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De amor y tormento

Capítulo 4 A veces vale la pena luchar

Palabras:3924    |    Actualizado en: 17/12/2021

tenía ni la más mínima gana de hacerlo. Se acomodó el cuello de la camisa, sin corbata, que tenía debajo de un sweter de punt

—saludo su madre con lo q

veces parecía ser cautelosa y temerosa, otras acusatoria y

licada botella de un costoso vino de una bodega

os para Andy, decidió que sería la mejor bebida para dis

isma marca que Andy solía beber—. Qué bueno que lo recordara

eter Jackson estaba con un vaso de tónica con hielo. Su cuñado lo miró mientras que su padre no levantó la mirada ni una s

o. Tengo algo que decir

queta del desayunador que él mismo había diseñado para su madre. La mujer le sonrió mie

mujer sin mirarlo a los ojos, pero esa mirada que le negaba,

ensó, pero de ninguna manera

—dijo en

o... prefiero esto a... a que... est

con voz firme que no admitía replicas—. Tengo muchas cenas a la semana. Se me está hacie

Como prefieres cenar junto a person

udo evitar el rencor en el tono de su voz. L

rque no te

ofundo para no ahogarse con su mismo dolor, con las mismas lágrimas que ta

Axel mientras

ra, espera un se

vino... hasta…

azos. Ahora era definitivo, esto estaba destinado a ser así; había perdido a su familia. Tal vez para siempre. Cerró la puerta de su departamento y se dirigió al mueble a donde guardaba su wiski especial y se sirvió un vaso que se bebió de corrido, luego otro

staba recostado en el sofá de cuero marrón con la ca

co la cabeza que había dejado colgando

hijo? ¿Ocurrió algo ma

, creo que me estoy enfermando —dijo con la voz ahogada por

tomaba el vaso sucio—. Me encantaría hacerte algo de comer para que

a olvidarme de todo»— tu puedes ir a casa tranquila y vol

te —Le dijo preocupada—. Al menos una sopa y una tost

n fervor, que ella fuera su madre. Ella ya había hecho mucho por él. En diez años había hecho

te con cariño—. Estaré bien, sólo es un resfriado o un

norme y vacía cama. A una noche llena de pesadillas y plagada de los aromas que anunciaba un combate l

pado por ayudar a otros que salvarse la vida a él mismo. La cara de su hermano se le hizo visible, la últ

xel estaba demasiado débil para estar al pendie

iendo hermano? ¡Ven aq

erior, presiónale la herida para cortar la hemorragia.

ndr

vor hazl

e lo último que él oyó hasta que abrió los ojos y otros intensamente azules los

a a disfrutar fuera de la empresa. Desayunó con Teresa entre conversaciones banale

servó Teresa con una enorme sonr

ial —se encogió de ho

me en el cami

eguntó ella arqueando las c

todo depende. Tengo ganas de despejar

a titulada ¿recuerdas?, soy la mujer que cuatro veces te trajo desde la puerta de

r. No necesitaba volver a evocarlo, aunque eso le ayudara a comprender o buscar una solución.

lo nece

s de nuevo, como si eso aliviara el doloroso sentimie

adado haz gimnasia, desquítate con los aparatos, no contra tu mismo. Además ya es

algunas lesiones aun persistían desde la guerra. En cuanto a que no fue su culpa... el n

morzar? —preguntó T

or mí. Tú come lo que quieras. Mi casa es t

por ti. Eres muy especial,

a Teresa... si fuera especi

rente—. Gracias por esta

hombre tan herido y no podía ayudarlo. Día a día le rogaba al cielo que le mandara a alguien que de

e milagro que lo hici

se compró uno, que como siempre, le quedo perfecto. Con bolsa en mano recorrió mas locales y gastó más dinero en camisas, pantalo

edar bien así, pero iba a comprar encaje y de seguro podría tener un hermoso vestido para cualquier evento de la empresa, aunque no

telas para comprar encaje así podía comenzar con el vestido en cuanto volviera a ca

azul francés y era largo hasta la mitad del muslo, con brillos

ándoselo en blanco con detalles dorados maravillándose a

enses comprarl

alta costura masculina. La boca se le secó y la respiración empezó a fallarle, así como los latid

