La Loterillera
nas - Ca
s kilómetros del barrio Martha Qu
columnas de concreto blanco, ventanales brillantes, jardín con rosa
s. A sus 17 años, Carlos tenía lo que muchos soñaban: televisor en su cuarto, ropa
todo eso, Carl
apenas si respondía cuando los profesores le preguntaban. A los compañeros los s
ica altiva, hija de empresarios de muebles. Siempre maquillada, siempr
tareas, le escribía notitas con corazones, incluso le pidi
y recordó molesto lo que
olo en el pasillo del colegio-. ¿Y
ró serio. Su
as personas sob
lada. Nunca se lo
ía levantado cinco maquilas textiles (Zonas Francas) que le daban poder económico. Tenía empleados a 500 personas, que exportaba ropa con contratos a Estados Un
ntaban sob
-decía a menudo-. ¡Tiene que apr
poco dulce , pero también
. De buena familia. Me encantar
los bajo a la sala
e casarás con Amalia el
no quiero casa
.. sos tan r
mi cuarto no qui
adie en la casa entendía. No le interesaban las fiestas, ni los carros de lujo. Le gustaba mirar por la v
oda escuchó a su mamá
ingo. A Carlos le va a encantar
levantó, se fue al cuarto y
como si fuera un niño en
che
ancho de caminos en
Quezada - La m
imientos del transporte público y las personas que van a su
lo con una liga vieja, se puso una blusa rosada limpia y unos jeans reme
tó Verónica, mientras le servía
Tengo que ayudarte para ganar
da salió rápido para enc
aba en la esquina. Y
ta alegre. Nada de estar tímida. Y cuidado con los ladrones para q
la calle 27 de mayo y
hondo
abajar para ay
o, señora, que hoy sí toca!
lteó a ver. Luego, una se
, ¿verdad?
mi prime
Dios te be
sudor le corría por la frente, pero por dentro sentía algo nuevo. Dignidad. ya que vendía lotería
año. Los estudiantes estaban inquietos, algunos abanicándose con cuad
ofesora Rosario, una mujer de carácter firme pero de
va compañera que se une a nuestra sección a partir de hoy. Ella se llama Susana Morales, y viene de o
piel clara, cabello liso hasta los hombros y so
. mucho
lgunos sonrieron, otros simplemente s
erdo de Esmeralda, cerca de las persianas de la ventana, p
e amable, le sonr
sto... mi nombr
spondió Susana,
inutos avanzaban entre ecuaciones, dibujos de células y mapas de Centroamérica. Aunque Susana prestaba atención,