Él los eligió, y lo perdí todo
ista de El
en confusión. "¿Qué... qué acabas de
servaba con una sonrisa de triunfo apena
l temblor había desaparecido. "Adelante. Sé su caballero de
peso sólido e inquebrantable en mi
on real, las palabras que había tenido
el div
a contenida. No solo mi rabia, sino la suya. Se había negado a aceptarlo,
abriendo de un tirón la puerta del copiloto y me
ciosamente en el asiento trasero, una sombra inoportuna. Ahora,
tensa por la frustración. "No pasó
la carretera, mis nudillos
estado amenazando, diciendo que le pondría drogas en su departamento y llamaría al DIF para quitarle a Mateo. La a
lo que oí fue la misma vieja historia. Brenda estaba en pro
l, un suave sollozo vi
enda. "Nunca quise interponerme entre uste
goso. "Pero Damián... es tan... bueno. Es amable y prote
ómo sería si no fuera una madre soltera con tanto equipaje. Si fue
osas. Sentí una oleada de náuseas. Damián guardó silencio, y supe, sin siqu
fue
freno
retrovisor, vi los ojos de Brenda, abiertos de par en par con un destello de miedo antes de que recompus
reí, un sonido
las ventanillas del lado del pasajero. El aire fresco de la tard
ecio. "Te lo estoy poniendo fácil. Ya no
boca abierta. "Elena,
en el espejo retrovisor. "Adelante. Vayan a coger en un cuarto
Podía sentirlas desgarrándome
crueldad de las palabras era un escudo contra el dolor
irar. El rostro de Brenda se descompuso, su actuación finalmente
as la manija de la puerta. Salió a toda prisa del coc
uerta se cerró de golpe,
onado por la ira. "¿Tenías que humillarla así? ¿Qué
coche. "Tengo que asegurarme de qu
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