Dr. Andersen
bajos pendientes y observ
tado. De pronto el estómago me ruge. Me quedé tan absort
y éste cruje. Me encuentro sumamente adolorida por haberme quedado sentada todo el tiempo. Abro los ojos y
la silla y espe
Paula. -Se recuesta por la
to y siento cosquilleos en las piernas, están entumecidas.-M
gas otra entrevista con el cardiólogo.-su expresión se vuelve seria-Necesitamos más información y Kar
los ojos y f
ista personalmente-hablo exasperada-se
no se sentía a gusto con Karina-Se encoge de
er
e conseguir la entrevista y de obtener la
e pronunciar alguna palabr
-
tómago me gruñe. Abro la heladera y las rejillas casi vacías vuelven a recordarme que debo ir de compras lo antes pos
iólogo. No hay mucho que decir sobre él, tampoco encuentro fotos suyas. Ahora entiendo por qué el señor Antonio se em
e entrada de mi correo y reviso el email de mi jefe. Me envió la dirección del c
sp
ta con el doctor. Espero que se digne a aceptar,
No puedo decepcion
ebook a un lado y me acuesto. El sueño m
-
tacones. Salgo rápidamente de mi apartamento. La alarma no volvi
ra de que necesito camb
mente el camino, ya que no quiero volver a tropezarme como el viernes. El calor es infernal y sudo más de la cuenta. Por suerte no llevo maquill
que lo observo y me saluda, brindándome una cálida sonrisa. Me detengo y le devuelvo el saludo, sin embargo el niño se va corriendo y yo me dispongo a caminar de
me, iba d
mo hombre que se burló de mí la vez anterior se encuentr
. Al parecer nota quién soy y su exp
nas del suelo. El trata de ayudarme agarrándom
con ma
e.-rueda los ojos-pero ya veo que te encanta caer al suelo.-c
ie lo golpeo en el pech
e como un idiota. N
seas tan torpe y te caig
ici
más rápido que antes. Cuánto más me alej
.-grita, y siento las mejillas arder.
güenza pero aun
hombre y ya me
e no toparme c