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La Venganza Multimillonaria de la Novia Plantada

Capítulo 2 

Palabras:1114    |    Actualizado en: Hoy, a las 18:07

na

e fondo de la brillante gala. Su abrazo era tan apretado, tan sofocantemente íntimo, que parecí

sionado que parecía desafiar el lugar público, un beso destin

ebrazo, delicada, reclamándolo. Parecían más una pareja de lo que Braulio y yo jam

es una mezcla de curiosidad y diversión apenas disimulada. Po

vergüenza -murmuró alguien, con

rada. Sigue ahí para

eja Alina, la que gritaría, lloraría, haría una e

eseo, se posaron en mí. Dejó escapar un zumbido bajo y satisfecho. Espe

nada. Ni lágri

a mirad

te, pero no le di la oportunidad. Me di la vuelta y caminé h

bálsamo para mi piel acalorada. Saqué mi

ular, mi voz ronca-.

nto a la acera, su ventanilla polarizada bajó con un s

su tono plano, sin d

h. Su rostro todavía estaba sonrojado, su cabello ligerame

mi mirada. Fr

en el asiento del

se llenaron de lá

! No pensé... Me bajaré. No qu

cuerpo permaneció obstinadamente en su lugar. Braulio to

rtió, sus ojos lanzándome una mirada ful

eé el auto hasta la puerta trasera,

e ensanchó. Levantó la mano, sus delicados

ma de manos, mi amor? -ronroneó, su

iones se volvieron pesadas, irregulares. Sus ojos se encontraron, una p

a punto de tocarse, un fuerte go

giró bruscamente hacia e

cuchado. La puerta del auto cerrándose de

isa, su rostro contorsio

! ¿A dó

barbilla hacia el sedán que acababa de llega

leves -dije, mi voz p

era mi reacción habitual. Pero luego, se endureció hasta convertirse

ó, y sacó una pequeña caja de terciopelo

rabia apenas contenida-. Eres mi prometida. Incluso si

rada, mis prop

da, Braulio? -pregunté, mi voz

estia y... algo parecido a la satisfac

Jamás podrías compararte -escupió las palabras, el veneno goteando de cada sílaba-. Si te atreves a

mente no podía renunciar a Janeth. Así que

mi auto. Jaime se alejó suavemente, dejando a

cuidada, sostenía un brillante anillo de diamante rosa. Brillaba en la tenue luz del auto. Diez quilates, por lo

Metí la mano en el bolsillo y lo saqué. Era una baratija producida en masa. Un regalo de

ló. El teléfono so

pantalla

poniéndolo

o el mundo lo nuestro? -la voz de Janeth, un p

de Braulio l

iera, ¿quién le creería? Tú eres la única

, un beso. El asco se m

mi dedo

pareció un mensaje

rcera en discordia, Alina. Tuviste t

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