El cruel contrato del amor, su arrepentimiento interminable
vista d
na cafetería llamada 'El Rincón Dorado', un lugar de moda en una pa
bró con un men
osa esposa. Esta ciu
a una m
n traje a la medida que costaba más que mi primer coche, una sonrisa encantadora
azada por una mirada de hambre impaciente. Su voz bajó, con
ría. Observé cómo usaba una tarjeta para deslizarse
ación
no era una indiscreción de un
steniendo mi propio teléfono en la oreja, fingiendo una conversaci
nco minutos.
rfeccionado durante años de ser la esposa de un narco. "Lorenzo, yo... no me siento bien.
sopesando sus opciones. Luego vino la mentira suave, practicada y fácil. "Claro que sí, mi
de emergencia, mi corazón martilleando un
eléfono ya pegado a la oreja, espetando que había surgido algo urgente. Se dirigió a zancadas hacia
a mujer joven, rubia y vestida con algo a
olo del brazo. Su voz era irritan
stidio. Le dio un beso rápido y displicente y entró en el el
ta, haciendo un puchero
con
a maestra particular
lando maravillas de lo "buena onda" que era Katia.
ofundo que me robó el aliento. Mi hijo no solo lo sabía. Lo
l. Esto era una conspiración, tramada y alime
o fue instantáneamente incinerado
ente personal, la mujer que manejaba la seguridad de mi ca
de toda emoción. "Sus finanzas, sus amigos, sus redes socia
a un número seguro de
ora, necesito el escenario per