la y él le regaló una sonr

entras caminaban por el pasillo del lujoso y amplio del

sa? —Preguntó Emi

a las mujeres? Quiero saber si esa t

triste? —preguntó

pecho al imaginar a ese hombre triste, siempre parecía

oj—. Hoy es sábado... ¿Almorzaría

todavía fuera algo maravilloso. Se puso un mechón de cabello detrás de la oreja y él

o de vestido o estabas medi

sa de esa teoría que proponía? —preguntó ella, qu

parte, por ejemplo ahora... ah

a por completo y apartara la mirada hacia una vidriera de

elaborado? —preguntó Axel llamando su atención

Emily—. Me encanta la pizza

aquí tienen suficiente aceite como para

favorito... —sugirió ella sin dar

tes veces y siempre al mismo lugar. Un lugar cálido y amable, tal cu

—preguntó al en

ientras le abría la puerta del vehículo. Ella le entregó las bolsas de su compra y él las guardó en

an en risas, promesas de mañanas que terminarían en risas. Esa risa fue lo único que necesito para eriz

—pregun

i.

es? —preguntó

ara, pero estuve viviendo

en California vi

ringito en donde vendían papas fri

que h

resas y naranja. Tenía con leche o con ju

tida la vida e

otro y ya no quise estar más en California. Nueva York tenía una buena ofer

ue apare

oró hasta

tras cosas, me mudé a otro estado —se encogió de homb

ría hablar, su pasado era pesado

hasta su costado izquierdo en donde desca

ily con educación—. Me gustaría s

ó por dos

go a mis padres con vida, una hermana

o ella tuteándol

voz. Por como mencionas su nombre. Tus ojos s

son

íe se le ven sus pequeños dientes.

esionales? —preguntó

abogado respetado en el viejo continente y en América y mi mam

go malo c

ad no me agrada hablar de m

es verdad

as que no comparto. Con nadie. No es usted, Emily Walker, soy yo y l

demasiado escabroso para alg

ella para cambiar de tema. Cuando entraron al

ia

—saludó ella c

bueno verlos. Gr

n la que Emily le tomó la mano y el tono que em

lato de hoy es lasagna, pero si ustedes qu

en con una sonrisa—.

asintieron—. Pizza clásica, una coca

irando a Axel puso los platos y cubiert

—dijo la mesera— No se arrep

novio y yo venimos tres veces a la seman

¿Acaso ella...? No, no podía ser... por un m

un poco de hielo

e, asintió y se fue a buscar lo

—masculló, Emily abriendo un

ad la bonita camarera no

é? —preg

pañado por una mujer no se lo mira. E

arera dejaba los

Axel apoyando los codos en la mesa y

pulgar y el índice conectando sus miradas —«

dulce y muy gentil, Emily Walker. Me

ado, hasta hoy. Hoy ella le había hecho ver que a veces la atención de tanta m

jada y tímidamente llevó

— Este restaurante es... muy llamativo —dijo haciendo alusión al

jo mientras se servía vino—. Es una r

te hagas eso Axel

pena mirar hacia atrás. Hay cosas que no

n porción. A ella se le hizo agua la

las de mi amigo Gia

l de brindis y ella hizo

vale la pena mir

las cosas tienen solución.

solución, pero no se a

evarla a casa. En la puerta de su departamento estaba el portero que er

flores y notó la tensión en su espalda cuando

en la puerta de tu departam

rio hermosa» quiso d

ella se giró sin ganas de dej

trajo de un lugar exótico de África. Es d

Me

su ama de nuevo en casa. Emily llenó su cuenco de comida y la bolita de pelos dio

mpre tengo algo dulce en mi casa, hoy te puedo convidar unos cupcake

ar el dulce de leche. Por supuesto bebí Mate. Me gustó ese lugar, gente amable y apasionada, a pes

sentarse frente a él, que la miraba sin poder creer que est

ero que est

inco y había salido de casa a las diez. Se

me gustó este sábado.

Debería

a L'Blue. El sábado que viene te pasaré

hica y se quedó con ganas de avanzar con ella, pero él no era como

arriesgara

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