La Reina Invisible: La Caída De Moretti
Vitiel
barato me golpea en la cara nada
sentada e
mbros desnudos de una manera que pretende ser sexy, pero que respira una territoria
frente a ella, abs
siento que soy una intrusa en mi propia
del periódico con un ruido seco. "El café está un poc
span sobre la te
el café", respondo con f
quiera levan
oz suena extraña en mis propios oído
tono es el que se usa para espantar a u
íe. Es una sonrisa genuina, una que no he visto dirigida a mí en meses. Él estira la mano y le
e me revuelve
ima, ella a su derecha, y yo... yo soy la base
sisto. No es verdad. Ya falsifiqué su firma anoche para
re es tan aburrida? Óliver, cariño, ¿recuerdas ese via
Él me dijo que tenía un
ojos me escanean, buscando
, dice él, con voz arra
o y me doy la vuelta. Es mi nueva estrat
e la casa que Nadia no ha colonizado todavía,
de, la pue
ne en guardia. Se acerca a mí. Huelo el perfume de Nadia en su ropa. Es un olor dulce
Se coloca detrás de mi silla. S
ivamente, como un animal q
en la pantalla del ordenador. Estoy moviendo activos
Sus manos bajan por mis brazo
, siento bilis subiendo por mi garganta. Es una repulsión física, visceral. Mi cu
os oscuros. Quiere marcar territorio porque notó mi dist
...", empie
tonces
tsunami. Me tapo la boca, lo empujo con más fuerz
asta que no me queda nada.
otro lado, golpeando
aur
helada. Me miro al espejo. Estoy pál
. Las semanas de retra
ces l
estrés. No
mirada está fija en un papel que dejé descuidadamente visib
zón se
anta l
esto?",
ando a mi voz a no temblar. "Para diversificar
tira el papel sobre l
nterías", dice, con desdén.
del bolsillo. Veo el nomb
iquiera me pregunta si estoy bien. Ni siquiera le
spacho sin
El silencio e
cerrado con llave. Saco el documento que he
l nombre del niño si tuviéramos
el vient
ida creada por un monstruo y u
Óliver en el docume
ti. Será mi salvación o mi