Placeres Prohibidos
nta a la primera, por lo
con un tono de voz de asombr
ente, no tengo con quien hablar, pero si le molesta que le haya marcado,
hombre! Solo pensé que había pasado algo grave con mi es
urrido y pues, la verdad no tengo co
ú, yo también estoy aburrida o sea que habl
estado, te va bien? -le dije -¿Puedo tute
la primera pregunta, pues estoy bien gracias, aquí acostada, estaba mirando al
? ¿música? ¿recetas de cocina? ¿manualidades? ¿algún tema en específico
o porque necesito que me agarre el sueño, ya que, si me dispongo a ver algo que m
dia, en ese lapso de tiempo hablamos de un sinfín de cosas, pero ninguna de todas ell
y reímos mucho, sin duda alguna yo le había agradado demasiado
ente extremadamente bien. En la conversación con Milena, le pregunté algunas cosas para ir conociéndola mejor y ella me preguntó, otras sobre mí. Ser
pero ella no. Estábamos tan a gusto platicando y riendo de nuestras ocurrencias, cuando de pronto, por un segundo me quedé petrificado al darme cuenta que Lucho estaba cerca de mí, casi a mi lado y, su esposa estab
ida hermano! -me dijo al tiempo, que
nstante así lo creí, pero, era obvio que no sabía nada, o por lo menos eso pensaba yo. Claro, estos son los riesgos que se corren, pero a s
voz, dime por favor si es él
l momento de escuchar la afirmación, co
omentó que era muy celoso. No sé qué vida llevaba a su lado, pero ahora sí me interesaba saber y quería indagar más acerca del tema, solo t
ía llevado, con él y otro
mo todo buen militar tuvimos que improvisar, pusimos
nes...! -dijo Lucho a tod
staba mi sargento y, nos cooperamos para com
hora... ¿algún volunt
ó, pero al ver qué
ale pues, ve
n perro flojazo, los demás nos quedamos ahí esperando a que regresara y mie
había puesto tanta atención en lo que hacían y decían mis compañeros y la verdad no me importaba en lo más mínimo, per
abía ido a comprar y en ese momento empezamos a comer y mient