Placeres Prohibidos
por la
s un día normal, como cualquier otro. Estaba fastidiado y sin nada que hacer en ese momento, nada me s
ropia, tenía claro que insistiría. Ella volvió a marcar, pero esta vez, que ya era la segunda que lo hacía,
llam
s días él me marcó de su teléfono y, a decir verdad, agregué su número aún sin su consentimiento, pa
nte de usted ¿En qué la puedo ayudar, señora? -respondí de manera cor
cirle por favor que responda su teléfono, estoy muy preocupada por él, pues desde ayer en la noche, me dijo que saldría a patr
bía dicho a su esposa era mentira, pues ayer en la noche no salimos a patrullar, y él desde la tarde había pedido permiso para salir, pues indicó a nuestro superio
do, algo le estaría ocultando y lo mejor era no inmiscuirse en donde no me habían llamado, sobre todo para evitarme problemas que, al fin y al cabo, ni me iban ni me venían. Ad
si usted quiere lo puedo despertar y le digo que le habla usted -le dije aun sabiendo que mentía y arriesgando que ella dijera que sí quería hablarle, sin embargo, una parte de mí, me de
, pero lo que quería saber, ya lo sé y si está bien pues no hay problema. Además, él es muy celoso, incluso si sabe que le marqué, seguramente voy a tener serios problemas. Si no es inc
como si ella y yo, pudiéramos tener un secreto, a menos es
reto, además usted no ha hecho nada malo, solo estaba preocupada por él y eso es muy normal, yo
malo, pero mi esposo no lo entendería de la manera en que es y la v
a a perjudicar -le dije para que entrara en confianza-, por cierto, me llamo Ricardo -me presenté caballerosamente, para que casi
o dejo descansar porque imagino que al igual que mi es
dude en marcar, sea la hora que sea, yo le respon
muchísimo, bueno, cuídese, ha
trategia? Yo estaba seguro de que ella, me bus