icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

El Monstruo Detrás de Su Máscara

Capítulo 4 

Palabras:1711    |    Actualizado en: Hoy, a las 09:26

ista de So

mi existencia, solidificó algo dentro de mí. No había vuelta atrás. No hab

nte más pruebas. Los informes del investigador privado se acumulaban, confirmando mis peores sospechas y más. Mateo no solo estaba engañándome; estaba drenando sistemáticamente fondos de su empresa

. Especialment

guo escritorio, como hacía ocasionalmente antes del accidente. Mientras navegaba por los elegantes y modernos pasillos de su

bían. Todos sabían que algo andaba mal. Algunos, los que me habían visto en mi momento más fuerte, ofrecieron un apoyo silencioso,

ce pasó flotando. Valeria. Se pavoneó más allá de la puerta abierta, su voz piando fuerte a un colega, su vientre de

goteando falsa preocupación-. ¿Busca

trándome en los p

el umbral, bloqueando efectivamente mi salida-. Mateo inte

leria -dije,

con malicia-. Mateo me dijo que te mantuviera alejada de su tr

a tocando mis labios-. ¿También te dijo cómo pasa sus

se entr

a, Sofía. Una esposa trofeo que se rompió. -Se inclinó, su voz bajando

trabajo. Mi dolor crónico se encendió, un lati

ra un hombre que se aburre fácilmente. -Di un paso más cerca, obligándola a retroceder-. Eres como ese gato que tiraste al contenedor. Brillante y nueva po

Valeria vaciló. Un destel

Se va a cas

no está confesando sus verdaderos sentimientos sobre ti en

ció en una másca

una embestida repentina y sal

ria, desequilibrada por su embarazo y su propia furia, tropezó. Sus pies resbalaron en el suelo

Se agarró el vientre hinchado, su rostro

gimió, las lágrimas co

rros se convirtieron en gritos. Aparecier

ó? -gritó

, sus lágrimas ahora fluyendo libremente, una imagen perfecta de

o de alarma. Vio a Valeria en el suelo, agarrándose el vientre, rodeada

odilló junto a ella, su mano tocando suavement

enterrando su r

teo. Dijo cosas terribl

jos ardiendo con una

sicópata, Sofía! ¿Cómo pudiste ha

a a pesar de los latidos en mi pecho-

lla! ¡Todos te vieron! -Se volvió hacia los emple

me miró a los ojos. La lealtad, al par

Y sabes qué, Mateo, hay cámaras por toda esta

yudando a Valeria

estás tratando de desviar la atención. -Miró a Valeria, su expresión suavizándose-. No t

apoyándose pe

stro bebé. Por favor, no de

se bebé? Espero que estés listo para la prueba de paternidad, porque si es tuyo, estás a punt

puso blanco. Sus ojos se entrecerraron, llenos de una rabia cruda y primiti

ctante y brutal. Mi cabeza se echó hacia atrás, el mundo incli

a cuestionar a mi hijo? Esto es todo, Sofía. ¿Quieres una guerra? La tienes. Te arruinar

mi boca. Mi cabeza se aclaró. La ira, aguda y fría, regresó. Me había golpeado. Después de años de abuso emocional, de manipulación, fina

a pólvora. Mis padres llamaro

demandarte! ¡Dice que agrediste a una muj

dre, su voz desesperada-. Pídele perdón. N

esto, fueron peores. Leonor l

argas. Mateo es demasiado bueno para ti. Debería haberte dej

o, su voz fría-. Abandona el divorcio. Discúlpate co

fortaleciendo mi resolución. No veían la verdad. No

ia: "Sofía, todavía te amo. Esta no eres tú. Vuelve a casa. Hablemos. Arreglemos

¿Perdonarme? ¿Por qué? ¿Por querer la v

ia de honor, un recordatorio del monstruo con el que me había casado. Podían amenaza

cada una de sus sucias mentiras. La campana

pie! -llamó

o aún arrogante. Valeria se sentó a su lado, con aspecto recatado y frágil. Nuestros padres se sentaron detrás de ell

netrantes, miró primero a Mateo. Su voz, cuando

ble-, ¿admite usted, o no, las acusaciones de

olpe físico. El aire en la sala del tribunal crepitó con una tensi

Obtenga su bonus en la App

Abrir