Traicionada por el Don: Su Huida Definitiva
Juliana
esita de noche, brillando
opelo
nos de betún d
ta, era una
cama, aflojándose la corbata con
una diversión oscura y depredadora
la suavidad de su tono traiciona
astelería. Dijo que es si
dio un vue
e de texto ardía det
ito de mi
rem
de comer porquer
o sa
ndo a ver si yo interpretaría el pa
negaba, la fars
que vi
nvertiría en cenizas an
é el t
to que la plata tint
rvó Alejandro, su voz
iendo la mía con su gran
ontacto se sentía como un hie
yudarte -
erto de mis
del pastel carmesí, ar
ó a mis
e -o
l monstruo que acechaba detr
la
ecarga de azúcar y cacao, pero mi mente
r gritaba
a la fuerz
son
ca -elogió
res boca
fue una v
o si un pedazo de mi alm
spués, comenzar
ía como un cuchillo de sierra
apenas llegan
anta ardió en carne viva y mis
l del suelo, agarrándome el abd
taba de pie
entrando
ría a
ndo un mensa
palabra arrancada de
su mensaje antes d
tono displicente-. Siempre has t
al Dr.
de la familia, el
s después, oliendo a ant
a las náuseas y me dio una palm
ndro, su rostro una máscara de neutral
enenam
tri
uno al otro, una hermanda
ompañó a Río
n un sudor frío, el sabor a bili
bró en la mes
e Instagram aparec
a publicado
champán de cristal chocando contra
do una broma exitosa. La cara
r en la habitación, poni
encia con los Capos -mintió
a una r
con
e había dado de comer
usurré, cerra
ando un beso en mi
a Gala Benéfica la próxima
a vuelta
o cayó en un p
ola apretada, tratand
a nada comparado con el fuego
dor
nt
a y un