The Boyz in the Band

re de 2018, notó de inmediato que la cerradura había sido cambiada. Muy pronto comprendió el porqué, y dejó de intentar al momento. Timbró de forma ins

e la penumbra, Jared notó en su backyard los residuos de lo que parecía una pira funeraria. Se acercó despacio, porque su vista se empobrecía aún más con la oscuridad

la trizada de su Ipad, algunos fragmentos carbonizados de su colección de relojes de pulsera, los cristales quebrados de sus variadas gafas de sol, las botellas trituradas de sus colonias, pedazos informes de su repertorio de discos de vinil valorada en más de ciento noventa mil dólares, lo que

de aquel espectáculo; y el penúltimo, lo que menos l

aja, como para sí mism

esta ocasión se

rica del garaje, de la que solo él tenía conocimiento y, para su fortuna, esta respondió con las baterías intactas. Al ingresar a la cochera, encon

u esposa ausente, mientras examinaba la pintura rayada de puertas y capó, probablemente

ructura, salvo por un detalle: escritas con spray de color blanco, se encontraban las palabras It’s over, escritas en mayúscula y de extremo a extremo del cristal. Jared no tardó demasiado

rbalizar esta frase en voz

a lo que estaba escrito e

Uber que lo había dejado en la puerta de su domicilio unos minutos atrás. Por fortuna,

ecesitaba hacer visitas fugaces a la Gran Manzana, o cuando a Adalyn se le ocurría que había tenido suficiente de la convivencia con Jared por los motivos más variopintos: desde el no hab

para sus adentros, una y o

o se puede nombrar–, o a refugiarse debajo de una piedra para no salir nunca más, a comprarse u

s ov

de todo lo que ocurriera entre los dos –y con otras personas–, Adalyn permanecería con Jared hasta

ón por tiempo indefinido. Claro que las razones de Adalyn para dejarlo eran de mucho peso esta vez. Resulta que Jared tenía un hijo de casi la mis

noticia no le pareció la gran cosa a Jared como para a

as sobre la cama king size de la suite de reserva vitalicia que el Park Sout

ltima vez, para intentar asimilar la contunden

minutos después, todavía recostado en la cama

vantó de la cama de un brinco, como si h

el gran Jared Cavalier, ícono pop universal y símbolo sexual por excelencia de la mús