Su Arrepentimiento, Mi Libertad No Comprada
vista d
ugusto me viera así, rota y sangrando, un crudo contraste con la perfecta e intacta Harper. Mis ojos se encontraron con los suyo
, su mano extendiéndo
eguntó, su voz más sua
dícula oleada de esperanza. ¿Finalmente s
nquilo. Quiero que la trasladen a la casa de huéspedes en la finca esta noche.
vida estaba en peligro, y él estaba
-añadió, como si eso justificara todo, como si bo
arper. Una herida fresca, una traición fresca. El último y frágil hilo de esperanza se rompió. No f
elo desesperado, todo se fusionó en una profunda sensación de resig
temente firme, desprovista de emoción. Las palabras s
u rostro se contrajo. Me agarró la ma
eso. No ahora. Podemos arreglar
lguna vez lo había oído sonar tan roto? Pero era una
acariciando mis nudillos-. Entonces te prometo que enviar
s, un intento desesperado de aferr
Y lo había mantenido en secreto, planeando la sorpresa perfecta, una revelación gozosa que ahora se sentía como un
egí, apartando mi mano. Mi voz era una
r era un borrón, una cacofonía de sonidos y colores que no podía procesar. Mi único obj
mente ajena. Me dirigí a mi estudio, mi santuario, para recoger mis pocos recuerdos personales. Entonces
principal, la puerta ligeramente entreabierta. Cada sonido ahogado, cada palabra susurrada, era un martillazo en mi alma, destrozando los últimos fragm
empalagosamente dulce-. Augusto, asegúrate
on una ternura que no me había mostrado en meses, qu
ostro. Una declaración silenciosa y venenosa de victoria. Mi estómago se revolvió, una oleada de náuseas me invadió. Mis piernas, todavía débiles por el fuego, a
onido que no pude reprimir. Fue suficiente.
ahora un susurro fingido de pr
os muy abiertos con una mezcla de pánico e irrit
aquí? -gruñó, su voz
extendiéndose. Retrocedí,
s -escupí, m
de la puerta, luchando por mantenerme en pie. El do
scara contorsionada de fingida inocencia-. Ella
do mientras sacaba los papeles de
nso -dije, empujándoselos
dejó escapar un jadeo dramát
. el bebé! -gritó, su voz
ntró inmediatamente en ella.
qué pasa?
uiera
lo un momento, su pluma ara
. ¿Quieres tu libertad? Tómala. Haré que mi abogado arregle un
ándome fuera. Me quedé allí, completamente sola, los papeles firmados un testimonio arrugado de mi insignificancia. Me habí
o una cruel repetición de nuestro pasado. Soñé con el día de nuestra boda, sus ojos llenos de adoración, su
ayuda resonando en el infierno. Pero me daba la espalda, sus brazos rodeaban a Harper, su rostro engreído, victorioso