La Venganza Multimillonaria de la Novia Plantada
na
es, había sido una serpiente en la hierba, susurrando veneno, actuando como la víctima inocente. ¿Ahora? Prácticamente gritaba sus victorias a los c
, me había casado con Braulio, creyendo en sus promesas vacías. Una vida en la que había volcado mi c
s. "Alina trae buena fortuna", habían dicho, sus voces c
lio me hería. Había encontrado una extraña especie de satisfacción en su
a en que ab
de del despertar, pero la traición era nítida. Fue el
mis pensamientos. La puer
madre era vacilante-. Gastón Fl
. Mi tío. En esta vida,
cir más, pero solo suspiró, un sonido largo y cansado,
í, pero su afecto estaba ligado a la prosperidad que yo traía. De lo contrario,
la única
io que nunca se casó. Siempre me había mostrado una preocupación genuina, in
Una elección mucho mejor que un completo descon
vívidos de mi futuro arruinado inundaran mi conciencia. Había sugerido sutilmente la idea, una jugada desesperada.
do. Mi madre me dijo que él había hecho una pausa, un breve
rsistente olor de la humillación de la noche anterior, pero mi mente estaba d
s más grande del país. Si tenía éxito, catapultaría a su firma a las tres prime
ada proyección de crecimiento, adaptado al negocio de su familia.
bre mi laptop, remodelando, refinando, p
, y bajé por un café muy necesario. La oficina estaba en s
La pantalla estaba encendida, pero la carpeta que co
eléfono, mis dedos volando mientras accedía
lla, una gorra de béisbol calada hasta los ojos. Pero entonces, un de
ne
e mis manos temblaran. Mis "recuerdos" la habían pintad
, mis pies golpeando la alfombra
de un
s labios todavía brillaban por el beso apresurado y hambriento del que acaba
su sórdida exhibición. Me abalancé hacia adelant
o para tocar mi computadora?! -
hacia atrás, sus
s loca,
se disolvió en sollozos, esc
grandes e inocentes-. Lo siento, lo siento mucho. No quise borra
us rodillas doblán
, atrayéndola en u
lina? -gruñó, su
e mi autocontrol quemándose en un infierno de fuego
pantalla todavía estaba abierta, mostrando
u escritorio y, sin pensarlo dos veces,
ido. Salió humo del teclado, seguido
aferrándose al
orme! ¡M
repitiendo las palabra
Janeth. ¿Por qué ha
o ilegible en sus ojos. Llevaba días diciendo
arrarme la muñeca, pero la mano de Ja
liente! -gritó, una nueva ola de lágrimas corriendo p
su mano todavía extendida hac
ó, volcando su furia sobre mí-