La Venganza Multimillonaria de la Novia Plantada
na
e fondo de la brillante gala. Su abrazo era tan apretado, tan sofocantemente íntimo, que parecí
sionado que parecía desafiar el lugar público, un beso destin
ebrazo, delicada, reclamándolo. Parecían más una pareja de lo que Braulio y yo jam
es una mezcla de curiosidad y diversión apenas disimulada. Po
vergüenza -murmuró alguien, con
rada. Sigue ahí para
eja Alina, la que gritaría, lloraría, haría una e
eseo, se posaron en mí. Dejó escapar un zumbido bajo y satisfecho. Espe
nada. Ni lágri
a mirad
te, pero no le di la oportunidad. Me di la vuelta y caminé h
bálsamo para mi piel acalorada. Saqué mi
ular, mi voz ronca-.
nto a la acera, su ventanilla polarizada bajó con un s
su tono plano, sin d
h. Su rostro todavía estaba sonrojado, su cabello ligerame
mi mirada. Fr
en el asiento del
se llenaron de lá
! No pensé... Me bajaré. No qu
cuerpo permaneció obstinadamente en su lugar. Braulio to
rtió, sus ojos lanzándome una mirada ful
eé el auto hasta la puerta trasera,
e ensanchó. Levantó la mano, sus delicados
ma de manos, mi amor? -ronroneó, su
iones se volvieron pesadas, irregulares. Sus ojos se encontraron, una p
a punto de tocarse, un fuerte go
giró bruscamente hacia e
cuchado. La puerta del auto cerrándose de
isa, su rostro contorsio
! ¿A dó
barbilla hacia el sedán que acababa de llega
leves -dije, mi voz p
era mi reacción habitual. Pero luego, se endureció hasta convertirse
ó, y sacó una pequeña caja de terciopelo
rabia apenas contenida-. Eres mi prometida. Incluso si
rada, mis prop
da, Braulio? -pregunté, mi voz
estia y... algo parecido a la satisfac
Jamás podrías compararte -escupió las palabras, el veneno goteando de cada sílaba-. Si te atreves a
mente no podía renunciar a Janeth. Así que
mi auto. Jaime se alejó suavemente, dejando a
cuidada, sostenía un brillante anillo de diamante rosa. Brillaba en la tenue luz del auto. Diez quilates, por lo
Metí la mano en el bolsillo y lo saqué. Era una baratija producida en masa. Un regalo de
ló. El teléfono so
pantalla
poniéndolo
o el mundo lo nuestro? -la voz de Janeth, un p
de Braulio l
iera, ¿quién le creería? Tú eres la única
, un beso. El asco se m
mi dedo
pareció un mensaje
rcera en discordia, Alina. Tuviste t