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De amor y tormento

Capítulo 3 El italiano de allá

Palabras:3296    |    Actualizado en: 17/12/2021

prendida ¿Estaba h

rzar

odas las chicas nuevas? —Curioseó Emi

itió él mirando

e fue muy insistente en salir con él y, a decir verdad, hubiese

ú eres difere

tra vez. Se veía tierna. Ese sentimiento con el que se sentía tan poco f

o saber ella con la evidente curiosidad femen

abía, pero quería

sar una respuesta

e estaban terminando, adoptó una expre

a mí, en la misma planta y quiero que sepas cómo funcionan las cosas aquí..

balbucear sin mirarla a la cara— firmé un contrato en d

lmas de las manos en alto—. ¿Te molesta

o castaño claro, unos labios gruesos y ojos azul claro, parecía una persona cálida, una persona que hacía que se sintiera bien, s

on su característica voz suave—. N

í. Espérame en la entrada e iremos hasta allí andando, no qu

var el vestido que llevaba puesto. Uno de

sus ojos. Si él mismo se hubiera visto a un espejo jamás habría creído que su rostro

si lo haces, pasaré a buscarte hasta que digas que sí. P

no lo

n la menor duda; cuando Axel Car

r y entró en la suya propia, Patrice lo miró des

Carmichael? La bolsa está cada vez peor y no quieren el

a mordiendo un lápiz, como siempre, enviando mensa

cionado lo más importante de la semana y el que no esté no afectará a nadi

ueó una cej

días en las Fuerzas —le recordó su secretaria repasand

pidiendo. Así que cuando te pregunte si dejé algún mensaje di

total desconcierto, pero antes de q

e y limítate a hacer tu tr

correspondían a una reunión que iba a tener lugar en Miami. Al ver que todo estaba en

gotitas de perfume. Eran las once cincuenta y dos y ya

uando se subió al ascensor se vio en el espejo. Sobre el vestido tenía un torerito blanco de mangas muy cortas y se fijo en sus pies ad

ura de porque ella misma había bajado. Todos con los que se había topado en los últimos días decían

ro a nadie parecía caerl

brazo y ambos pasaron por su lado sin reparar en ella. ¡Qué tonta al pensar que él se iba a acordar de ese supuesto almuerzo! Negó con la cabez

salida y tomó rumbo hasta el italiano en donde había almorzado los últimos dos días. Mientras pens

etrás de ella salió de la nada y la asustó. Entonces volteó y Axel es

todo lo que pudo por separarse de Patrice, pero luego entendió que la secretaria estaba marcando el territorio ante una posible rival. En cuanto pudo de

ue... —dijo ante l

—se encogió de hombros—. Es como una lapa... es

Carmichael... —dijo Emily a

dos lados. Esperaba no volver a ver a Patrice, sino todo s

go… al parecer está muy interesado en el paisaje urbano ¿E

e puso

por sus ojos, los cuales, tenían tristeza, como si esperar

ferior. Es

lo que

orque le iba a armar un escándalo y era capaz

varla a otro lugar y quitar d

staba con ella se sen

ntía

como el

aliano de allá —dijo Emily con los brazos cruzados—. Es un buen lugar y tiene

u mano con delicadeza— Vamos a cambiar la

nada para alejarlo, su pequeña mano se hundía en la más grande, unas manos manchadas de sangre... él sabía que esas bonitas manos no de

aron en una mesa alejada de las ven

o a los comensales que concentrados en lo suyo no habí

llí, además de ser el conejillo de Indias de sus nuevos platos —se encogió de homb

rial? —pregunt

una cosa, pero en realidad es otra. Recu

r su sonrisa. Ahora sa

planta real, de flores de color azul y muy dulces, la "

l dedo índice por la base del pie de una copa que es

arlo a los ojos. Como lo harí

reguntó el con

ndida en la mesa de luz y siempr

pidieron su comida. Él unos spaguetti con b

chocolate —confesó bebiendo

preguntó ell

ron»— ¿Escuchaste decir que el chocolate produce endorfinas que, se supone, te deben hacer sentir

e hay más que sólo una opción ¿No sabías eso? Co

ogió de hombros restándole importancia—. Seguirán as

ó ella, como recordando algo—. Los demás no cam

liberándose de algunos pesos del pasado. Aunque el dolor era igual de

ambiente— Por eso me agrada este sencillo lugar. Limp

la boca con una servilleta—. Tiene un buen gusto, Emily Walker

vó su copa que chocó con la de él

resar a sus actividades laborales correspondientes. Cuando Axel dejó a Emi

Me gustaría que hiciéramos esto por lo menos tre

o? —preguntó ella—. ¿No

rido hoy. Me siento normal —se encogió d

que ella también se sintió como ha

los lunes, miércoles y viernes con usted

ser muy agradable terminar la semana en su compañía —El aparcaco

ilencio y que él no se fuera tan rápido. Necesi

. Abrió la puerta y se montó dejando a una Em

Martina, Emily cerró la puerta del departamento y después de dejar la torerita y el bo

ti te tocaba comprar azúcar… hay otras cosas más que

o tocó el espacio del sofá a su lado y ella no tuvo más remedio que acercarse para l

e—. Cuenta... ¿Por qué esa sonrisa en esa cara tan

y habla bien contigo sin intentar impresionarte, sólo

—dijo frunciendo el ceño—. Cuenta

z no es ningún libro, prima. Es un hombre

ina delató una

mordiéndose la uñ

segunda vez que lo

on las manos en la boca

activo,

ero

smo tiempo tan calientes. Sus manos... sus manos eran suaves y protectoras. Parecía muy solo al otro lado de la

sentido él la electricidad que sintió ella cuando se tomaron de

tina... no sé, hay

alto. Había señales muy claras de que su

vez que ayudaste a un problemático —le recordó s

l —afirmó Emily,

puede ser

verdadera personalidad hasta que se dese

blorosa y a punto de llorar—, no tienes porque

jo y volvió a su

ento p

az, además ni siquiera salimos, solo vamos a ir a a

re algo contigo? —

roblema? No siempre se iba a tener que oc

lir, conocer g

posible hacerlo y ella ya estaba ha

omer algo? Estoy hambrienta —sonrió dejando el tema de la

el paso de los meses desde su agresión y Martina se sentía feliz por sus progresos, pero ahora era cuando realmente se asustaba porque

azo? —preguntó Martina sentándose

ije... —le

—preguntó mordi

mientras engullía con u

do sacar informa

carajada alejánd

guerras de cosquillas funcionaban cuando Emily tenía diez años,

a a funcionar

a que te hagas pis... —dijo la

cionar… —le advirtió

la semana que viene y estaré fuera ¿Podrás

. Pan comido —dijo c

ma? —preguntó Martina anotando un númer

a pregunta y siempre podía con todo. En el último tiemp

—dijo sin embargo para que Martina no se fuera intranquila—. Per

ero no lo olvides… jamás voy a ab

así, prima. Eres la m

sin importancia hasta que se h

só en Axel Carmichael hasta

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