Los tres rostros del amor ( un amor verdadero )
el, una mujer aristocrática, con un buen desempeño educativo, potencial heredera de
enas de riquezas y minerales de mayor demanda, sumado a qué Cayetano
sus padres, no tenía con quién compet
ron matrimonio, ámbas fortunas se sumaron y se engran
ue adornara el pastel de la
r hi
embarazada, era tanta su alegría que no quiso saber el sex
Sara se refugió para estar en un
revisto, unas hordas de calor punzan
poso Cayetano se encontraba de p
s Sara volvió a quejarse para dar a luz a otro hermoso niño, casi igual al primer niño, o mejor dicho era tan idéntico al primero, Sara estaba
otros dos minutos más nació un tercer niño varón, é
sin embargo pronto olvidaría su tri
er semejante acontecimiento, él pidió su jet privado y sur
al dejar el pequeño cuerpo
ercer bebé no estaba muerto, solo había teni
justo cuando entró después de des
nrió lo cual esa sonrisa conqu
ía tenido descendencia, así que siempre vivió sola, al cabo que debía esperar para p
más difícil decidir llamar a la señora Sara Esqui
que le quedaba, el bebé tenia varias horas de llanto, com
piedad, le traía la leche de burra lo hervía y empezaba a mojar la punta de un pañuelo limpio y rem
sa era la forma de mostrar que tení
én soy yo para cambiarle el destino a este bebé tan he
tro de luz y señal que había quedando incomunicados por varios días, parecía que el desti
idad o
de una solitaria mujer que añora
quedó viviendo con la única curande
*
co años d
udad de
sa blanca de cuello, su rostro era entre sonrisas sutiles a semblantes maliciosas, tenía sus ojos a veces verdes p
de él atraía a las mujeres que pasara por su
e estaba con una mujer cada dos por tres días. Sus padr
upado, nunca fue su fuerte la responsabilidad, es más él le gustaba d
da escapaba a sus ojos de halcón que tenía, esos mismos ojos verdes que se le iluminaban solo para traba
empo después contó a su marido que eran tres chicos y que uno nació muerto
e los otros dos hijos iba ser José, por el primer nombre de su esposo Caetano, así que la
celente joven, ella no se esforzó por enseñarle tanto, parecía que