icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

El imparable resurgimiento de la mujer despreciada

Capítulo 2 

Palabras:1101    |    Actualizado en: Hoy, a las 10:57

vista de

. Jadeé, acurrucándome en el frío suelo de concreto. El aire estaba cargado con el olor a tierra húmeda y uvas fermentadas. Cristina Finley

escontrolada-. ¿Crees que puedes entrar aquí como si nada, intentar r

dome a hacer un solo ruido. Mi visión se nubló por un momento, estrellas e

furia y desesperación-. ¡No te atrevas a pensar que eres mejor que yo! ¡Solo

, sus rostros impasibles. -Denle una lección -ordenó Cristina, su voz recuperando un con

anco que me hizo morderme el labio hasta saborear la sangre. Cada músculo de mi cuerpo se tensó, tratando de protegerse, pero fue inútil. Sentí cómo se rompían mis costillas, mis órganos internos protesta

spotricando Cristina, su voz una banda sonora irritante para la paliza-. Crees que eres ta

s palabras. -Este es mi dinero. Este

ntacto visual con Cristina, hacerla entender. -Llama a Héctor -su

aro que me lo dirá! Ya me lo dijo todo. Me dijo que me encargara de

Mi cabeza palpitaba, un pulso vertiginoso detrás de mis ojos. Yacía allí,

ando mi brazo. Me estremecí, pero ella apenas lo n

así es como va a funcionar esto. Vas a pagar por esta pequeña moles

, se agudizó al mencionar el dinero.

ntar arruinar mi relación. Por atreverte a pensar que podías salirte con la tuya. Y si no pagas, bueno, digamo

intiéndose inútiles incluso mientras las pronunciaba-. La

olvió en negro. Los guardias, siguiendo su ejemplo, reanudaron el asalto. Esta vez, supe que tenían la intención de infligi

humillación. Se trataba de supervivenci

l bolsillo. Mis dedos, entumecidos y torpes, lograron sacarlo. La pant

a apenas audible-. Está bien

imiento de su mano. -Niña lista. Sabía que entrarías en razón. Pero, ¿sabes qué? Ese

ue sean diez millones. Y no intentes nada estú

n mi mano. Ignoré a Cristina, ignoré el dolor punzante, me concentré en la pequeña pantalla. Abrí m

n de llamada. So

z... suenas terrible -la voz p

z millones de pesos. En efectivo. Tráelos al hotel. A

Alessandra, por e

ola, mi voz adquiriendo un filo de desesp

scuchando con una extraña mezcla de confusión y avaricia, se a

ada, ¿no? ¿Ves? Sabía que cederías. Y todo este tiempo, tratando de hacerte la po

r el veneno momentos antes, ahora brillaban con triunfo. Pensó

Obtenga su bonus en la App

Abrir