Los tres rostros del amor ( un amor verdadero )
y tan apacible como bondadoso, así había sido el carácter dulce y r
icio libre y continúo, siempre lo podías ver corrie
e, él usaba al único caballo d
l río para ir y venir de otros pueblos aledaños, él era con sinc
z años de matrimonio sin poder procrear sus propios hijos, ella fue la responsable de ayudar a venir al mundo
su viejita, quien sonreía satisfecha, aparente satisfacción que le restaba con el remordimiento de que el chico pudo estar vivie
nales a un joven empresario, siendo tan atractivo y delicado que parecía que ni en los
Jose Adrian Lumbi, hermano de su Jo
curas, sabía de como hacer remedios y sanarse por su cuenta, pero no sabía cómo ayudar a
preocupada y triste, tal situación no pasó de
nía a sus dos hijos, comparado con ella que no tenía nada. Lo veía justo quedarse con el pequeño,
n futuro prometedor a José Miguel,
enfermó gravemente de ello, quizás era la culpa por habe
o de reunir dinero para doctores, aunque su misma Madre era una médica r
endo por haber quitado a su José Miguel la oportunidad
*
n la ciudad de Denver Colorado, yacía una joven con rostro
r el rostro oficial de una marca revitali
reti. La tercera hija de veinte años. Tenía
grafías, ellos querían aún más de la señorita Dalia Ferreti, sabía que esta persona no estaba aquí trab
ías, incluso estaba nerviosa, quería que Dalia se sintiera
re Marcia Colima ha
e gustaría acompañarnos?-Dalia no se negó enseguid
s la estadía.-Dijo Dalia, inclinándos
te la joven viajó junto a
as sesiones fotográficas en los lugares más llamativos
erreti, sucumbieron ante la gran insistencia de otros a visi
las ganas de descubrir alguna anaconda de diez met
ún su mente analítica le permitiera, antes de eso, ella había creído ver a un hombre muy guapo atravesar su vista, este iba corriendo junto a
tió en todo un tarzán, por que sin dificultad se encaramó sobre el caballo e
a olvidado este acontecimiento, se
muy atractivo a su oído, pero no lo ente
ocê pode ser comid
alia al ser sorprendida
o durmo as margens de um rio che
tendido. Sin embargo se sintió algo perturbada con la presencia del j
moldeada, con hombros anchos, su melena a
había salvado la vida, pies había como dos muy cerca del árb
ó Da
pequenos aviôes decolam?-Dalia s
suba n
acer sin fin, una seguridad que le proporcionaba el estar aferrado a la espalda de aquel desconocido hombre, a la vez sentirse segura, e
u nariz bien delineada y alta, si boca tono rosa carnoso, era un rostr
tan hermoso en medi