El Doctor, El Esposo, La Mentira
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o. Durante tres años de agonía, mi esposo Alejandro fue mi roca, cuidándome a
ración orquestada por mi esposo y nuestra doctora, Beatriz. Me había
rme con una sobredosis. En el hospital, B
a mi hijo, extrayendo a la fuerza mis embriones mientras yo estab
o solo o
talo, Emili
e su mundo. Mi último acto antes de desaparecer fue presi
. "Ahora, yo te lo quitaré
ítu
verdadera actuación comenzó cuando descubrí que
ada del hombre que había destrozado mi mundo. Me rogaba que vo
propio bien. Una mentira retorcida q
n frágil susurro de dolor, una vulnerabi
unci
fría certeza instalándose en mi pecho. El pasado era
e cada rincón de mi vida digital. Se sintió c
. Una nueva identidad, fresca e impolu
ónicos años habían pasado d
a de vuelta a la Ciudad de México, la que juré que nunca volve
e me acercó en el aeropuerto. Me ofreció una son
a justificación para su ausencia. Sus p
dra. No quedaba nada q
ables. Se aferraban a mí como sombras,
o, justo antes de mi gran debut en un gran escenario de la Ciudad de M
guido desde que era una niña
ue se convirtió en mi compañero constante,
icos y sus propias vidas, se desvanecier
oso, Alejandro, la imagen perfecta del cuid
ronóstico nunca cambió. "Dolor crónico
spuesta. Encontré un nuevo especialista, el Dr.
s pruebas, con el ceño fruncido y una intensidad s
u diagnóstico anterio
fuerza. ¿Incorrecto?
na. El medicamento que había estado tomando durante tres años, recetado por
. La mujer en la qu
"es una amiga cercana de la familia de tu esposo. Su herm
osaico de traición. Alejandro. Beatriz. El acc
esó el shock. Tenía que enfrent
mes médicos apretados en mi mano tem
ta convertirse en esquirlas de hielo. Se levantó lent
sprovista de emoción, "no
la habitación contigua. "Se está volviendo sospechosa, Alejandr
. No era solo un error o un mal d
estabas volviendo... demasiado independiente, Emilia. E
e envenenaste! ¡Me robaste la vida
lpe me hizo caer. "No te atrev
la mano, haciéndolos pedaz
u mano. Una sonrisa cruel jugaba en sus labi
strándome hacia atrá
za abrumadora. Beatriz me
corriendo por mi rostro. "Solo déja
as la droga hacía efecto. Mi visión se nu
oscuridad me reclamara fue su mir
l olor estéril un tormento familiar
o una enfermera con amabilidad. "Unas horas
s. Habían int
emplazando la rabia. Me lo habían quitado
tarme las ganas de
reviviría a est
n escape tan elaborado. El hombre que siempre había sido un fantasma
un regalo suyo de hace años, y marq
mi voz ronca. "Ne