectora Campbell había refunfuño.

----- En algún lugar de Norwich-----

Este hombre estaba limpiándose su boca con unos palillos removiendo la carne que estaba entre sus dientes. Comenzó a quitarse toda la ropa ensangrentada y la arrojo a una fogata.

Estaba sumamente satisfecho y se sentía poderoso e invencible, lentamente comenzó a retirar su prótesis dental para meterla en agua. Procedió a abrir un cajón donde tenía 3 más de ellas. Teniendo la foto de la chica que había acabado de matar esa misma noche junto con una pertenencia de ella. Paso a guardarla en un cajón.

Tenía el resto del cuerpo del venado desangrando afuera de su casa la cual estaba perdida en el bosque. A unos 10 minutos en choche bosque adentro.

El recordar como sentía el calor que los intestinos emanaban cuando la chica estaba siendo empalada viva era algo que hasta cierto punto le resultaba placentero.

Había estado cumpliendo sus fantasías con animales pequeños como, ratas, pájaros y cuando su necesidad dar el siguiente nivel aumento, paso a hacerlo con ciervos, venados y puercos. Siempre se mantenía en los límites…Pero jamás con seres humanos.

A la hora de que una persona decide dar el gran salto ya no hay vuelta atrás. O continúas por el mismo camino o te frenas tus impulsos de más. Y él , no pensaba frenar…Fue tan alta su excitación que solo le tomaría posiblemente 1 o 2 meses para volver a atacar a buscar a su siguiente víctima. Y para suerte de nuestra querida inspectora Campbell, este hombre se sentía atraído por mujeres que no estuviesen dispuestas a dejarse intimidar. Tenía esa creencia de que las mujeres de sangre caliente, emanaban más calor a la hora de ser destripadas o destrozadas. El no seguiría el mismo método de asesinatos lineales. Pero sí que dejaría su marca.

Abrió un nuevo cajón y podemos observar cómo es que varias fotos de mujeres estaban en ese lugar. Estaba dispuesto a elegir a su siguiente víctima. Pero para ello tendría que ver quien era la más rebelde de todas. Tenía pocas semanas para volver a seguir a varias mujeres y elegir una entre tantas.

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