El Pacto Roto Por La Envidia
eya
"¿Cómo sabes lo de esos atacantes, Marcel
taba pálido, sus ojos desorbitados. "Me duele el vientre," gimió, su voz un chillido histérico. "Necesito irme. No me siento bien."
gnorando su intento de escape. Mis ojos se clavaron en Marcelo.
Bajaron la mirada, incapaces de sostener mi mirada. Efraín, tratando de sonar razonable, d
upado consolando a tu 'hermana'. Delicado fue sentir cómo la vida de mi hijo se desvanecía. Delicado fue ver
sar de mis intentos de mantener la calma. "No tengo nada más
e no había derramado en mi presencia. "Mireya, por favor," suplicó, su voz rota. "No ha
rar la memoria de cómo me dejaron morir? ¿Puedes arreglar la pierna de Estela, devolverle su sueño, s
su mirada llena de determinación, apoyándose en mí. Danie
ándalo que esto causaría en su impecable familia. Efraín se puso delante de mí. "Mireya, esto es una locura. Estás actuando de for
controlable recorrió mi cuerpo. Pe
or tu culpa! ¡Por tu indiferencia! ¡Y yo perdí mi pierna, mi carrera, mi vida por tu maldita negligencia! ¡Son unos monstruos! ¡Unos bastardos! ¡Us
eflejaban la furia más pura. "¡Cállate, Estela! ¡No tienes derecho a
la disolución, la tendrás! ¡Pero no creas que esto va a ser fácil para ti! ¡Vas a pagar por esto!
se encontraron con los suyos, llenos de un
se acercó a mí, su rostro bañado en lágrimas. "Mireya,
tro de mí. Como un volcán a punto de entrar en erupción. Di un paso adelante, mi cuerpo temblaba, pero mi voz era clara,
contenida, resonaron en la habitación, llenando