La Venganza Multimillonaria de la Novia Plantada
na
berado, finalmente extinguió la última brasa de afecto que secretamen
da de dolor y rabia. Esta noche. Esta noche conocería
o, todavía mi tío de mi vida anterior, una figura distan
odía hacer que se enamorara de mí al instante, al me
salí de la oficina. Justo cuando llegué al estacionamiento
, en la penumbra, había un auto
matrícula. L
os vidriosos, su cabeza se movía de un lado a otro con los movimientos
ulio, de verdad. Ni amor, ni celos. Pero la cruda y anim
Janeth se g
io, atrayéndolo a un beso profundo y voraz. Sus gemidos, espesos y guturales, se mezclaron
o. Me di la vuelta rápidamente, desesperada por escapar. Mi
do bajo, seguido de un suspiro, emanó
rostro de Janeth
no te vi ahí! -gorjeó,
chó mi nombre, mostraron un dest
irada cayó accidentalmente. El cinturón de Braulio. Un trozo de encaje, una delicada prenda de ropa i
iarcas de la familia. Algo de buen gusto, un gesto de respeto. Y para Gastón,
mezcla de disculpa y defensa en su rostro. Abrió la boca, pero luego sus ojos se posaron en la caja
untó, con un brillo de suficiencia en los ojos
ápidamente di un paso at
ara ti -dije,
arrillo, exhala
urrida-. Janeth. Ella es mi esposa, ¿sabes? Mi ve
jos se encontraron con los m
a sido lo suficientemente generoso como para p
scivo en sus ojos. Se me puso la piel d
arme, pero su mano se dis
causes problemas. Después de la cena, ve a ver a Janeth y di
antes de que pudiera respond
ría y sin humor burbujeando en mi garganta. Pronto
ados, una conversación educada llenaba el aire.
. Mi destino era un asiento cerca de la cabecera de la mesa, generalme
audaz, se acercó pisando fuert
tándose-. ¡Ese asiento es para Gastón! ¡Vuelve a nuest
r mi irritación. Abrí la boca para
lar, una voz profunda, rica y
lpas por l