icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
La cámara oculta lo capturó todo

La cámara oculta lo capturó todo

Autor: Gavin
icon

Capítulo 1 

Palabras:1293    |    Actualizado en: 19/12/2025

scenso. Sacrifiqué mi propia carrera como periodista para ser su "pilar", el fantasma det

Brenda, a nuestra casa. Ella me miró de arriba abajo, y l

pujó! -

bofetada que me volteó la cara. Sus ojos ar

é le hiciste!? -gruñó

la y de odio puro hacia mí. Le creyó al instante, dispuesto a pintarme c

vida se hacía polvo bajo su mirada fría e indiferente,

u traición ardiendo en mi alma. Y recordé lo único que él había olvidado:

ítu

Vista d

tontas de niña. Que no eran planes de verda

o Robledo. Hasta su nombre sonaba importante, destinado a grandes cosas. Crecimos en los mismos círculos de élite de Polanco, nuestras infancias una mezcla de vacaciones comp

siempre nos advertía que no tocáramos. Lo hice, por supuesto. Siempre la obediente. Mis dedos trazaron los continentes desvaídos, una curiosidad inocente. Entonces Santia

un escalofrío que no tenía nada que ve

del mundo. Un segmento presentaba un festival vibrante y colorido en un país marcado en rojo en el map

n de dolor. Más tarde, me llamó aparte. Me explicó lo hirientes que eran esas

Lo regañaron, pero él solo se encogió de hombros. -Solo era una broma, señora

llona" cada vez que estábamos solos. Me pellizcaba el brazo con fuerza cuando nadie miraba, lo suficiente para dejar un moretón, y momentos de

dos a la grandeza, pero que nuestros caminos estarían entrelazados para siempre, para bien o para mal. Mi tí

uno al otro. Él era mi pilar, o eso creía yo. Teníamos veinte años, destrozados por el dolor, cuando los abogados y asesores de nuestras familias pr

-había dicho, pasándome la mano por el pelo-

siete años, nuestro mat

oloteando. Vi la forma en que lo miraba, la forma en que él se pavoneaba bajo su atenc

sestimando mis preocupaciones con un

un reportero me preguntó sobre mi estado civil. Estaba cansada de la farsa. -Estoy f

demonios fue eso, Aurelia? ¿Quieres arruinarlo todo? -Me gritó, acusándome de ser e

mpa. La traición. Su mirada fría e indiferente mientras m

. Él sonreía radiante, estrechando manos, el político perfecto. Yo estaba de pie ju

senador, tocándome el brazo-. ¿Todavía solter

ón. Ya no. -Mi voz era tranquila, firme-. De hecho, estoy

se abrieron de par en par. -¡Mi niña!

ue estaba de espaldas a mí. -Es... re

se de golpe, sus hombros se tensaron incluso antes de que se diera la vuelta. Me vio, vio a la

engañaba. -Ay, Aurelia -canturreó, su voz un toque demasiado dulce-. No me digas que te estás i

go misma. -Tomé un sorbo de champaña-. Creo que esa es tu especialidad,

n el brazo de Santiago. Él me miraba fijamente, su encantadora sonrisa había desaparecido, reemplazada por un ceño oscuro y

Obtenga su bonus en la App

Abrir