El Doctor, El Esposo, La Mentira
us ojos ardiendo de triunfo. "De verdad cr
sdén, apenas me rozaron. Mi corazón est
lo avivó su furia. Se acercó
anzó. Me empujó hacia la ornamentada
la, mis dedos arañando el metal frío. Mi
comenzó a soltar mis dedos, uno por uno
La voz de Alejandro
repentino en su comportamiento. Su rostro se
mente, cayendo por las escaleras,
onado por el pánico. Pasó corriendo a mi lado, s
ario equilibrio. Me estrellé contra el suelo, mi cabeza
mi voz se perdió en el zumbido de
me envolvió
echo blanco y estéril un enemigo famili
na semana. Finalmente apareci
rmó, su voz fría y plana. "
ntira retorcida. Una oleada de furia me invadió
ción ensayada. "Tenemos qu
lor, la traici
egunté, mi voz plana,
ano, su toque enviando un escalo
o, su voz vacilante. "Quiere que Beat
¿Continuar... cómo?
scó en mi estómago. ¿Qué h
n blanco, sin reacción. Lo
explicó, su voz casi amable.
tarían mis pesadillas. "Beatriz sugirió.
ioso pero penetrante. Mis em
se apoderó de mí. Querían
ndo mi visión. "¡No puedes! ¡Ella
, la agonía, pasó ante
duras de mi cama, una lu
esita de noche. "No doler
ero él era demasiado fuerte. L
e hecho dormir. Debería
ó. El mundo se volvió hiperre
los instrumentos escalofriantes. El dolor no se atenuó; se magnificó cien ve
ité hasta que mi garganta quedó en carne viva, mi cuerpo convulsionan
, susurró una enfermera, sus ojos desprovistos
el quirófano se abri
uí?", exigió, su voz