Dr. Andersen
a pesar de los imprevistos pude llegar justo antes de que empezaran las presentaciones. Las clases terminan y aprovecho pa
una de las bancas a esperar el colectivo, coloco mi cartera sobre mis piernas y busco mis auriculares en uno de los bolsillos. Lo conecto a mi celular y comienzo
l bus sola a mitad de la noche. Muchas veces he temido que algún ladrón se aprovechara de la sol
mbro para luego subir. Pago al chófer, busco un asiento vacío al fon
artera y cuando las encuentro abro la puerta para luego adentrarme en la sala. Cierro las puertas detrás de mí, enciendo por complet
de pero no es así. A pesar de ser pequeño, me siento muy cómoda aquí. Ciertamente tengo un buen trabajo donde me pagan bastante bien, y podría mudarme a un lugar mejor pero no me quiero dar el lujo
a ducha, comer algo y luego ponerme a hacer la tarea.
gracia y sin ningún estilo. Pero, cabe rescatar que todo lo tengo perfectamente ord
rimero me quito la falda y luego procedo a quitarme la camisa. Doblo la ropa y la pongo en el canas
lacio, ni tan largo, podría decir que de medio largor y bastante encrespado. Tengo ojeras y el rostro demacrado por las noches de desvelo. Mis ojos
s y yo no nos llevamos bien en lo absoluto, porque bueno, definitivamente preferíria sentarme a estudiar o acosta
ntan. No tengo el abdomen plano ni mucho menos la cintura de avispa; mis caderas son bastante grandes, al igual que mis pier
s les gustan, pero ciertamente eso me importa poco o nada. Agradezco ser intelige
e algún aperitivo mientras me seco el cabello con la toalla. Opto por comer unas masitas dulces que encuentro en la heladera. Con el poco tiempo que he tenido est
n extraño pensamien
os, sus manos. No sé, pero algo lo hacía diferente. A lo largo de mi vida (bueno, ni tanto) había visto a diversos tipos de hombres; guapos, feos, bajos, a
defecto físico, ha de tener algún defecto en la personalidad, eso es categ
para encaminarme hasta la mesita de
oche, sin darme cuenta el
ara empezar con la tarea, no tengo mucho por hacer pero prefiero hacerl
scuecen los ojos, así que decido que ya es momento de dormir. Cierro mis cuadernos, acomodo los libros y apag
la cama y me dejo caer