El Corazón de una Princesa
dañada no era precisamente una agradable sorpresa, todo estaba polvoriento
ía uno, mantenerme a mí,
lugar tantas veces que pareciera que mi mente e
a sorpresa para mí. ¿Po
cuenta de que no. Que tont
gonista de un gran papelón,
ucho más. Él había conseguido mucho de mí a base de su a
da habitación envolviéndome por completo en la desgracia y desesperación, esta asq
ó a un abismo sin oportunidad de encontrar alguna salvación o salida. Pensé que podría tratar de cambiar
o era persistente, sin embargo, no lo había sentido por el simple hecho de estar in
uello que ahora masajeaba para tratar de disminuir el dolor y después
yo... porque yo... confié en él, le dije todo de mí y lo que deseaba y al parecer nada le importó. No le im
io, con delicadeza, con asombro y admiración, con cuidado de no dañarla o q
ahora que me daba cuenta así me sentía, como una copa de vidrio desquebrajada.
la. Poco a poco lo logré. Me a
débil y pesado, ad
ndo escuché pasos provenientes del otro lado de la puerta para luego pe
itación por la poca luz que había aquí dentro. Me quedé congela
Su mirada llegó hasta donde estaba y sonri
a gustado en el pasado, ahora solo provocaba en mí ganas de reunir todas mis fuerzas para insertarle un buen golpe y huir, pero m
ogré decir
casi no sentía y que generaba en mí recuerdos de todas las veces que mis padres con sus malas
osa y herida – No te atrevas – repetí con la voz quebr
úpida para creerme? Cariño, cualquier hombr
ágrimas volvieron y con más fuerza – No lo tienes – susurré – Dest
agar por los pecados de tus padres – dijo con una expresión y un
¡Te dije que yo quería hacer la diferencia cuando estuviera en el trono en lugar de mi padre! – sollocé – Mis intenciones para con el pu
cestros? Desde hace tres generaciones venimos con lo mismo ¡el pueblo ya no aguanta! Es suficiente abuso de parte de TU fa
ado claro y no me culpes de algo que ni siquiera e
remos que subas al trono princesa, no lo permitiré, tenemos que arrancar la mala hierba desde la raí
olvió superficial.
¡Ni siquiera me están dando la o
ples tus planes o no, tu palabra no vale y tampoco sirve Va
o porque quería tener tu apoyo y que algún día esto lo hiciésem
– escupió con odio para luego acercar su rostro al mío – Una plaga que quiere vivir con puro lujo a costa del trabajo duro y sudor de
i cuerpo cayó, sollocé fuertemente, rendida a los pi
o, todo se vale en estas decisiones, después de todo, tú formas parte de la familia qu
eor – levanté mi rostro para verlo con furia – Llegaste a mí com
soltar un jadeo de dolor – Pues era necesario, nuestro plan consistía en lograr exterminarlos y a muy p
confianza, mi error fue no haberme inmiscuido más en
fuerza mi cabello last
ó otro hombre que no
con una sonrisa arrogante. Me soltó el cabe
rme del estado de su alteza re
– Ahora largo – ordené – No necesito te
ncesa, está a tu disposición esta preciosa alcoba – señaló el lugar con fingida elegancia – De seguro los aposentos reales son más majestuosos, lujosos y cómodos, pero lamento informarte q
a boca –
fiesta por las calles de Costa Mein celebrando la libertad del yugo de los Van Bisen
– Porque sé que esto no todo el pueblo lo hace y la justicia habrá de llegar – sentencié para luego
nrió por última vez con sorna para luego darse la v
do del pánico saltaba c
lví a alzar mi voz – Y gracias – dije con más furia que dolor, él volteó el rostro
afuera – Disfrútalo cariño, va con todo mi amor – dijo sin volte
ó y eso dolió, su am
simplement
.
idos a C
ia sea agradable y emoc
vitación para pasar un tiempo en nuestras tierras
a familia real Van Bisen. El Rey Marktool III Van Bisen y la Reina Freya Van Bisen también te dan la
que te pedimos disculpes a sus majestades, la Princesa
aber conocido todo de nuestr
Shinees y Lord Drew Melborne, estarás honorablemente invitad@ y será un plac
engas una excel
estia He
de la familia re
an Bi
a de l