La mentira que llamó amor
ista de El
absoluta incredulidad. Miró la pequeña bolsa de la farmacia en mi mano, luego mi vientre ligeramen
udiera procesarlo, antes de que pudiera hacer la pregunta que flotaba en
os decírselo a Elena. Sobre la boda. Está... bueno, está pospuesta. Solo por un año. Por mi culpa". Bajó la mirada, fingiendo v
, una lágrima br
zás... ¿quizás podrías tener tu boda al mismo tiempo que la nuestra? ¿Una ceremo
tamente ridícula, tan insult
n destrozarme. Ahora, sim
na, desprovista de emoción. "Y no esto
on en su mayoría mis palabras. Estaban demasiado ocupados riéndose de la "linda"
ecordaba vagamente de los picnics de la empresa de Javi. "¡Solo est
ntes de que pudiera darme la vuelta, el brazo de Javi se disparó, rodeando mi cintura, at
un afecto autosatisfecho. Intentó girar mi cara hacia la suya,
agudo chasquido de mi palma contra su mejilla resonand
blando con una furia que no sabía que todavía poseía. "
ó a su mejilla, sus ojos muy abiertos por la conm
puedes simplemente jugar después de todos estos años?". Su voz
desechada. Recordé tomar turnos extra, ahorrar cada centavo, sacrificar mis sueños por su "futuro". Tres años de espera, de ser dejada de lado, de verlo prodigar su atención y rec
na gran olla de barro humeante con medicina tradicional, que se estaba enfriando, se inclinó peligrosamente. Mi cuerpo se movió sin pensar.de mi agarre, empujándome con una fuerza que me hizo tambalear, su a
!", gritó, atrayé
caliente salpicó, un dolor abrasador floreció en mi tobillo y pie. Mi grito fue crudo, involunt
con un horror fugaz. Pero no se movió. No ofreció una mano. Simplemente se quedó allí, sosteniendo a B
el ardiente. Una enfermera que pasaba, al ver mi angustia, corrió y me ayudó a entrar en una habitación privada, llamando a un médico de inmediato. Me senté en la mesa de exploración, con la mand
do por la preocupación. "Se ve un poco... pálida. ¿Y mencionó la concepción ant
mis costillas, un nuevo miedo