icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Me robaron todo: Ahora yo tomo lo mío

Capítulo 3 

Palabras:1577    |    Actualizado en: 18/12/2025

a una mezcla de dolor y rabia pura e inalterada. El bastón, mi última apariencia de independenci

agonía. Se volvió hacia María, que estaba cong

ido más de ella. Ponla en la pequeña bodega de ab

yo, el terror grabado en su rostro. Sus man

na, esa habitación..

ndureció, su voz bajando

izás perder tu trabajo? Tus hijos no

por la señal silenciosa de Jimena, entraron en la habitación. Me levantaron, sin delicadeza, de mi silla de ruedas, ignorando mis protestas,

bombilla sucia que colgaba precariamente del techo. Hacía frío, estaba húmedo y olía a moho y descomposición. Me colocaron en un sillón

estómago gruñía de hambre, mi garganta reseca. Grité, mi voz ronca, pero solo el silencio resonante respondió. Sin comida, sin agua, solo la os

bra alta e imponente, su rostro cuidadosamente desprovisto de emoción, pero sus ojos tenían un bril

podría hacerte entrar en razón. Carlos es un hombre muy importante, y necesita una esposa que entienda su l

e inquebrantable. No le daría la satisfacción de verme quebrada.

u rostro. Mi resistencia silenc

nada. No tienes nada. -Hizo una pausa, luego una sonrisa cruel regresó-. Carlos

una vez reconfortantes, ahora se sentían extraños, una burla de la vida que una vez había conocido. Justo cuando lleg

ra mostrarte cuánto me importas. Has estado tan callada últimamente, mi amor. -Abrió la caja, revelando un brillante colgante de diamantes, una pieza grande y ostentos

tan calculada, vaciló por un momento, un destello de celos puros y venenosos en sus ojos. La máscara de

Pero dudo que esto pueda compensar la forma en que Jimena me trató abajo.

a ternura fingida desapareció, reemplazada p

ría daño. Ella se preocupa por ti. -Se volvió haci

te dio un paso adelante. Sus ojos se llena

oda. Pero estaba tan enojada, tan conflictiva. Creo que me malinterpretó. -Colocó una mano tembl

en ella, era enfermiza. Quería creerle. Era más fácil qu

uridad-. Solo está tratando de ayudar. Siempre eres tan rápida para acusar. -Se vol

n sutil giro de sus labios que decía muc

, mi voz plana, negándome a dejar qu

nido de profun

trivialidades? Jimena no ha hecho más que tratar de ayudarte. Y tú sigues haciendo estas

una risa amarga escapándose de mí-. ¿Mi movilidad, m

por el pelo, clar

istante, perdida en alguna narrativa egoísta-. Cuando era niño, mi familia estaba luchando. Su padre, Fidencio, una vez me hizo una gran amabilidad. Un favor

nto en un acto de noble caridad, usando una deuda infantil fabricada como escudo para su traición. Quería

n criminal por alguna deuda infantil fabricada con su hija? -pregunté, mi voz subiendo, perdien

lajarte, para manejar tu dolor. Siempre has sido tan frágil, tan nerviosa. Esto solo te ayuda a sobrellevarlo. -Ext

parables. No fue solo una traición; fue una tortura activa y prolongada. No me veía como una esposa, ni siquiera como un

o mi cuerpo. Era un sonido de profundo dolor, no por él, sino por la mujer hermosa y confiada que una v

n cuerpo que no la obedecía, su vida robada por el mismo hombre que juró apreciarla. Y en ese momento, algo cambió. Las lá

del imperio de la Vega, había pagado el precio final por su engaño. Pero había olvidado un detalle crucial. La familia de la Vega no o

tienes idea de l

Obtenga su bonus en la App

Abrir