Su mentira perfecta, su cruda verdad
son
echo, un nudo frío apretándose alrededor de mi corazón. M
cortó el cielo imposiblemente azul,
cama de hospital. Mi promesa. Mi responsabilidad. El pensamien
, acurrucada en mis brazos anoche, silenciosa, inmóvil. ¿
eteo frenético en mi estómago. Tenía q
n de Brenda, luego conduje al exclus
una delicada bufanda de seda. "Es hermosa", había murmurado, "pero demasiado cara". No
nto. También elegí un abrigo de lujo, una pieza clásica de su
o, llamé a
sa y para mí. Que sea el resort más exclusivo, sin escatimar en gastos. Y
Vega -respondió
asajero. Una frágil esperanza comenzó a florece
il de complacer, tan indulgente, tan absolutamente devota. Solo un poco de
el hospital de Eloísa, una sonrisa
e me cortó la respiració
ción esta
sin una sola arruga. Incluso el vaso de agua medio vacío
aturdido, clava
ga? -preguntó la enfermera en l
a se sentí
¿Dónd
n ligero ceño fruncido tocando su frente-. Se dio
era un graznido cr
a se encogi
olo empacó sus
y el abrigo caro derramándose en el suelo. Mis dedos
adora resonó en mi oído. "El número q
agonizantes. Mi mundo, una vez tan meticulosamente
o violentamente en mi mano. Brenda.
! Mi cabeza... ¡siento que se me va a pa
a estaba s
... se
Luego, la voz suave y t
á. Solo quiere que la persigas, q
as como un hombre ahog
epentina y desesperada esperanza-. Sí, tien
. Ahora, vuelve conmigo. Te ne
Mi mente, desesperada por el orden,
iere que la persiga.
las flores caídas, s
ercó, con una expresión desconcertada en su rostro-. ¿Por qué sigue aquí? ¿No tr
tino suelo del hospital una vez más. Mi mundo se incli
o? ¿De qué e