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La mentira que borró mi vida

La mentira que borró mi vida

Autor: Gavin
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Capítulo 1 

Palabras:2003    |    Actualizado en: 17/11/2025

nte automovilístico el día de nuestra boda le provocó amnesia, y su familia lo usó como excusa para borrarme de su vida. Durante cinco años, vi cómo ot

cuché hablando

. Admitió que toda nuestra relación fue una mentira, una form

u nueva prometida anunci

rquestado cinco años de mi tormento, desde el asesinato

abía destrozad

sión de noticias en vivo con el mundo entero observando, voy a expo

ítu

ista de Br

el amor

da, un abismo al que me lancé voluntariamente, solo

que por fin había encontrado mi cuento de

lo olvidarme, viendo a su familia borra

ue amaba orquestaba mi to

lino, del tipo que escriben en los lib

placable que me arrebató el aliento. Me colmó de regalos, susurró promesas

ostrando su devoción con una intensidad f

sin mí, que yo era su

nía a nuestra unión, su desdén er

los. Prometió liberarse de su jaula dorada, constru

uché,

, los desprecios descarados de sus padres, Carlos y Enrique

iverso de jets privados, finc

ocado de la ciudad, me encontré

arte baja de mi espalda, una posesión declarada. Me convenció de que su desaprobación no imp

creció hasta

ca que la anterior. Llenó el Zócalo con mis fotos, compró una página completa en *El Universal* decl

a intensidad, pero su per

corazón rebosante de una esperan

lanco, susurros emocionados y el aroma de mil ro

on una sonrisa radiante en el rostro, un

endo ens

inó y luego se s

nso con olor a antiséptico. Me palpitaba la cabeza, me

ente automovilístico. Un conductor ebrio se había desviado hacia

o apenas. Tenía una les

lo vi, sus ojos estaban vacíos.

, su voz plana, desprov

había robado. Me

ada secreto susurrado, cada

rr

s, sus rostros tensos con una mezcla d

voz un susurro venenoso-. Siempre fuiste un desas

te, de la condición de Damián, d

u habitación del hospital, y

-declaró Carlos, sus palabras una s

, significaba borra

a que rondaba los bordes de

areció Casa

stía farmacéutica que rivalizaba con los Rivas. Ella

mbra de Damián, su cu

rganta, mientras ella le enseñaba gentilmente sobre su "pa

n las páginas de sociales, tomados de la mano, sonriendo.

ada vez, cada fragmento abriendo una herida nu

internamente, solo

cordándole nuestros lugares secretos para picnics, nuestras c

un eco escalofriante de

atrapado, que el verdadero Damián todav

var un recuerdo. Llevaba nuestro regalo de primer aniversario, un

ián en el jard

iendo la caja-. ¿Recuerd

tó la caja, sus dedos se cerraron alrededor de ell

upió, su voz

fuente de piedra, los pedazos e

rre me dejó un moretón, y m

, un dolor agudo recorrió mi brazo, pero no fue nada comparado con la agonía en mi p

repientas -amenazó, su voz baja y peligrosa-. No sé qui

n golpe físico, peor que c

s. Casandra estaba a su lado, una sonrisa burlona en sus labios, su brazo entrela

su voz goteando falsa preocupación-.

era una mota de polvo, luego se volvió hacia C

andes gestos que había hecho para ganar mi coraz

l hombre que una vez me declaró su razón de se

és del hierro forjado. Damián y Casandra bailaban, bañados por el suave resplandor de las luces de hadas. É

un nudo frío y duro de

Damián llevarse por el aire nocturno. Estaba hablando con su padre,

z teñida de una amargura que no había escuchado antes-. Y todo

e heló. ¿Ca

iación por la familia Méndez. Sus padres murieron en nuestra

sombras, una ola vertigin

nta propiedad de los Rivas, una tragedia que siempre había creído que fue un incidente

un sonido cruel y sin alegrí

eguí a Casandra y solidifiqué mi posición. ¿Quién diría

ulmones. Mi mundo, ya

fin

, los rechazos fríos, todo una me

lenta destrucción. La muerte de mis padres, una

un vestido brillante, se deslizó hacia ell

ngo noticias maravillos

e extendió por sus labios. -¡Eso es increíble, mi amo

el aire restante de los pulmones. Un bebé. Su bebé. E

aición definitiva. Mi corazón no solo

amián hacia ella dominaron todas las columnas de chismes y redes sociales. Mi nombre fu

e piedad o asco. Caminé por la ciudad, con la cabe

m

más lágrimas, no más

él conocía, la que l

vo, algo duro e inflexible

omento. Mi pu

. Desap

taría a la aplastante re

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